Rusia entrega a China el mayor volumen de GNL en 12 meses y eleva sus envíos de crudo en un 25%

Para finales del verano boreal, Moscú aumentó los envíos de sus hidrocarburos a China, según se desprende del análisis de los datos de las autoridades aduaneras chinas. Esto ocurre en el contexto de los intentos de países occidentales de expulsar el petróleo y el gas rusos de los mercados mundiales y dañar la economía rusa.
Rusia suministró al gigante asiático 872.000 toneladas de gas natural licuado (GNL) en julio de 2024 — el volumen mensual más alto de los últimos 12 meses, según los datos de la Administración General de Aduanas de China. Cabe señalar, que más entregas fueron registradas exactamente hace un año, en julio 2023 (1 millón de toneladas).
Aunque en términos del volumen de suministro de GNL a China, Rusia ocupó el tercer lugar en julio solo por detrás de Australia (2 millones de toneladas) y Catar (1,62 millones de toneladas), en cuanto al volumen total del gas transportado por gasoductos y gas natural licuado exportados a ese país, Moscú mantiene el primer lugar (3.800 millones de metros cúbicos).
En conjunto, en julio de 2024, Pekín aumentó sus importaciones de gas natural en relación con el mismo mes de 2023 en un 8%. Este es un nuevo máximo para el mes correspondiente, así como el segundo resultado más alto en la historia de las estadísticas aduaneras del país, de acuerdo con el organismo mencionado.
Del mismo modo, Moscú incrementó en más de una cuarta parte el suministro de petróleo a China. En concreto, según el ente aduanero, los envíos desde Rusia aumentaron en julio en un 25,6%, hasta alcanzar los 2,21 millones de barriles por día (b/d), lo que corresponde a 9,37 millones de toneladas mensuales. El gasto de Pekín en crudo ruso en agosto pasado ascendió a 5.390 millones de dólares.
El segundo mayor proveedor de petróleo fue Malasia. Irak también aumentó sus exportaciones, mientras que Arabia Saudita, redujo envíos a China en un 17,4%, a 1,25 millones de b/d. En términos absolutos, Pekín importó 49,1 millones de toneladas de petróleo en agosto, frente a 42,34 millones de toneladas en julio.

Después de que Rusia lanzara su operación militar especial en Ucrania, numerosos países occidentales impusieron sanciones a los recursos energéticos rusos, incluido el petróleo, negándose a comprarlo e impidiendo que Moscú lo comercializara en los mercados mundiales.
El propósito de estas restricciones era golpear la economía de Rusia e impedir que lograra sus objetivos en Ucrania. Sin embargo, el resultado de estas medidas fue nada menos que un agravamiento de la crisis energética en el propio Occidente, que intensificó la recesión en varios países, como Alemania.
Al mismo tiempo, Rusia encontró mercados alternativos para sus recursos entre los países que no apoyaban esas medidas unilaterales ilegales del Occidente colectivo. Sputnik

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