Uno de cada diez niños en Centroáfrica no cumplirá los 5 años y morirá por causas prevenibles como son la malaria, enfermedades respiratorias básicas, diarreas y desnutrición, según datos de Unicef ofrecidos este viernes en su sede de Madrid.
“Estoy aquí para contar una realidad que no debe ser olvidada. Tenemos una obligación como humanos, y los niños y las niñas, que no importa donde estén, deben ser parte de nuestra reflexión”, explicó Fran Equiza, máximo representante de Unicef en Centroáfrica en un encuentro informativo hoy en la capital española.
El recrudecimiento de los conflictos armados del país ha provocado numerosos desplazamientos a zonas boscosas, donde el acceso de la ayuda humanitaria se complica.
“El principal factor de desplazamiento importante es la inseguridad, la gente se mueve por miedo”, puntualizó Equiza, miedo que impide el retorno a sus lugares de origen, por lo que “nos hemos inventado fórmulas para trabajar con ellos creando clínicas móviles”.
Los ejércitos implicados en los conflictos reclutan a niños a la fuerza por lo que “es algo prácticamente natural que el 98% de niños y niñas sean víctimas de algún tipo de violencia”, señaló el representante humanitario.
“También hay un incremento de la violencia sexual entre niñas y mujeres usadas como botín de guerra, es un país donde la violación de los derechos del niño es un herpes”, añadió.
En un país cuya extensión es de 623,000 Km² y con tan sólo 900 kilómetros de carreteras en mal estado, el acceso a los centros sanitarios es muy complicado: “El 50% de la población vive a más de 7 km de un centro de salud, las madres con varios niños no pueden llevar a sus hijos hasta que no están graves, cuando pueden hacerlo ya es muy tarde”, explicó el trabajador de Unicef.
Centroáfrica se encuentra dentro de los tres países con una población más alta en situación de vulnerabilidad junto a Yemen y Siria, “y es uno de los peores lugares del mundo para ser niño que viven en un permanente estado de violencia y donde el impacto del Covid-19 hacen de su vida una pesadilla”, reconoció Equiza.
Con un toque de queda severo durante los picos más altos de la pandemia, el impacto económico ha llegado a niveles extremos, y aún así “la principal razón por la que el gobierno vacuna no es por una prioridad nacional, la gente allí no se muere de Covid-19, saben que es una responsabilidad internacional: para acabar con la pandemia todos los países deben cumplir”, expresó el representante de Unicef en el país.
A título personal, Fran Equiza se siente afortunado de haber sido testigo y partícipe de muchas de estas experiencias,” y “lo digo con mucha humildad, no tengo ninguna intención de superarlas, tengo intención de abrazarlas ya que son parte de mí para bien y para mal”, aseguró.