Temores Ocultos…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

“Muchas de ellas (errores o manchas) no atribuibles a los mandos militares, sino a los gobiernos civiles que, en algunas ocasiones, las han utilizado indebidamente. Han utilizado a las Fuerzas Armadas para reprimir al pueblo”.

Sabia reflexión. 

El problema es endosarles a “otros civiles” los errores cometidos.

Ignorar que el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, léase Ejército, Fuerza Aérea, Marina y ahora con el parche de la Guardia Nacional, es el cargo que por mandato constitucional se le otorga al Presidente de la República en turno, resulta algo menos que una nueva burla.

En la historia del civilismo gubernamental mexicano, no se tiene registro alguno de que un Comandante Supremo haya hecho de las fuerzas armadas albañiles, administradores aduaneros y empresarios. 

Sí, los soldados y marinos saben que deben obedecer las órdenes. La disciplina militar así lo señala y nadie puede desatenderlas sin que se le aplique el castigo que establezca el Código Penal Militar.

Demostrando un control de manera abierta aunque en lo interno sea al revés, el presidente de México es cobijado por los militares a los que les ha dado todo, quitándole incluso, a los más necesitados.

Ha sido incapaz de instrumentar políticas públicas que reflejen el civilismo que ha conducido los destinos nacionales desde 1946.

Culpar a Gustavo Díaz Ordaz o a Luis Echeverría de haber sido los civiles que llevaron a los altos mandos militares a cometer atrocidades, es regresar al pasado para justificar su presente.

Con una Comisión Nacional de los Derechos Humanos a modo, aun así el Ejército, la Marina y notoriamente la Guardia Nacional han sido objeto delo mayor número de quejas ante el organismo que se niega a las recomendaciones que por ley debe emitir.

Con el nacimiento de la GN, cuyo mando deberá seguir bajo un civil, en este caso de la secretaria de Seguridad Pública Ciudadana hasta resolverse los amparos otorgados para que así sea, se presumió que sería un cuerpo adiestrado en el respeto a los derechos humanos. Y se repite la frase un día sí y otro también aunque la realidad sea diametralmente opuesta.

Cualquier crítica, denuncia, queja en contra de las fuerzas castrenses, es atribuida de inmediato a los “conservadores”, los adversarios que quieren dañar al gobierno.

Como nunca, el ejército y la marina han sido empoderados por un civil.

¿Es debilidad?

¿Es inseguridad?

¿Es tejer el marco que le permita quedarse en el cargo con el respaldo de 300 mil militares y marinos?

Preguntas que muestran los temores ocultos del presidente de la República.

Son dudas que conllevan las afirmaciones presidenciales en defensa de las fuerzas armadas. 

Bien dicen los expertos en la materia: los militares son leales hasta que dejan de serlo.

Nadie con dos dedos de frente puede ignorar las palabras del general secretario en torno a que los tiempos golpistas quedaron en el pasado, gracias a una reforma constitucional. Hasta ahora nadie ha pretendido derrocar al Presidente de la República, cuya legitimidad no está en tela de duda. ¿Por qué responder al rumor?

Los civiles, con el cargo de Presidente de la República, son los únicos que utilizan un quepí con 5 estrellas. Son los que mandan, hipotéticamente.

Y a ellos, a los civiles, como en el caso actual, les debemos que el país esté militarizado y exista el trato preferencial.

Culpar a los civiles, que tuvieron el mando de las fuerzas castrenses e ignorar lo que se hace en la actualidad, no genera confianza. Al contrario, alienta el temor y la duda de cuándo regresarán al poder los militares… formalmente.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños, martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de AM,

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