Surgida por la creciente violencia que registra el país y concebida como la genialidad que dignifica a las fuerzas armadas que ya cuentan con un marco legal, la Guardia Nacional perdió su esencia y ya es, oficial y formalmente, una policía migratoria. La migra mexicana.
Porque “te lo firmo y te locuplo”. Y firmó el compromiso.
Es la única forma de entender que Marcelo Ebrard, primer orador en el “mitin de la dignidad” realizado en Tijuana la tarde de ayer, diera a conocer oficialmente el resultado de las negociaciones con Estados Unidos para frenar la aplicación de aranceles a todos los productos de exportación de nuestro país a vecino del norte.
Simple: qué nos prometieron: que no habrá aranceles con lo cual se evita que 900 mil personas pierdan su empleo. Qué les dimos: la seguridad de que la Guardia Nacional estará con 6 mil en la frontera sur –Chiapas- para obligar a quienes lleguen a México a registrarse a fin de cumplir con las leyes migratorias mexicanas y que cumplimentados ingresen y esperen en territorio nacional hasta en tanto los jueces de migración estadounidenses deciden si les otorgan el asilo.
También dijo el orador: nos comprometimos que los migrantes que esperan en Estados Unidos el fallo de la autoridad migratoria estén en México. Es decir: aquí serán huéspedes por tiempo que tarde la resolución norteamericana.
El compromiso establece que los migrantes vivirán en territorio nacional en donde sus derechos humanos serán respetados a plenitud.
Dijo otras cosas que simplemente aderezaron su discurso enfocado a vendernos las instrucciones presidenciales para entregar todo a cambio de la no aplicación de los aranceles.
Se tiene que peguntar con qué recursos se atenderán a los miles de migrantes que cruzan o cruzaban el territorio nacional para ir en busca de la pesadilla americana. Porque lo firmado incluye dotar a los migrantes de techo, alimento, salud y educación. ¿Y los mexicanos en condición de pobreza, dónde quedan?
Seguramente desprotegidos, como los millones de ciudadanos que viven con y en la violencia, porque la Guardia Nacional tiene otra misión: ser la migra mexicana.