Subsecretarios

 

*Las “Cuñas” Para Obtener la Información

Del Trabajo del “Jefe”

*Los Titulares de 3 Secretarías: Gobernación,

Relaciones y Hacienda

*La Urgencia de una Reforma Administrativa;

Realinear el Andamiaje

 

EZEQUIEL GAYTÁN 

 

Ahora que ya hay ganadora del proceso electoral, le futura presidenta, Claudia Sheinbaum ya no podrá ser la misma, pues quien ocupa la titularidad del Poder Ejecutivo Federal no puede darse el lujo de tener amigos, ni de decir ocurrencias, ni de comportarse relajadamente. De hecho, le guste o no, tendrá que ser la presidenta de todos los mexicanos y deberá, del verbo deber, asumir que sus decisiones están acotadas ineludiblemente por la Constitución y las leyes que de ella emanan, por lo que no le dejarán amplios márgenes de maniobrabilidad como lo supusieron Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador. Destaco algunos de esos deberes: asumir una actitud tolerante hacia quienes piensan diferente, plural porque en la democracia la sociedad se organiza y manifiesta mediante partidos políticos, institucional porque ahí descansa la legitimidad del contrato social, respetuosa del pacto federal, defensora de los derechos humanos y, por lo mismo, arrogarse con mano firme la espada de la justicia en contra de la delincuencia. 

 

Lo arriba señalado es una obviedad, lo sé, pero lo anoto porque también tendrá, del verbo tener, la obligación de emprender un Reforma Administrativa que realinee al andamiaje institucional con el propósito de que rinda frutos y con orientación profesionalizante, un equipo de trabajo en el que ella confíe y ellos sepan ejecutar, colaborar, coordinarse y cooperar entre sí. En otras palabras, un gabinete que sea de primera división en los niveles de secretarios y subsecretarios. Más aún, cabe hacer notar que existen tres secretarías de Estado en las que la presidenta designará, al menos, a un subsecretario. Dichas dependencias son la de Gobernación, la de Relaciones Exteriores y la de Hacienda.

 

Imagínese, respetable lector, que la futura presidenta Claudia Sheinbaum designa al señor X en la titularidad de la Segob y éste le agradece la deferencia y le promete trabajo honesto, lealtad incondicional y la certidumbre de cumplir cabalmente las indicaciones que reciba. Inmediatamente la presidenta retribuirá las palabras y le dirá “estimado X también he pensado que tu trabajo se verá fortalecido con el nombramiento de Y en la subsecretaría del ramo. Estoy segura de que juntos potencializarán el trabajo. En ese momento el señor X no podrá esgrimir cara de sorpresa, ni se le ocurrirá solicitar alguna explicación por la desconfianza. Así que dirá que será un honor tener a Y en su equipo de trabajo. 

 

Lo mismo deberá ocurrir en la Cancillería y en Hacienda, pues, al menos un subsecretario de cada una de esas instituciones le reportará de vez en cuando a la presidenta acerca del desempeño del titular y de lo que acontece en esa institución. Se trata de tres respectivas cuñas, pues de otra manera la presidenta tendría tres vicepresidencias y eso, en el sistema político, es un suicidio. Es cierto que Gobernación está descafeinada con las atribuciones que la actual gestión le confirió en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, pero no deja de ser la Secretaría responsable de conducir la política interior. Es decir, mantener buenas relaciones con los poderes, las entidades federativas, las iglesias, los medios de comunicación, las asociaciones civiles y los partidos políticos. Por su parte, la Cancillería es la responsable de la presencia de México en los foros bilaterales, multilaterales, con los organismos internacionales estatales y las instituciones de justicia y de derechos humanos internacionales. Finalmente, Hacienda es la conductora de la política económica, léase, las arcas nacionales, las cuestiones impositivas, el control presupuestal y la responsable de tener sanas a las finanzas públicas. 

 

Cualquiera de esos tres funcionarios se cuidará de no dar un paso de más, pues se acrecentaría su presencia política. Tampoco darán un paso de menos, ya que de hacerlo demostrarán incompetencia y la cuña impuesta por la presidenta podría soñar con la titularidad. 

 

Claudia Sheinbaum ya sabe o debe saber o pronto sabrá que no le podrá permitir a esos tres colaboradores designar libremente a sus respectivos equipos de trabajo. Algo que poco importará en otras dependencias como podrían ser los casos de Turismo o de Salud. Por supuesto que también habrá otras subsecretarías, como es el caso de la Secretaría de Educación Pública, en la que será el Sindicato de la Educación quien le proponga una terna a ella y en colaboración con el titular de esa institución tomarán la decisión correspondiente. Recordemos que los gabinetes son la personificación de los grupos de opinión, de los gremios y de los compromisos asumidos en la campaña política. Así que los futuros titulares de Gobernación, de Relaciones Exteriores y de Hacienda, que por cierto ya está anunciado, prepárense, pues no podrán tener la totalidad del equipo deseado y sepan que tendrán en sus filas a un incondicional de la presidenta de México.  

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