Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
En Campeche, Layda recibió nuevo espaldarazo presidencial, con lo cual mantendrá su campaña contra el senador Monreal; allá mismo, un presidente que siente ser dueño de vidas y conciencias, presentó a sus tres nuevos hermanos y un primo hermano; utilizó la frase que dio origen a la marcha en defensa del INE y la acomodó muy a su particular manera: “El INE sí e toca” y en Durango la Fiscalía General del Estado obtuvo 7 órdenes de aprehensión en contra los propietarios de los hospitales privados en donde se realizaron los tratamientos médicos. Y de colofón admitió una derrota que deja fuera de la competencia a la reforma electoral promovida desde Palacio Nacional y con un personaje de alto rango tratando de “convencer a los diputados de oposición”. Tarea en la que fracasó.
Los nuevos hermanos presidenciales resultaron ser las tres corcholatas que buscan suceder al Presidente de México. El primo hermano es el senador rebelde.
Atípico lunes porque ante el fracaso de que este martes pudiera subir al Pleno de la Cámara de Diputados el dictamen de la reforma electoral, vino el anuncio, pospuesto en dos ocasiones, de que hoy mismo será enviada la iniciativa para reformar 7 leyes electorales. Diríase que estaba contemplado el escenario del Plan B. Había, sin embargo, esperanza de convencer a los diputados de oposición para que mostraran su nacionalismo, su entrega al pueblo, su compromiso con la honestidad.
La irritación no se hizo esperar. Y las afirmaciones en la mañanera de ayer, comprobaron que el ánimo con el cual se levantó.
Hasta de la Constitución habló, que es un decir. Para nadie es un secreto su desprecio por la Carta Magna. Recordó los artículos sexto y séptimo y no entendió los textos. Desde el domingo 13 vive enojado con los fifís, conservadores, adversarios, aspiracionistas y un largo etcétera. El adoctrinamiento matutino no ha permeado como quisiera y no se da cuenta que los mexicanos sabemos de la libertad de expresión y de realizar marchas legalmente.
La arremetida en contra del INE llevó al huésped temporal de Palacio Nacional a señalar: llegué al poder no por el INE sino por el pueblo. Acusó que la autoridad electoral son “árbitros vendidos” (sic), y dijo que ya se terminaron los fraudes, pero acusó que sus opositores “no aceptan razones” y quieren seguir controlando las elecciones y quieren poder pero sin pueblo.
Ininteligible pero así lo expresó. Contradictorio y soberbio.
Dos preguntas: ¿A quiénes están vendidos los árbitros? Y si ya no hay fraudes electorales ¿por qué quiere quedarse con el control del INE?
Sus argumentos para la reforma electoral se centraron en terminar con los fraudes, la corrupción, que el pueblo decida, que se vayan los conservadores y corruptos y que se abarate la democracia.
Dicen que la necedad es el mal de los ignorantes -se usa otra palabra- y sin duda el tabasqueño hace honor a la definición. Decir que los opositores “no aceptan razones” es mirarse al espejo y recibir la lección. Si alguien se aferra a sus ideas, proyectos, conductas, es el señor López.
En la referencia, sin mencionar su nombre, del senador rebelde, dijo las cosas que se había guardado y enseñó que nadie que piense y actúe diferente a él, tiene el poder. El poder lo tiene solamente él. Se siente la reencarnación del Rey Sol y estima que el estado es nada menos y nada más que su persona, la serenísima figura que le da realce al México del siglo XXI.
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