A través de un comunicado de prensa, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México informó que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Secretaría de Marina y la propia FGJCDMX, ejecutaron tres órdenes de cateo en domicilios ubicados en las alcaldías Benito Juárez, Cuauhtémoc e Iztacalco.
Producto de ese cateo fueron detenidas dos mujeres y dos hombres, que se piensa podrían ser integrantes de un grupo delictivo vinculado con el ataque ocurrido el pasado 15 de octubre, en las inmediaciones de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Los trabajos de investigación señalan que los detenidos podrían estar relacionados con un grupo delictivo dedicado a la extorsión, secuestro, homicidio y venta de droga en la zona.
Los domicilios en donde se hizo el cateo se encuentran en la colonia Xoco de la alcaldía Benito Juárez, donde se detuvo a un hombre de 30 años con cerca de 101 envoltorios con un polvo blanco y una bolsa de plástico con una hierba verde. En el segundo domicilio ubicado en la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo se aseguró cerca de 180 bolsas con un polvo blanco y una báscula de gramos.
El tercer inmueble se encuentra en la alcaldía Iztacalco. En todos los casos se encontraron fotografías de una de las víctimas que resultaron lesionadas en la agresión ocurrida en el AICM, el pasado 15 de octubre.
Los tres detenidos fueron puestos a disposición del agente del Ministerio Público de la Coordinación General de Delitos de Alto Impacto, donde se dará seguimiento a las investigaciones. En tanto el inmueble quedó bajo resguardo de la autoridad ministerial mientras continúan las indagatorias.
La banda preparó el ataque desde hace un mes
Producto de las investigaciones se descubrió que los miembros de la banda delictiva que atacaron a Eduardo Beaven tenían un mes vigilándolo. La Secretaría de Seguridad Ciudadana los siguió desde el día en el que se dieron los hechos, hasta que lograron detenerlos.
En los lugares en donde se realizaron los cateos se encontraron fotografías del empresario restaurantero, para que los miembros de la banda pudieran reconocerlo y vigilar sus movimientos en las semanas recientes.
