*El País no requiere de madrastras y padrastros;
lo que hace Falta son Estadistas
*Los Políticos no nos Pueden Tratar Como Párvulos
Ingenuos que Creemos sus Desplantes
*La Triada de Candidatos Presidenciales, Recorre el
Desconocido Territorio Nacional
EZEQUIEL GAYTÁN
Los partidos políticos actuales, ya me quedó claro, han sido incapaces de construir candidaturas presidenciales. Las y el candidato son producto de amarres cupulares y marginaron las opiniones de sus respectivos militantes de los niveles intermedios y seccionales. No es sorprendente lo arriba dicho, algunos analistas políticos ya lo mencionaron y por supuesto que no es la primera vez que ocurre. La diferencia con el pasado es que los enjuagues de las élites partidistas consideraban a sus cuadros en el reparto del botín y en esa salpicadera favorecían la movilidad de sus militantes. Hoy todo fue un cónclave de los dueños y gerentes de los partidos. Antes era deseable y posible canalizar la movilidad social de las respectivas militancias por diversas razones, entre lo que destacaban, una agenda de trabajo partidista incluyente, capacitación a los cuadros y propuestas de gobierno que recogían las demandas y necesidades sociales. Empero hoy lo que vemos son sediciosas actitudes pandilleriles con candidatas y candidatos hasta hace poco desconocidos y ahora cocidos al vapor, impreparados, incluyendo a los tres actuales a la presidencia de la República y dispuestos a todo a fin de alcanzar la silla del águila.
En otras palabras, la triada Gálvez, Máynez y Sheinbaum apenas está recorriendo el país con el propósito de conocerlo y al parecer no tienen a la mano investigaciones demográficas, regionales y sociales de los lugares a los que llegan, por lo que sus discursos son generalistas y confusos, sus equipos se ven también improvisados, no se vislumbra que sus cuadros hayan sido formados en sus respectivos institutos de capacitación política y, quiérase o no, muchas de las ofertas que nos ofrecen carecen de sustento económico o ya han sido cartuchos quemados en el pasado. De hecho, mucho de lo que cambia entre los tres son los eufemismos, pues las ofertas son, en la mayoría de los casos, las mismas ante el diagnóstico político, social económico y administrativo del país. Ya quedó claro la ignorancia e improvisación de la triada que aspira a gobernar el país.
Es de hacerse notar que, durante el más reciente debate, sobre todo las candidatas, respondieron a los cuestionamientos sociales con visión coyuntural y tristemente sin entendimiento de las razones estructurales que configuran en estos momentos al país. Demostraron no saber de planeación, ni de posicionamientos, ni conocen, y eso es lo peor, a la ciudadanía (cohortes socioeconómicas y por tipos de demandas y necesidades desde los ámbitos municipales). Hoy predomina la mercadotecnia electoral sobre la propaganda política, pues buscan el voto clientelar, pero sin idea de lo que significa la gobernanza como forma de gobierno.
Somos una sociedad felizmente huérfana que ya no añora la etapa del paternalismo y no requiere de madrastras y padrastros; lo que hace falta son estadistas porque en la vida estatal es necesaria e indispensable. Pero no hay confianza en ellas y mucho menos certidumbre, pues no entienden que ya crecimos, que exigimos el cumplimiento de nuestros derechos y la observancia de sus obligaciones gubernamentales, no son capaces de comprender que ya no nos pueden tratar como párvulos ingenuos que les creemos sus desplantes maternalistas sustentados en el paternalismo populista.
Morena y sus aliados apoyan a una candidata que, a decir de su caudillo, ganó la encuesta y partir de ese momento hace hasta lo indecible, incluyendo la violación de las leyes electorales, a fin de catapultarla. Por su parte los partidos PAN, PRI y PRD se toparon que la ingeniera Xóchitl Gálvez quien estaba en boca de muchos por sus simpáticas ocurrencias y, sin definir un perfil ideal, la ungieron sin mayores análisis de sus conocimientos políticos, económicos, jurídicos y administrativos.
Un debate es con el propósito de demostrar capacidades políticas, habilidades argumentativas, destrezas administrativas, conocimientos básicos de economía, sensibilidad social y, sobre todo, capacidad de convencimiento. Empero, lo que ellas mostraron y demostraron fue su capacidad nemotécnica de datos duros y de lanzarlos como si se tratara de una línea de artillería que dispara cañonazos a fin de que, en un golpe de suerte, haga mella en la opositora. El ejemplo más grotesco llegó cuando la morenista le dijo a Gálvez “eres la candidata de la corrupción” y la respuesta fue “y tú la narca candidata”. En ese momento que me petrifiqué ante la pequeñez de estatura política de ambas. Entonces me acordé del periodista Manuel Seyde quien llamó “ratones verdes” a los futbolistas de la selección mexicana de futbol por su incapacidad de desempeñarse como un equipo grande que sabe acerca del arte del buen futbol y portar el escudo nacional. Dicha alegoría la podemos extender a nuestra actual clase política; ratoncitos y ratoncitas verdes.