Apenas dos días antes de morir, el 1 de noviembre de 2019, la pintora Rina Lazo dio los últimos retoques al mural Xibalbá, el inframundo de los mayas, una interpretación maya sobre la muerte. Subida en un andamio para alcanzar la parte alta del mural transportable de cinco metros de alto por tres de ancho, la muralista concluyó una de las obras que más esfuerzo y tiempo le tomó: 10 años.
En un homenaje póstumo y una valoración sobre el muralismo hecho por mujeres, la obra de Lazo se exhibe de manera temporal en el Palacio de Bellas Artes donde dialoga con las obras de quienes fueran sus maestros Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y Roberto Montenegro; y si bien no es de manera permanente, el mural es el primero hecho por una mujer que ocupa un espacio en el palacio de mármol.
Durante la presentación de la pieza, acompañada de una línea del tiempo sobre la vida y obra de quien fuera esposa del pintor Arturo García Bustos, Rina García Lazo, hija de la artista, recordó que días antes de morir, su madre molía sus colorantes, lavaba sus pinceles y subía y bajaba con “energía sin igual” del andamio, apurada por terminar la obra que comenzó en 2009.
“La parte superior del mural la realizó los últimos meses de su vida porque no tenía un andamio adecuado, y finalmente terminó dos días antes de fallecer; en su cumpleaños del 30 de octubre de 2019 nos dijo que ya había terminado el mural y al día siguiente, el 1 de noviembre, mi mamá ya no amaneció.
“Este mural mi mamá comenzó los trazos desde el 2009 y quería hacer el mural desde muchos años atrás, no fue un encargo, sino que era un gusto para ella y comenzó trazando las figuras, pero lo iba dejando porque tenía muchas actividades. En 2016 lo retomó, pero en 2017 cuando falleció mi papá, mi mamá dejó de pintar casi año y medio, y hasta en 2018 retomó la pintura del mural”, contó Rina García.
En el mural se narra la concepción de los mayas sobre el inframundo, entendido no como el final del ciclo de la vida sino como la continuación de éste. Por lo que evita el sentido melancólico y amarillista, para dar paso a elementos que explican la importancia de la muerte para la cultura maya.
Entre los iconos hay referencias al maíz, al telar, a las mujeres, al universo, la luna, los animales y el eclipse, y en la esquina inferior izquierda, aparece la propia artista en su viaje al inframundo. “Rina entendía bien la concepción muy particular que tenían los mayas de la muerte y supo destacar de una manera más cercana, ellos concebían a la muerte como parte del ciclo vital y es el mensaje precioso del mural y resulta importante en estos tiempos difíciles que estamos viviendo”, apuntó Dina Comisarenco, curadora de la exposición que permanecerá hasta el 24 de julio.
La artista, agregó la curadora, se inspiró en algunos recuerdos de su infancia, en particular una visita que hizo a las cuevas de la Candelaria, cerca de Cobán, en Guatemala, junto con su madre. También tomó algunos referentes del Popol Vuh, libro sagrado de los mayas.
Sobre el método utilizado, detalló que está hecho sobre tela en un bastidor con la técnica temple que usa como base el huevo y colorantes naturales; es una técnica que Rina Lazo aprendió con Diego Rivera.