*La Marcha del “Desagravio, la Nueva Burla
*Será una Repetición de la Realizada en 2004
*El Llamado de un General sin Interés Económico
JESÚS MICHEL NARVÁEZ
Aquel domingo 4 de julio de 2004, apenas 7 días después de la marcha del silencio llevada a cabo por los ciudadanos para exigir al entonces jefe de gobierno del Distrito Federal frenar la violencia e inseguridad que se vivía en esos tiempos, el general Gerardo Clemente Ricardo Vega García, secretario de la Defensa Nacional durante el mandato de Vicente Fox Quesada, llamó a la clase política a no repetir los errores de la división entre mexicanos, como ocurrió en el siglo XIX.
No se sorprenda. Está publicado en un artículo que firmó el mismísimo voz.cero presidencial: Jesús Ramírez Cuevas.
En la presentación de su escrito, publicado en La Jornada -ahora se entiende porque es el rotativo consentido de Ramírez y su jefe- dice:
“La marcha del 27 de junio abrió sendos debates sobre cómo interpretar su significado y sus alcances. Al mismo tiempo, parece haber desatado una disputa entre quienes buscan capitalizar la inconformidad ciudadana con fines políticos. Esta manifestación «histórica», según calificaron medios, analistas y otros actores, fue producto del hartazgo y la impotencia de la gente frente a la inseguridad, pero llegó de la mano de una campaña mediática sin precedentes. La participación en su organización de grupos identificados con la derecha ha provocado lecturas encontradas. Una de las más reveladoras la hizo el secretario de la Defensa Nacional, quien llamó a la clase política a no repetir los errores de la división entre mexicanos, como ocurrió en el siglo XIX. ¿Estaremos de nueva cuenta en una confrontación abierta entre conservadores y liberales?
No le sigo porque, como dirían los clásicos, es más de lo mismo.
Por cierto, no encontré información firmada por Ramírez Cuevas sobre la marcha de “desagravio”. que se autogestionó el señor López. Es lo de menos.
Sin embargo, traigo a colación el tema por el anuncio del presidente 72 horas después de la marcha a la que asistimos miles, sí, miles de ciudadanos y que fue minimizada absurdamente por Martí Batres, Claudia Sheinbaum y el propio huésped de Palacio Nacional en su show del monólogo de la mentira.
Como en 2004, tomará las calles -confío en que no se quede en Paseo de la Reforma como lo hizo en 2006- el domingo 27. ¿La razón? Recogió opiniones que lo llevaron a decidir encabezar la marcha, que no será de protesta sino de desagravio, porque en su política es la de “gobernar obedeciendo”.
Durante los pasados 9 días, el señor López no quitó el dedo del renglón y repitió, sin tener agruras, o a lo mejor tenían gastritis, la misma cantaleta: marcharon los fifís, que no fueron tantos… más presencia de los aspiracionistas… participaron quienes cometieron fraudes electorales…
Insistió en que quienes defendemos al INE, no a los consejeros que quede claro de una vez por todas, somos corruptos, rateros, conservadores. ¡Vaya que somos muchos!
Retomo las palabras del general Gerardo Clemente Ricardo Vega García, primer militar en encabezar el ejército y la fuerza aérea en el gabinete de un presidente no priísta. La lealtad se corroboró. En esos tiempos los militares no andaban construyendo aeropuertos, refinerías, trenes, bancos, casas y tampoco administraban aduanas ni querían su línea aérea. Estaban dedicados a lo que la Constitución marca y a las órdenes del Comandante Supremo que. Conscientemente, sabía para que estaban las fuerzas armadas.
Vuelvo: si en 2004 se hablaba de no repetir los errores de la división entre mexicanos, como ocurrió en el siglo XIX, qué podría decir ahora.
No es una pugna entre conservadores y liberales. Es el maniqueísmo presidencial el que ha llevado al enfrentamiento, hasta ahora verbal, y se impulsa desde Palacio Nacional, en los discursos y las plazas públicas.
Y no estamos en el Siglo XIX.
Auto desagravio es una copia fiel de lo que tanto odia el fundador del Movimiento de Regeneración Nacional: las acciones del PRI.
A diferencia del pasado, no estarán los “líderes charros” del sindicalismo, excepto Francisco Hernández Juárez, Napoleón Gómez Urrutia, y algunos más que envidiaron a Fidel Velázquez, lo criticaron, pero querían tener el poder del viejo lobito.
Tomar las calles para protestar, es el hábitat natural del tabasqueño. No entiende de diálogo y su postura de estás conmigo o en mi contra, muestra a plenitud la división de los mexicanos. Olvida, maliciosamente, que lo eligieron 30 millones y que 66 no lo hicieron. Ganó limpiamente, de manera democrática. Eso nadie con dos dedos de frente lo dudaría. Sin embargo, el haber asumido la Presidencia de la República lo obnubiló y supone, se lo cree, que es el “salvador de la patria”.
Imposible que acepte estar equivocado en sus estrategias. Se aferra a ellas cual científico que descubrió la vacuna para frenar y derrotar la corrupción, la desigualdad, la pobreza, la mala educación, el viejo sistema de salud y el régimen que causó todos los males que padece el país.
Cuando se cruzó la banda presidencial que le entregó su entonces amigo de lucha y personal y hoy su acérrimo adversario, se comprometió gobernar para todos los mexicanos. ¡TODOS! Y no ha cumplido. Vaya, ni siquiera lo hace por aquellos que votaron por él y que, en su inmensa mayoría, son clasemedieros, aspiracionistas, profesionistas egresados incluso de universidades e institutos privados de al calidad y elevadas tarifas.
No. Los menciona para agredirlos, defenestrarlos, humillarlos, descalificarlos, ofenderlos, lastimarlos.
¿Qué supone usted que dirán las consignas de la marcha de desagravio?
¡Exacto!
Los que marcharán representan la carne de cañón del abuso de poder. Conservarán sus empleos, no serán suspendidos siempre y cuando pasen lista; recibirán la torta y el chesco y por donde caminen, la basura será su compañía.
La basura de perder la dignidad y formar parte del abundante grupo de focas.
Confieso mi desinterés por sumarme a la marcha.