¿Ensayo gorilesco?

Punto de Vista

 

Por Jesús Michel Narváez

 

Montaje.

De la tragedia a la comedia, diría el alcalde La Paz, Bolivia, Hernán Iván Arias Durán, conocido como “El Negro Arias”.

Así definió el “golpe de estado” encabezado por el general Juan José Zúñiga en contra del presidente Luis Arce.

Tragedia, porque durante horas se afirmó que el ejército boliviano tomó la casa presidencial y la sede del congreso con la intención de derribar al actual mandatario.

Comedia, porque al ser detenido el insurrecto, confesó ante las cámaras de televisión, los micrófonos de la radio y las grabadoras de los periodistas, que todo se trató de un “acuerdo” por petición del señor Arce, quien el domingo le confirmó que necesita hacer algo -el general- para recuperar su popularidad -el presidente- y debería ser algo “espectacular”.

En ese ínter, Evo Morales declaraba: es un golpe de estado planeado desde hace tiempo.

El general, por sus dichos, obedeció órdenes del “comandante supremo.”

Y para lavarse el rostro, tratar de borrar la mentira, Arce destituyó a Zúñiga del mando del ejército boliviano y ahora el militar se encuentra en prisión.

Antes de hacerse las declaraciones del militar, el mundo, sí, el mundo levantó la voz para defender al presidente Arce y sostener que la democracia está en riesgo.

Presidentes, primeros ministros, organizaciones globales -OEA, ONU, entre otras- se solidarizaron con el señor Arce y con el pueblo boliviano.

Todo para que horas más tarde, apenas unas cinco desde el inicio del “golpe de estado,”surgiera” una verdad: fue un montaje.

Un montaje ¿para qué?

Si un intento de golpe de estado, pactado y organizado desde el poder político, es la nueva arma para “recuperar la popularidad”, estamos en el mundo equivocado.

Mantenerse en el poder, por las buenas o por las malas y utilizar al ejército para sostenerse, no deja de ser el principio de una dictadura.

Armar el escenario idóneo, mostrar que el que manda es Arce y no Evo, con quien mantiene una reyerta pública, aunque en el pasado fue empleado del Morales, no tiene pies ni cabeza.

Sin embargo, podría tenerse el objetivo de prevalecer para frenar a quien, constitucionalmente, no puede volver a ser presidente del país andino.

Con su actitud, puso sobre la mesa algo sumamente peligroso: que los ejércitos de diversos países cuyos presidentes tienen la tentación de eternizarse en el poder hasta la muerte.

Si fuera el caso, hay que poner las barbas a remojar. Porque como nunca, México, su presidente, cuenta con el más poderoso ejército de su historia.

El gato encerrado salió y puso al descubierto el “acuerdo” entre el presidente y su jefe militar.

¿Miente Zúñiga?

Por lo menos hasta ahora, el presidente constitucional no ha desmentido las palabras del señor Zúñiga.

¿Y si es verdad el montaje?

¡Grave, muy grave para la democracia!

Y se le abre loso ojos a los ambiciosos del poder.

¿Se trató de un ensayo gorillesco?

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

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