Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Para no dar su brazo a torcer y demostrar que “tiene palabra”, el gobierno federal decretó, a través de la Secretaría de Hacienda, subsidiar al 100% las gasolinas y el diésel a partir de este lunes.
Inimaginable que después de haber llevado a cabo una campaña que dura 4 años, el presidente cediera ante la realidad. Prefiere mantener su mentira y su mal pronóstico.
Serán miles de millones de pesos los que desembolse el erario público en aras de mantener un compromiso que, por desconocimiento del manejo de los precios, se evita el gasolinazo.
El temido gasolinazo. Porque “la economía va requetebién”, aunque no crezca, no se dará.
¿de dónde proviene el dinero para subsidiar las gasolinas y el diésel y además otorgar es estímulos fiscales a los comerciantes de combustibles?
Solo hay una respuesta: de los cancelados fideicomisos que apoyan económicamente a miles de personas.
El gobierno no entiende, porque no está en su proyecto, que si el crudo sube de precio en los mercados internacionales a la par aumentan las gasolinas. La refinación le da el valor agredo al otrora llamado oro negro.
Sí, llegarán más dólares porque el crudo mexicano está vendiéndose en 108 dólares, precio histórico, igual que las gasolinas.
Sin un proyecto claro, la administración de la 4t derrochará miles de millones de pesos solamente para no hacer quedar mal a su Presidente.
No se trata de golpear la economía de millones de automovilistas y transportistas. Se trata de vivir en la realidad no en sueños guajiros.
Si, por ejemplo, se agudiza la invasión rusa a Ucrania, los combustibles seguirán en ascenso en una desbocada carrera que afectará a todo el mundo. No se trata de México. No es tan especial.
Es un problema global. Y nuestro país está inserto en todos los altibajos que ocurran en las finanzas mundiales. Suponer lo contrario, es otro error más de este gobierno.
Si la mística presidencial es acabar con los aspiracionistas clasemedieros, porque a los ricos las alzas les hacen lo que viento a Juárez, esta es su oportunidad de cometer el genocidio planeado.
El resultado es que habrá millones más de empobrecidos y los recursos destinados a los programas sociales no alcanzarán para nada.
La terquedad presidencial -reconocida públicamente- no tiene límite. Agotar en 18 el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, que en 2018-2019 sumaban poco más de 30 mil millones de pesos, acabar con los 100 mil millones de los fideicomisos y “comerse” las posibles utilidades que podría obtener Pemex para sanear parte de su deuda, demuestra una política económica errónea.
Con una inflación galopante que no detiene ni Dios Padre, el desempleo creciendo, pero con salarios precarios, la pobreza convertida en abundancia, la inseguridad a todo lo que da ¿qué clase de país dejará la primera administración federal de Morena?
Subsidiar todo tiene una meta: que el Estado controle a plenitud la economía nacional y para ello comenzarán las expropiaciones, se agudizará el congelamiento de cuentas bancarias por el simple prurito de que “tienen dineros mal habidos” sin mostrar una sola prueba.
LA rifa-no-rifa del avión presidencial que podría desembocar en fraude mayor que el ocurrido por la llamada Estafa Maestra, toda vez que, por ejemplo, los 2 mil millones de pesos que “donó” la Fiscalía General de la República ,para la compra de “cachitos” fue una entrega ilegal y por ello el titular de la dependencia recibió de manos del presidente la “devolución” ¡5 meses después y sin intereses! Otro ejemplo es el de varias escuelas que se sacaron el “gordo” y aún no reciben el dinero que se “ganaron”.
¿Y la rehabilitación de las refinerías?… ¡bien, gracias!
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