*El Programa de Autoabasto Condenado al Fracaso,
Afirma el Dirigente de la UNTA
*La Producción Agrícola Temporalera, Abandonada
y sin Estímulos Para Sembrar
*Maíz, el Grano más Adquirido en el Extranjero con
Precios Internacionales
*Factor que Disparó la Inflación; más Gasto y Menos
Cantidad por Encarecimiento
*Para Evitar Escasez se Destinaron ya 30 mil Millones
de Dólares en Importaciones
MIGUEL ÁNGEL ROCHA
Al conocido estilo cuatroteísta, el presidente vuelve a mentir. Sabe que no podrá contener la carestía y arma un circo donde el “pagano”, será el pueblo bueno, el asalariado al que ya no le alcanza para canasta básica y se sumó a los 15 millones de pobres alimentarios de este país.
Tan es así que el propio Banco de México ajustó al alza sus tasas de interés para colocarla en siete por ciento. El INEGI reportó inflación general por arriba del 7.5 por ciento, la subyacente ya está en 6.2 por ciento. Esto último significa que productos de consumo necesario como alimentos y bebidas, vestido, vivienda, menaje doméstico, medicinas, transporte y comunicaciones, entre otros, ya están muy por arriba de lo que costaban el año pasado.
La contención en gasolinas a un costo de recaudación fiscal por arriba de los 350 mil millones de pesos, finalmente se reflejará en déficit, en deuda y eso, al final lo pagan todos los consumidores con o sin auto.
Pero, además, como reflejo del desastre en que convirtió el agro mexicano la “política” clientelar de la actual administración con el desmantelamiento de organizaciones agrarias y de los apoyos a siembras y comercialización, las importaciones de granos básicos como maíz, frijol, arroz, trigo y oleaginosas sumaron durante 2021, más de 15 mil millones de dólares (arriba de 300 mil millones de pesos), nueve mil 585 millones de pesos más que en 2020, es decir, 56 por ciento.
Esto significa que de acuerdo con el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas y las cifras del Banco de México y el INEGI, se alcanzó un nuevo nivel histórico en las compras al extranjero frente al más alto registrado por gobiernos neoliberales que colocaron su marca en 2012 con 10 mil 802 millones de dólares en importaciones.
Además, la tendencia va en ascenso en respuesta a la disminución de la productividad. Tan es así que los ciclos temporaleros (primavera-verano) son cada vez más abandonados por los campesinos y por incremento de precios internacionales.
Por ejemplo, de los más de 15 mil millones de dólares del 2021, cinco mil 52 millones se destinaron a la importación de maíz, cuyo precio internacional que se fija en la Bolsa de Chicago, registró un aumento del 23 por ciento en relación al año anterior, lo cual se reflejó en México en el alza del kilo de tortilla que en ese año pasó de 15 a 18 pesos en promedio.
IMPORTACIONES DE GRANOS
CRECIERON 56% EN UNA DÉCADA
Lo grave es que el mayor gasto se debe no a una mayor importación de volúmenes de básicos sino al encarecimiento internacional de los mismos, sequías, heladas y abandono de tierras.
Los datos oficiales indican que por volumen las importaciones de básicos y oleaginosas en 2021 fue de 38.7 millones de toneladas frente a 35 millones de toneladas en 2020, es decir una diferencia de apenas 10 por ciento frente al 56 por ciento de incremento en el valor y al diferencial de 60 por ciento en el fertilizante.
Por eso esta carestía incide también en los forrajeros, por eso los precios de la carne van al alza y de 130 a 150 el kilo de bistec en abril, en este mes ya está entre 170 y 220 pesos, eso sí, de bovino criollo ya que los de mex-1 de exportación sólo se consumen en restaurantes fifís.
De tal suerte que, aunque se haga un pacto, que más allá de ser una “llamada a misa” como afirma Álvaro López Ríos, líder de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, la estrategia es una mentira llamada al fracaso por eso los ajustes a las tasas de interés de Banxico. La razón básica es que no hay producción que lo sustente y el encarecimiento de las importaciones.
LA CRISIS
APENAS INICIA
El dirigente estima que, aún falta lo peor “la crisis inicia ahora; muchas de las tierras de temporal se quedarán sin sembrar en este ciclo agrícola porque no se va a invertir en él”. La urea que es fertilizante básico para maíz, frijol, trigo y otros granos subió de 14 mil pesos en 2021 a 22 mil pesos este año por efecto de la guerra en Europa Oriental.
Las importaciones de cereales procedentes de Estados Unidos para el primer trimestre de este 2022, ascendieron a mil 724 millones de dólares, lo cual significa un crecimiento del 33.9 por ciento frente al mismo período de 2021, incluyendo trigo y maíz, principalmente.
Calcula López Ríos que, en los tres años transcurridos de la presente administración, argumentando la corrupción gremial, el gobierno lleva importaciones agrícolas por más de 30 mil millones de dólares. Desmanteló cadenas productivas y de comercialización. La situación está tan grave que, en un acto en Morelos, “le exigí que no generalizara en sus ofensas y que no abandonara al campo, pero lo hizo”.
Y es que su estrategia en vez de inyectar presupuesto a programas productivos se dedica a repartir dinero en mano a través de estrategias clientelares. Bueno ni siquiera en la comedia de pacto se invitó a los campesinos, a los productores reales, solo a los empresarios, acaparadores y grandes industrializadores.
Esa estrategia dice López Ríos, es un engaño; el descalabro a la producción no se remedia con llamadas a misa y como muestra es que la proyección del banco central es de mayor alza que tratarán de contener con el encarecimiento del dinero y llegado el caso, devaluaciones “controladas” que aumentarán deuda pública.
Tampoco funcionará el anuncio de recorrer el país para pedir a los productores que generen más, cuando más allá de las ofensas, se rompieron cadenas productivas y comercializadoras.
La llamada producción de traspatio, es otra entelequia pues de eso comen muchos campesinos, pero no les alcanza para adquirir bienes como medicamentos, transporte o vestido.
Lo mejor sería reactivar los créditos de avío y refaccionario, restituir a la Aserca su función reguladora de mercado y hacer de Segalmex un auténtico estímulo a la producción y no la olla de corrupción en que se convirtió, pero donde no hay castigo a los robos, tarea de acaparamiento y favoritismo a los “grandes”.
LA POBLACIÓN RURAL
VIVE EN LA POBREZA
Tan es así que Margarita Flores de la Vega, de la Escuela de Economía de la UNAM sostiene que las industrias agroalimentarias nacional que incluye la producción primaria (agrícola, pecuaria, forestal y pesca) y junto la productora de alimentos, bebidas y tabaco, reforzaron una estructura desigual entre grandes empresas productores, comercializadoras y las unidades de subsistencia.
Eso trae por consecuencia resultados alarmantes de malnutrición y salud pública. Por ello “más del 55 por ciento de la población rural vive en condiciones de pobreza en todas sus acepciones”. En contrasentido, el sector agropecuario creció en términos reales, lo cual habla de una menor participación del sector social y una mayor de los grandes comercializadores-intermediario.
Tal vez por eso INEGI plantea que la canasta de más de 100 tipos de alimentos que emplea para sus parámetros, se encareció en 28 por ciento en lo que va del año de la actual administración, o sea que no sólo afecta la guerra Rusia-Ucrania, sino fallidas políticas que más de fomento, son clientelares al campo.
De hecho, el mismo INEGI establece que esta espiral es la más alta de los últimos 22 años y fue en la administración de Ernesto Zedillo.
OPORTUNIDAD
CON MONREAL
De acuerdo con todo esto, la estrategia anunciada por el senador Ricardo Monreal Ávila, sería la correcta “es necesario apoyar al campo porque este sector es el único detonador de desarrollo económico y social”.
Al menos eso es lo que plantea el zacatecano en su libro “Otro campo posible” presentado en Tlalnepantla, Morelos donde según afirmó realizará una “cruzada” a nivel nacional para escuchar a productores primarios y respaldarlos. Ojalá, porque lo actual, son mentiras y sueños reduccionistas llamados a un nuevo fracaso de la 4t que pagaremos los mexicanos, incluyendo sus seguidores.
Por lo pronto, el coordinador de Morena en el Senado, plantea que el gobierno dote al campesino de seguridad jurídica, social y pública, las cuales, de hecho, no existen, pues no sólo el crimen organizado orienta cultivos o cobra derecho de piso, sino que impone la ley en vastas regiones productivas del país.
Respecto a los apoyos, el dirigente de la UNTA plantea que los campesinos parvifundistas y del sector social carecen de seguridad, ya que Agroasemex sólo abre coberturas a cultivos “viables”, con lo cual deja fuera a los temporaleros con casi 16 millones de hectáreas básicamente en primavera-verano.
Estamos descapitalizados, sin créditos, porque le quitaron fondos a la Financiera Rural que prestaba a tasas preferentes. Se desmanteló la política pública destinada al campo. Productores pequeños y medianos, están abandonados.
Los grandes sí reciben apoyos de la banca oficial, incluyendo Banco de México a través de Fideicomisos instituidos en Relación con la Agricultura, (Fira) y del de Riesgo Compartido (Firco).
La sentencia de López Ríos es contundente: la crisis apenas inicia, se va a agudizar, vamos a pagar caro que pisen al campesino. La dependencia alimentaria, nos hará menos libres, pobres y mal alimentados con todas sus consecuencias.
Será la llamada estrategia antiinflacionaria o anticarestía, una más de las promesas no cumplidas por el presidente Andrés Manuel López y se sumará a las de acabar con la corrupción que ya se volvió sello de su administración, detener las masacres, feminicidios, la delincuencia organizada a la que hoy protege, fin a la militarización, disminución de la pobreza o un crecimiento económico que sólo existió en su imaginación y de quienes creyeron en él. Todo se volvió pesadilla.