Corrupción Castrense

Punto De Vista

Por Jesús Michel Narváez

Los dos más altos mandos castrenses, Luis Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda admitieron públicamente que, en las secretarías de la Defensa y Marina, elementos de las mismas, sustraen armas, chalecos y equipos militares que utilizan finalmente los miembros del crimen organizado.

¡Qué brave!

“Hemos detectado elementos que sacan de nuestros pañoles, sobre todo uniformes, y los venden a la delincuencia organizada”, reconoció el secretario de Marina.

“… sí hay facilidad para que la delincuencia organizada pueda adquirir armas, chalecos, y equipos militares, que son utilizados por sus integrantes”, admite el general secretario. 

Reconocer los hechos durante una conferencia presidencial, levanta, cuando menos, sospecha.

Más aún cuando Ojeda admite que los marinos que han incurrido en el delito -porque eso es- son dados de baja pero no juzgado, porque es “muy complejo”.

El titular de la Secretaría de Marina, aceptó que elementos de la dependencia han robado equipo o uniformes y los han vendido a la delincuencia organizada. 

Lanzada la denuncia, la bomba que significa la corrupción y connivencia de marinos, el almirante, responsable del más de 60 mil hombres y mujeres que conforman la tropa y oficiales de Marina, pretendió matizar el hecho con una breve y sin sustento declaración: (…) dentro de la institución les ha ocurrido esto en, al menos, dos o tres ocasiones.

En el caso del general secretario, no queda claro si los soldados y oficiales que se encuentran en operaciones en todo el país, sustraen o venden su equipo personal.

Cabe mencionar que los equipos militares comprenden armas, cascos y chalecos. La venta se ha llevado a cabo en diferentes plataformas electrónicas.

Este tipo de equipamiento es utilizado, especialmente, en Sinaloa, Tamaulipas, Michoacán y Jalisco, reveló.

Ambos mandos castrenses informaron tener detectados a los responsables y los han dado de baja.

Quizá hasta el propio presidente se sorprendió de la información. O mostró su disgusto cuando afirmó que se va a castigar a los elementos de las fuerzas armadas que cometen actos ilícitos.

Para concreta informó que ya se presentó una iniciativa para tener más control en la venta de armas, chalecos, y equipos militares.

Extraño remate.

En México, en todo el país, están prohibidas las armerías. No se puede adquirir un arma, cualesquiera que sea el tiempo ni parque. 

Como civiles, para comprar un arma se tiene que recurrir a la Defensa Nacional directamente o a las Zonas Militares diseminadas en todo el territorio nacional. Y a nadie, así NADIE, se les vende un arma mayor a 9 milímetros de cartucho corto. Aunque existen otras con el mismo calibre las balas no son de corta pólvora, Esas están reservadas para el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional. Y punto. Los cuerpos de seguridad estatales y municipales tienen limitantes para adquirir armamento de gran calibre.

Pero los criminales se las obtienen y de los ¡soldados y marinos!

Con darlos de baja no basta. Soldados y marinos conocen las claves de algunos operativos, la forma en que se mueven los mandos, el tipo de arsenal con el que cuentan, las rutas que siguen para encontrar a los criminales, el equipo táctico, las comunicaciones y los transportes. 

La admisión de culpa no releva de la responsabilidad al general secretario y al almirante.

¿Por qué las tropas y seguramente suboficiales y oficiales sustraen, por una parte, y venden sus propios equipos a los criminales, por la otra?

Algo no está bien. Diríase que está muy mal y que la ciudadanía puede perder, y con razón, la confianza en las fuerzas armas.

Hay que reflexionar el tema. Y no evadir las consecuencias.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada.

 

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