
El pontífice sufrió una importante acumulación de moco endobronquial y un broncoespasmo este lunes.
A pesar de los dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda y un pronóstico reservado, El Vaticano dio a conocer este martes que el papa Francisco descansó durante el horario nocturno, transcurriendo una noche de relativa normalidad.
Además de los sucesos respiratorios ocurridos el día tres de marzo, también tuvieron lugar una importante acumulación de moco endobronquial y el consiguiente broncoespasmo, lo cual acrecentó la preocupación en torno al papa.
Sin embargo, se divulgó que la acumulación de moco era una consecuencia de «la reacción de los bronquios que intentan expulsar la mucosidad que se acumula para eliminar las bacterias», lo cual podría significar un paso positivo para la recuperación de Francisco.
Además de ello, los valores de los análisis de sangre no cambiaron, lo que revela la ausencia de leucocitosis y aleja la posibilidad de una sepsis, al no detectarse infección, según dio a conocer la Santa Sede.
Por consiguiente, el cuadro clínico del jefe de la Iglesia católica sigue estando abierto a eventos más críticos, pues su complejidad ha sido un factor constante.
Tal es el caso que la Santa Sede puntualizó que el cuadro clínico es complejo , por lo cual un diagnóstico más concreto es imposible dada la volatilidad de las circunstancias.
Hasta el momento, esta hospitalización es la más larga del pontífice desde 2021; sin embargo, la actual internación del Papa fue debido a una infección respiratoria aguda que se complicó con una insuficiencia renal. Telesur