La situación en torno a Ucrania es un elemento clave en la «guerra híbrida» desatada contra Rusia, declaró en una entrevista con Sputnik el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
«El rumbo antirruso y rusófobo de la política de Estados Unidos se basa en un consenso interno y es de naturaleza bipartidista. Ucrania es vista como un elemento clave en la guerra híbrida desatada contra Rusia», indicó el canciller respondiendo a la pregunta sobre el futuro de las relaciones de los dos países en vista de las elecciones presidenciales en el país norteamericano.
Lavrov indicó que no hay que tomar en serio lo que dicen la actual vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, del Partido Demócrata, y el expresidente Donald Trump (2017-2021), del Partido Republicano, «durante la controversia electoral».
Las elecciones presidenciales de EEUU, en las que compiten Harris y Trump, se celebrarán este martes, 5 de noviembre.
A principios de octubre, Trump afirmó que si gana las presidenciales, sus primeras llamadas telefónicas serán al mandatario ruso, Vladímir Putin, y a Volodímir Zelenski, con el objetivo de poner fin al conflicto ucraniano.
Rusia y la OTAN
La respuesta de Rusia será adecuada en caso de agresión en su contra por parte de la OTAN o de algunos de sus países miembros, expresó Lavrov.
«En caso de acciones agresivas por parte de la OTAN o de algunos de sus Estados miembros contra nuestro país, se tomarán medidas de represalia adecuadas, en pleno cumplimiento con el derecho soberano de Rusia a la autodefensa consagrado en la Carta de la ONU y con el uso de cualquier medio necesario para garantizar su seguridad», sostuvo.
Lavrov enfatizó que «nadie podrá esconderse ni detrás del Océano Atlántico ni detrás de La Mancha». Según el canciller, Moscú no se puede ignorar el hecho de que «la OTAN lleva mucho tiempo sin ocultar su política agresiva hacia Rusia».
El ministro recordó que las estrategias de la alianza describen a Rusia como «la amenaza más significativa y directa para la seguridad», y los dirigentes de la OTAN afirman constantemente que Moscú, supuestamente, va a atacar a algún Estado miembro de la OTAN en los próximos años.
Al mismo tiempo, «Europa se militariza a un ritmo acelerado, y las fuerzas de la OTAN practican operaciones ofensivas contra Rusia durante los ejercicios», añadió Lavrov.
Subrayó que, si Kiev utiliza armas occidentales de largo alcance para golpear profundamente en territorio ruso, significará que no solo Ucrania, sino también los países de la OTAN están ya en guerra con Rusia «a cara descubierta, sin dudar ya en ocultar los hechos sobre mercenarios, voluntarios, instructores y otros tipos bajo bandera extranjera».
«En otras palabras, la propia naturaleza del conflicto, que los líderes occidentales han intentado [aunque no con mucho éxito] enmascarar, saldrá literalmente a la luz (…) Debería ser obvio para todos que los ucranianos no pueden utilizar armas occidentales de alta tecnología de largo alcance por sí solos», concluyó.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 la operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos son proteger a la población de un genocidio por parte del Gobierno de Kiev y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este. Ucrania es apoyada militarmente por 32 países del bloque bélico, liderado por Estados Unidos e integrado por la mayoría de los países de la Unión Europea.
El Kremlin sostiene que la política de Occidente de nutrir de armas a Ucrania no contribuye a las negociaciones ruso-ucranianas y sólo tendrá un efecto negativo.
La navegación en el mar Negro
Rusia está estudiando las propuestas de Turquía y del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, sobre la navegación en el mar Negro, aseguró Lavrov.
«Actualmente, [las propuestas] están siendo estudiadas por las instituciones competentes. Pero hasta ahora no hemos encontrado nada nuevo que indique la disposición a tener en cuenta los intereses rusos», relató.
El ministro también enfatizó que las autoridades turcas y el presidente Recep Tayyip Erdogan personalmente «prestan mayor atención a la solución de la crisis ucraniana y han proporcionado repetidamente plataformas para las negociaciones con los representantes de Kiev».
Con asistencia de Turquía, recordó, en julio de 2022 en Estambul fueron firmados el pacto alimentario y el memorando Rusia-la ONU sobre la normalización de las exportaciones agrícolas y de fertilizantes rusos. Sin embargo, denunció el canciller ruso, Ucrania usó la Iniciativa de Granos del Mar Negro para «llevar a cabo ataques y provocaciones contra barcos e infraestructuras costeras rusas».
En lo referente a las exportaciones rusas, esta parte del acuerdo aún sigue sin cumplirse, constató Lavrov.
Desde entonces el acuerdo fue prorrogado en tres ocasiones, la última vez el 17 de mayo de 2023, por dos meses.
Rusia formuló cinco requisitos para extender el pacto alimentario: reconectar su banco agrícola, Rosseljozbank, al sistema SWIFT; reanudar envíos de maquinaria agrícola, repuestos y mantenimiento; levantar la prohibición de acceso a los puertos; reactivar el ducto de amoníaco Togliatti-Odesa; así como desbloquear los activos y cuentas extranjeras de las empresas rusas relacionadas con la producción y transporte de alimentos y fertilizantes.
A falta de avances en esta materia, el Kremlin anunció el 17 de julio de 2023 que Rusia suspendía su participación en el acuerdo, pero estaría dispuesta a retomarla en cuanto se cumplan sus condiciones.
Las elecciones en Georgia
Los informes sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones parlamentarias de Georgia son «una mentira descarada», declaró el ministro.
«Una mentira descarada. Los estadounidenses tratan de atribuirnos lo que hacen ellos mismos», aseguró Lavrov al comentar las afirmaciones de analistas estadounidenses de que Rusia supuestamente había intervenido directa e indirectamente en las parlamentarias georgianas.
El canciller agregó que Washington «sigue explotando» su propio «mito» sobre la interferencia rusa en cualquier elección si ganan las fuerzas contrarias a los intereses estadounidenses.
«Ya hemos compartido nuestras evaluaciones sobre la injerencia sin precedentes de Occidente en los asuntos internos de Georgia, su presión descarada sobre las autoridades y los votantes del país», enfatizó Lavrov.
Además, aseguró que Moscú respeta la elección del pueblo georgiano y está dispuesta a seguir normalizando las relaciones bilaterales con Tiflis.
El 26 de octubre Georgia celebró los comicios parlamentarios. Según el escrutinio, el partido gobernante Sueño Georgiano lideró la votación con el 53,93% de las boletas, mientras cuatro partidos opositores —el Movimiento Nacional Unido, la Coalición por el Cambio, Gajaria para Georgia y Georgia Fuerte— obtuvieron conjuntamente el 37,78% en total.
El coordinador especial de la misión a corto plazo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Pascal Allizard, señaló una buena organización de las elecciones, sin embargo, notó una serie de violaciones registradas por los observadores.
A su vez, los cuatro partidos opositores y la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, se negaron a reconocer los resultados. Además, Zurabishvili los calificó de «una falsificación total» e instó al pueblo georgiano a protestar.
Chisinau y Transnistria
El ministro de Exteriores de Rusia expresó la esperanza de que Chisinau evite los pasos que provoquen una escalada de tensiones en Transnistria.
«La situación en torno a Transnistria es efectivamente complicada. Entre otros factores, está afectada por los procesos políticos internos de Moldavia. Espero que las autoridades moldavas tengan la sensatez suficiente para evitar los pasos imprudentes que puedan provocar una escalada de tensiones», recalcó.
Según el ministro, el formato 5+2, creado en 2002, en la que participan la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Rusia, Ucrania, la Unión Europea y Estados Unidos como mediadores, «atraviesa un periodo difícil».
«Su trabajo está congelado», afirmó Lavrov, señalando como la causa principal no solo el bloqueo del proceso por parte de Kiev, sino también «las posturas diametralmente opuestas» de Chisinau y Tiráspol.
«En este contexto, hay argumentos de que la situación regional requiere la creación de nuevas plataformas de diálogo sobre Transnistria, se pone en tela de juicio el valor del formato 5+2. No estamos de acuerdo y consideramos necesario el apoyo externo al diálogo directo entre Chisinau y Tiráspol», destacó.
La historia de la república rebelde de Transnistria se remonta a 1992, cuando varios distritos de la ribera oriental del Dniéster, de población mayoritariamente rusohablante, se rebelaron contra Chisinau y proclamaron la creación de la República Moldava de Transnistria por miedo a que Moldavia se fusionara con la vecina Rumanía tras el colapso de la Unión Soviética.
Chisinau respondió con el envío de tropas al territorio rebelde, lo que provocó un conflicto armado que se prolongó por varios meses.
Actualmente Transnistria es un territorio fuera del control de Chisinau, con todos los atributos de un Estado, incluida su propia moneda. El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de la Comisión de Control Conjunta y un contingente militar mixto de Rusia, Moldavia y Transnistria.
La república rebelde insiste en obtener la independencia, pero Moldavia se la niega, ofreciendo a cambio una amplia autonomía.
El proceso de normalización Bakú-Ereván
Los intentos de Estados Unidos y la Unión Europea de excluir a Rusia del proceso de normalización entre Azerbaiyán y Armenia aumentan las amenazas a la seguridad en la región, declaró el ministro.
«El intento de Washington y Bruselas de excluir a Rusia del proceso de normalización entre Armenia y Azerbaiyán solo aumenta las amenazas a la seguridad en la región», aseveró.
El ministro agregó que Moscú ve importante «consolidar el proceso de paz en el paradigma regional, en el círculo de amigos, los países del Cáucaso Meridional y los Estados socios adyacentes, excluyendo la interferencia destructiva del exterior».
Rusia, continuó, está dispuesta como antes a prestar asistencia para concluir exitosamente las negociaciones entre Bakú y Ereván basándose en los acuerdos tripartitos entre los mandatarios de Rusia, Azerbaiyán y Armenia alcanzados entre 2020 y 2022 en la forma y el volumen exigidos por ambas partes negociadoras.
En 2022, Bakú y Ereván, con la mediación de Rusia, EEUU y la UE, empezaron a debatir la firma del futuro tratado de paz.
A finales de mayo de 2023, el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, declaró que Ereván estaba dispuesto a reconocer la soberanía de Azerbaiyán en las fronteras de la época soviética, es decir incluyendo el enclave de Nagorno Karabaj.
Pese a esto, en septiembre del mismo año, Azerbaiyán lanzó una operación militar que derivó en el desarme y la autodisolución de las milicias armenias de Nagorno Karabaj y, finalmente, en el anuncio de que esta república rebelde dejaba de existir desde el 1 de enero de 2024.
El pasado 7 de diciembre, Bakú y Ereván afirmaron en una declaración conjunta que existe una oportunidad histórica para lograr la paz largamente esperada en la región del Cáucaso Sur, confirmaron la intención de normalizar las relaciones y alcanzar un tratado de paz sobre la base del respeto a los principios de soberanía e integridad territorial. Sputnik