El Ministerio de Exteriores de Siria condenó el ataque israelí contra un suburbio del sur de la capital libanesa, Beirut, afirmando que, al atacar el Líbano en los últimos días, Israel ha cometido crímenes contra la humanidad.
«Hoy el mundo ha sido testigo (..) de una agresión sionista contra los suburbios del sur (de Beirut) en el Líbano, con el resultado de la muerte de muchos y el sufrimiento de civiles. Al cometer estos crímenes, la entidad sionista demuestra su brutalidad, su flagrante alejamiento de la humanidad y del derecho internacional», señaló la Cancillería siria en un comunicado.
También acusó a Estados Unidos y a varios países occidentales de «apoyar militar y moralmente estos ataques».
Además, subrayó que «estos crímenes se consideran crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, ya que los sionistas no se dieron por satisfechos con la destrucción de la Franja de Gaza».
«Traspasaron todos los límites»
Por su parte, la misión diplomática iraní en el Líbano también condenó el ataque de Israel, calificándolo de crimen terrorista y expresando sus condolencias a las familias de las víctimas.
«Condenamos enérgicamente la locura y la arrogancia israelíes que traspasaron todos los límites en el ataque contra barrios residenciales de los suburbios del sur de Beirut, que mató e hirió a decenas de personas, entre ellas niños y mujeres. Reafirmamos que tales ofensas terroristas no pueden socavar la determinación y la fe del pueblo libanés», escribió la misión diplomática en la red social X.
Asimismo, el ataque contra un suburbio de Beirut de este 20 de septiembre fue condenado por los movimientos palestinos Hamás y Yihad Islámica.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) llevaron a cabo lo que calificaron como un «ataque selectivo» contra los suburbios del sur de Beirut. El ataque, según el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud libanés, se cobró la vida de 12 personas e hirió a otras 66.
«Nuestros enemigos no tienen dónde refugiarse, ni siquiera el Dahieh en Beirut. Continuaremos operando contra Hizbulá hasta que logremos nuestra misión: garantizar el regreso seguro de las comunidades del norte de Israel a sus hogares», escribió el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, en sus redes sociales.
Los medios informaron que el ataque tenía como objetivo a uno de los comandantes del movimiento chií libanés Hizbulá. Después, el Ejército israelí confirmó el asesinato de Ibrahim Aqil, jefe de operaciones de la organización y comandante en funciones de su unidad de élite Radwan, durante el bombardeo.
Según las FDI, Aqil, junto con otros altos mandos de Radwan asesinados durante el ataque, «se encontraban entre los arquitectos del «Plan de Ocupación de Galilea», en el marco del cual Hizbulá planeaba ordenar una invasión del Estado de Israel, ocupar los asentamientos de Galilea y llevar a cabo matanzas de civiles inocentes».
Las tensiones entre el Líbano e Israel se intensificaron después de que el Ejército israelí atacara el 30 de julio una casa residencial en el barrio de Haret Hreik, en el sur de Beirut, destruyendo por completo el edificio. Entre los muertos se encontraba el alto comandante de Hizbulá, Fuad Shukr.
El secretario general de Hizbulá, Hasán Nasralá, declaró posteriormente que las acciones de Israel habían «traspasado todas las líneas rojas» y que en un futuro próximo se llevaría a cabo una respuesta a tal ataque.
Israel advirtió, a su vez, que cualquier acto de agresión contra el Estado hebreo podría tener consecuencias destructivas a gran escala para el Líbano.
Los días 17 y 18 de septiembre, en distintas partes del Líbano se produjeron explosiones de dispositivos electrónicos, incluidos buscapersonas y walkie-talkies, que dejaron más de 37 muertos y casi 3.000 heridos, según los últimos datos oficiales.
Hasta la fecha se desconocen las causas del suceso, sin embargo, Hizbulá y las autoridades libanesas acusan a Israel de lo ocurrido.
Las autoridades del país hebreo aún no han confirmado ni negado su implicación en las explosiones simultáneas de miles de dispositivos electrónicos. Sputnik