Riqueza y Corrupción Internacional

*La Investigación Periodística “Secretos Suizos” y los Involucrados

*Entre Otros el Narcotraficante Serbio “Misha Banana” y el rey Jordano Abdullah II

ITZEL TOLEDO GARCÍA

En 1856 el político y empresario suizo Alfred Escher (1819-1882) fundó Credit Suisse en Zúrich, Suiza. Credit Suisse es una empresa de servicios financieros y banco de inversión global que cuenta con 1,5 millones de clientes. Según datos oficiales, en 2020 la empresa tenía como activos bajo administración 1,512 billones de francos suizos y sus ingresos fueron de 22,4 miles de millones de francos suizos. Se trata de uno de los bancos que, como otros en Suiza, resguardan la información sobre las cuentas de sus clientes con gran discreción, lo cual ha generado confianza para que las personas ricas y ultraricas depositen su dinero ahí. Es sabido que hay cuentas que pertenecen a personas que han logrado su riqueza de manera lícita y que cumplen con las obligaciones fiscales de sus países, pero también se ha sospechado sobre la existencia de cuentas de personas que han acumulado riquezas de manera ilícita y que evaden impuestos. Esto último ha sido bastante criticado por periodistas, organizaciones anticorrupción y gobiernos alrededor del mundo, pero hasta ahora había sido prácticamente imposible de demostrar. 

El 20 de febrero de 2022 se hizo pública una investigación periodística global que analiza la filtración de aproximadamente 18,000 cuentas de Credit Suisse, documentación que fue obtenida por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung gracias a una persona no identificada. Esta investigación periodística se llama “Secretos Suizos” y en ella han participado 163 periodistas de 48 agencias en 39 países coordinados por el Organized Crime and Corruption Reporting Project. A lo largo de un año, periodistas estudiaron los documentos de esta filtración histórica, los cuales demuestran que durante décadas la empresa financiera suiza ha albergado fondos ilícitos de criminales, dictadores, políticos, burócratas y empresarios corruptos. En las últimas décadas, entre los clientes de Credit Suisse se han encontrado personajes como el narcotraficante serbio Rodoljub Radulovic “Misha Banana”, el rey jordano Abdullah II que se ha enriquecido mientras la ayuda humanitaria ha sido vital para la sobrevivencia de millones de personas en Jordania, el alemán Eduard Seidel que sobornó a autoridades de Nigeria para conseguir contratos para la empresa alemana Siemens, veinte burócratas venezolanos que han debilitado las finanzas de la petrolera estatal PDVSA, entre muchos más. Mientras estas personas se han enriquecido ilícitamente, han afectado la vida diaria de millones de personas al tomar recursos que deberían ser utilizados en hospitales, escuelas, programas sociales, etc. 

Ante esta investigación periodística, Credit Suisse señala que ha mantenido los estándares más altos en su conducta y se ha negado a discutir el manejo de las cuentas de sus clientes. Añadió que varias de las cuentas de personajes con riquezas ilícitas ya fueron cerradas o están en proceso de serlo. Los periodistas se preguntaron cómo ha sido posible que personajes con riquezas ilícitas lleguen a tener cuentas en Credit Suisse, la respuesta la encontraron al entrevistar a personas que han trabajado en esa empresa, quienes han solicitado mantener su identidad secreta por temor a que haya consecuencias negativas en sus carreras profesionales. Las personas entrevistadas mencionan que si bien se hacen investigaciones detalladas de clientes ricos para evitar la creación de cuentas que lleguen a ser problemáticas para Credit Suisse, no siempre pasa lo mismo con los ultraricos, a quienes simplemente se les generan cuentas para asegurar que haya grandes montos de dinero en el banco. La apertura de estas cuentas también resulta en mayores ingresos para quienes las manejan y sus jefes.

La persona no identificada que filtró los documentos al Süddeutsche Zeitung escribió que lo hacía porque considera inmoral la situación actual que permite a las personas corruptas mantener sus riquezas a costa de las necesidades de poblaciones en países en vías de desarrollo. Además, hizo énfasis en “el hecho de que la responsabilidad por este estado de cosas no recae en los bancos suizos sino más bien en el sistema legal suizo. Los bancos simplemente están siendo buenos capitalistas al maximizar las ganancias según el marco legal en el que operan. Dicho de manera simple, los legisladores suizos son los responsables de permitir crímenes financieros y –por virtud de su democracia directa– el pueblo suizo tiene el poder de hacer algo al respecto.”

Los “Secretos Suizos” documentan lo que por muchas décadas se ha sospechado, esto es el involucramiento de un banco suizo en la corrupción internacional al ofrecer un espacio seguro para las riquezas ilícitas de personajes que han cometido crímenes económicos, políticos y sociales en distintas partes del mundo. Esto es un paso muy importante, pero probablemente insuficiente para que el gobierno suizo asegure que se van a terminar esas prácticas. Sería ideal que los “Secretos Suizos” incentivaran a que trabajadores de otros bancos suizos filtraran información para que haya más pruebas sobre la manera en que los bancos están permitiendo una situación inmoral. Quizá la obtención de más datos podría generar un cambio legislativo para que estas instituciones ya no alojen las riquezas ilícitas. También sería necesario que haya movimientos sociales para pedir reformas en otros países para asegurar que los criminales dejen de mover dinero ilícito internacionalmente.

 

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