La introducción de elevados aranceles sobre los vehículos eléctricos (VE) procedentes de China, discutida en la UE, resultaría desventajosa para el productor alemán Volkswagen, ya que causará más daño que utilidad, comentó a Sputnik un portavoz de esa compañía. Su opinión es compartida por otros fabricantes del sector, como BMW y Mercedes.
«En el contexto actual de debilidad de la demanda de automóviles eléctricos en Alemania y Europa, la decisión de la Comisión Europea será perjudicial. Las consecuencias negativas de esta decisión superan cualquier beneficio potencial para la industria automovilística europea y, en particular, para la alemana», afirmó.
Según el interlocutor, el consorcio alemán, que está experimentando una crisis profunda, está abierto a los retos y a la creciente competencia en el mercado internacional y con China, algo que a su vez beneficia a los clientes de la empresa.
«Los aranceles en general no son adecuados para reforzar la competitividad de la industria automovilística europea a largo plazo: los rechazamos (…) El comercio libre y justo y los mercados abiertos son la base de la prosperidad, el empleo y el crecimiento sostenible en todo el mundo», explicó.
El representante del fabricante también confirmó las recientes informaciones de los medios alemanes de que la empresa está instando a Berlín a votar en contra de la imposición de aranceles de la UE a las importaciones de los VE chinos.
«Esperamos que el Gobierno alemán adopte una posición clara sobre esta cuestión», añadió.
Otros dos gigantes de la industria automotriz alemana —Mercedes-Benz Group y BMW— también se unieron a la postura de Volkswagen y prometieron presionar a Berlín para que votara en contra.
«La UE debería buscar una solución negociada con China en lugar de imponer aranceles. Un voto ‘no’ del Gobierno alemán sería una señal de esto y ayudaría a evitar una guerra comercial», indicó el director ejecutivo de Mercedes-Benz, Ola Kallenius.
A su vez, el CEO de BMW, Oliver Zipse, sostuvo que los aranceles adicionales también perjudicarán a empresas europeas presentes en China y podrían provocar un conflicto comercial «del que nadie se beneficiará».
Por su parte, las autoridades alemanas señalaron que Berlín planea abstenerse, en lugar de votar en contra.
El 2 de octubre, Reuters citó fuentes según las cuales los países de la UE podrían aprobar el 4 de octubre la imposición de aranceles a las importaciones de autos eléctricos procedentes de China.
Las tarifas serán introducidas a menos que una mayoría calificada de 15 países de la Unión Europea que representen el 65% de la población del bloque votara en contra.
De acuerdo con el medio, Francia, Grecia, Italia y Polonia votarían a favor de las tarifas de hasta 45%, y su apoyo «debería ser suficiente» para aprobar el proyecto con aranceles. Juntos, representan el 39% de la población de la UE.
La posición de España, un anterior partidario de los aranceles, «no quedó clara» después de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, comentara durante su visita a China en septiembre que la Unión Europea debería reconsiderar su postura, reportó The Business Times.
A finales de agosto, la Comisión Europea informó que había enviado a las partes interesadas un proyecto final, según el cual los aranceles oscilarían entre el 17% y el 36,3% en función del fabricante. A título excepcional, los derechos de aduana sobre los productos de Tesla serían del 9%. Las tarifas se introducirán definitivamente a más tardar en noviembre de 2024.
Desde el Ministerio de Comercio de China protestaron contra esas medidas y declararon en repetidas ocasiones que la UE estaba intensificando los desacuerdos comerciales, lo que podría provocar una «guerra comercial».
En particular, el ente señaló que los métodos de Bruselas son un modelo de proteccionismo, mientras que Pekín se mantiene firme en su determinación de defender sus intereses legítimos. Sputnik