“Cry Macho”

Del Cine y las Leyes

Reinventando al Machismo

Por Horacio Armando Hernández Orozco

“Cry Macho”, película dramática estadounidense, dirigida e interpretada por Clint Eastwood (Mike Miko), junto a Eduardo Minett (Rafael “Rafa” Polk), Natalia Traven (Marta), Dwight Yoakam (Howard Polk), Fernanda Urrejola (Leta) y Horacio García Rojas (Aurelio); se estrenó el 17 de septiembre de 2021.

Mike Miko es una exestrella de rodeo estadounidense que padece alcoholismo. Devolviendo un favor para cumplir su palabra, debe encontrar en México al problemático hijo de su antiguo jefe y regresarlo a Texas.

La cinta es una adaptación de la novela del mismo nombre, obra de Nathan Nash y publicada en 1975; Clint Eastwood, de 91 años, desarrolla una reelaboración del machismo para adaptarse al mundo actual y mediante consejos a un joven; explica una correcta formación de valores, que él jamás tuvo por los estándares de su época.

TODO POR SERVIR SE ACABA

Mike Miko llega tarde al trabajo y su jefe Howard Polk le dice que en otros tiempos hubiera hecho todo por retenerlo, pues era el mejor en los rodeos, pero después del accidente, la muerte de su mujer y su hijo, vino el alcohol y la vejez, por lo que determina despedirlo.

La cinta no trata de la sana vejez, ni procura ser un compendio de cómo afrontar los problemas de la madurez, sino el de entender, aunque sea tarde, que las dificultades de la vejez son la consecuencia de la inmadurez emocional de cuando se es joven, que toda decisión buena o mala tendrá a la larga una consecuencia, que nada es para siempre y que, si hoy eres el mejor, muy probablemente mañana ya no lo serás.

En las últimas cintas como director y actor, Clint Eastwood ha manejado el tema de cómo afrontar la vejez, consciente de que antaño era el vaquero del espagueti western que hacía uso de la violencia para solucionar los problemas, pero ahora, siendo un nonagenario e interpretando su papel en este neo-western, su madurez como actor y cineasta le permiten mostrar que los problemas no se solucionan con el uso de la violencia, tan es así que en la cinta sólo hay una escena en que toma un arma de fuego, pero no la dispara.

La clásica historia del hombre mal encarado que debe enfrentarse a una situación inusual es parte del repertorio de Eastwood, pero en esta ocasión, sale de su entorno y se mueve hacia lugares distintos a los habituales.

UN ENCARGO, UN VIAJE Y ALGO MÁS

Un año después de haber sido despedido, a su casa llega su ahora ex jefe Howard Polk, quien le encarga a Mike que traiga de México a su hijo Rafa Polk, quien está con su mamá, una mujer relativamente joven, alcohólica, que tiene descuidado al menor de trece años. Por una extraña razón Mike acepta el trabajo, aunque sabe que por su vejez no será sencillo.

Pareciera ser que esta encomienda le permitirá al personaje entender un poco más sobre su vejez y ser útil de nueva cuenta; es una oportunidad para reencontrarse con algo que el propio Mike no sabe qué puede ser.

Cuando llega a casa de Leta, mamá de Rafa, se da cuenta que efectivamente, no es la mejor madre, pues su alcoholismo ha detonado que el joven ande en las calles apostando en las peleas clandestinas, con un gallo llamado “Macho”. Pronto se gana la confianza de este joven a quien le dice directamente que ha sido contratado por su padre para llevarlo a Texas.

MACHO NO MACHISMO

Cuando Mike acepta buscar al hijo de Howard Polk trata de mantener la distancia emocional, de inicio para él sólo es un trabajo y nada más; se mueve como el clásico mentor que a regañadientes debe enmendar el camino de un díscolo discípulo, pero a medida que avanza este road trip, se rompe esta premisa inicial, y comienza la enseñanza basada en la experiencia de lo vivido.

La percepción del bien y del mal como algo relacionado con la naturaleza de las cosas en apariencia insignificantes está presente entre el viejo Mike y el joven Rafa, quien al principio lo ve como un gran campeón de rodeos, que es el clásico macho alfa lomo plateado que no necesita de nada ni de nadie para triunfar en la vida, pero Mike le explica al joven que esa interpretación errática de los valores que dio su época al machismo lo llevó a la ruina interna, así que es hora de reelaborar su cosmovisión y cuestionar su propia crianza.

El filme busca relatar la sensibilidad antigua de un tipo de masculinidad que ahora mismo resulta retrógrada, siendo importante señalar que el guion original fue escrito a inicios de la década de los setenta, y que en 1975 se publicó la novela que desarrolla ese guion, es decir, que del guion nace la novela y no a la inversa; por eso llama la atención que desde esa época el concepto erróneo de macho ya estaba siendo cuestionado.

No hay el gran discurso moral sobre lo bueno y malo del machismo, sino sólo ver el fracaso presente de alguien que otrora se estimaba el gran macho, pero como diría el propio Mike “ser macho está sobrevalorado”.

Aun sin los grandes argumentos, resulta entrañable la ternura secreta del personaje principal, en especial, en la forma en que decide que Rafa merece la oportunidad de comprender la vida al margen de la violencia; ambos han sufrido en la vida, muy probablemente Mike por errores propios y Rafa por errores de los demás.

SABOR A MI

Dicen que la edad hace más sentimental a la gente, y al menos Mike así se muestra, en ese encuentro con Marta, la mujer que atiende un modesto restaurante en un pequeño poblado, quien también es viuda y cuida de sus cuatro pequeñas nietas que han quedado huérfanas.

La cinta concede imágenes conmovedoras con grandes silencios, y basta ver el rostro ya cansado de Clint para que el espectador y verdadero fan de este icono del cine se deleite con su simple presencia.

Escenas de auténtico romanticismo sin palabras, como aquella en que Mike cocina para Marta, o cuando hace reír a sus nietas y baila con ella simplemente abrazados bajo una tenue luz, los personajes se mecen cariñosamente, al compás de “Sabor a Mí”, de Eydie Gormé y “Los Panchos”, un simbolismo de fusión de una cantante americana con el mejor trio mexicano de boleros.

Tras décadas de personificar al vaquero frío y arquetipo de la violencia, con el tiempo surge otro vaquero amigable y amoroso, donde la violencia no es la vía para resolver los problemas.

Clint Eastwood tiene 91 años de edad, y si bien, ésta no es su mejor película, sí pudiera ser una gran despedida, pero ¿acaso será el último viaje cinematográfico de este gran actor y director?

Que la mejor respuesta sea de los verdaderos fans de Clint…

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