Las Fuerzas Armadas ucranianas siguen utilizando sistemáticamente sustancias químicas tóxicas contra militares rusos y civiles, declaró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova.
«Formaciones armadas ucranianas siguen utilizando sistemáticamente sustancias químicas tóxicas –cloro, amoníaco, nitrato de amonio, ácido sulfúrico–, incluidas las que están en las listas 2 (Bi-Zet) y 3 (cloropicrina) de la Convención sobre Armas Químicas, y agentes antidisturbios contra unidades de las Fuerzas Armadas de Rusia, civiles y funcionarios de la Administración civil», dijo Zajárova en un comunicado.
Según la vocera, la razón de que Kiev siga utilizando sustancias prohibidas con fines de combate es la connivencia y el patrocinio de Occidente.
«En particular, los especialistas rusos han registrado violaciones por parte de Ucrania de las disposiciones de los artículos de la Convención sobre armas químicas, de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 y del Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971», subrayó.
Zajárova también puso de relieve la amenaza de un desastre medioambiental creado deliberadamente por «formaciones armadas del régimen de Kiev» en empresas químicas industriales.
«Actualmente están preparando y llevando a cabo un conjunto de medidas destinadas a falsificar la base de pruebas con el fin de seguir acusando a Rusia de violar las disposiciones de la Convención sobre armas químicas en la conducción de las hostilidades», aseguró la diplomática.
La portavoz señaló que, «según las autoridades competentes rusas, en el período comprendido entre julio y septiembre de este año, los países de la OTAN suministraron a Ucrania más de 70 unidades de modernos dispositivos técnicos de detección y fijación de sustancias tóxicas», entre ellos los últimos detectores químicos.
«Advertimos a Washington y a sus satélites de que ‘no jueguen con fuego’ para no destruir definitivamente el régimen de la Convención sobre armas químicas establecido desde 1997», enfatizó Zajárova.
La vocera añadió que los hechos de la cooperación de Kiev con islamistas de Oriente Medio y África demuestran que el terrorismo «químico» es una amenaza muy real procedente de los servicios de seguridad ucranianos. Sputnik