Por Jesús Michel Narváez
Seguramente fueron Malechor, Basaltar y Gasparín quienes decidieron recordar la infancia de David Monreal Ávila y de regalo le llevaron una camioneta con 10 cuerpos que “mostraban fuellas de tortura”.
El vehículo quedó en la Plaza Navideña, con lo que se demuestra que se trató del regalo de reyes para quien actúa como virrey en Zacatecas, emulando a los de “antes”.
De acuerdo con los reportes oficiales -los buenos no se conocen- los autores del homicidio múltiple -quizá halla más cadáveres- fueron aprehendidos.
En voz del virrey: “Hemos logrado la captura de los presuntos responsables vinculados a los hechos que se presentaron el día de hoy en la capital de nuestro estado”.
Según el gobernador, con apenas con 126 días de ejercicio -protestó el 12 de septiembre del pasado año- “este tipo de hechos obedecen a la reacción del resultado del operativo Zacatecas II que ha arrojado una baja en el comportamiento delictivo particularmente en homicidios y secuestros”.
Sin embargo, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), reporta que en Zacatecas, la violencia se ha recrudecido por las disputas entre los cárteles de Sinaloa, de Jalisco Nueva Generación y Los Talibanes-Zetas.
¿A quién darle la razón?
Los datos de la SSPC recuerdan que el pasado 19 de noviembre, fueron hallados los cuerpos de 10 hombres que fueron colgados en un puente que conecta a Zacatecas con Aguascalientes, en el municipio de Cuauhtémoc, demarcación que también se encuentra dentro de las 50 más violentas, con 32 homicidios dolosos entre agosto y octubre.
La criminalidad no cede a pesar de la presunta presencia desde el 24 de noviembre, las Fuerzas Armadas anunciaron el despliegue de 3 mil 844 efectivos del Ejército y Guardia Nacional en tres zonas de Zacatecas —norte, centro y sur— para atender la ola de violencia que impacta a la entidad.
Ni siquiera los uniformados han podido inhibir a los malandros.
Eso hace suponer que o bien no se han aplicado -los castrenses- o simplemente se trata de una nueva mentira fundada en la No-Estrategia contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Aunque el presidente de la República sostiene que se ataca de raíz el problema, lo cierto es que la misma está profundamente enterrada lo que hace imposible extraerla.
Cuando el Jefe del Ejecutivo acudió con su gabinete en pleno a Zacatecas para empeñar su palabra de que la paz regresaría y para ello destinaria más elementos castrenses, todo mundo supuso que era un apoyo al hermano del senador Ricardo Monreal. Si así son los apoyos, bien vale decir: “no me ayudes compadre”.
Los zacatecanos, como la mitad de los pobladores del país, viven en la angustia de ser los siguientes blancos de los criminales, porque no todos los muertos pertenecen a los cárteles que mantienen una de las luchas más férreas en busca de controla los territorios.
Y no solo en Zacatecas hay ejecutados un día sí y otro también. Jalisco, Michoacán, Guerrero, Estado de México, Tamaulipas y Veracruz son tierra sin autoridad.
La promesa incumplida por el presidente López, como decenas más, de pacificar el país en 6 meses trae aparejada la visión equívoca para salvaguardad la vida de sus gobernados.
¿Hasta cuándo, señor presidente actuará conforme se lo ordena la Constitución?
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