En la Ruta del Queso y el Vino…  sí en Tequisquiapan, Querétaro

*El Ambiente fue de Alegría con Irma y Blanca Como una Buena Compañía

*Prendieron el Celular Para Escuchar Música y Cantar; Complacieron con Canciones

*Entre los Deliciosos Platillos de “La Mexicana y Olé” un Buen Restaurante

*Enseguida Llegaría una Magnífica Degustación de Vino y Quesos

*64 Viñedos en el Estado: la Segunda Ruta Enológica más Grande del País

*Y el Refrán: “A Usted que le Suda el Anca y yo que Reviento el Cincho, Habiendo Tanta Potranca…”

 

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada

TEQUISQUIAPAN, Qro.-  Viajar es una decisión que cada uno toma por diversas razones: porque tenemos días de descanso; porque se aproximan las vacaciones; porque se quiere conocer cierto destino, porque necesitamos relajarnos, por consejo médico, por… ¡porque nos lo merecemos! Entonces requerimos trasladarnos ya sea en auto, en avión, en autobús, barco, bicicleta, caballo…

Antes, pensar cuánto dinero voy a invertir para tal efecto; qué tiempo dispongo (un día, una semana, un mes…); a qué hora partir y a dónde; con quién; dónde y qué se va a comer; en qué lugar pernoctar -si así se decide-; qué más visitar en el lugar elegido; qué hacer.

Pero, si no quieres ocuparte de esos detalles, una excelente opción es integrarte a un viaje grupal donde el paseo ya está armado, es decir, ya tienes la mesa puesta y esto gracias a las agencias de viaje que cuentan con varias opciones.

Como parte de las experiencias que ofrece la empresa Bumeran WTC, Acoxpa, Copilco y Family, en días pasados un grupo de amigos y familiares realizaron un viaje para vivir parte de la ruta del queso y el vino en Tequisquiapan, Querétaro, -un producto turístico que ha dado resultados extraordinarios al sector turístico de la entidad- que incluía recorrer los viñedos Azteca; y visitar Peña de Bernal.

El traslado se hizo en camionetas destinadas a llevarte de un lugar a otro, de las que tienen más de 10 y hasta 20 asientos para elegir. El punto de partida fue en tres sitios cercanos al transporte colectivo Metro para que cada quien escogiera el que más le convenía.

La cita fue ¡a las 6 de la mañana!, para que rindiera el día. Una vez en el transporte ya se cuenta con seguro de viajero por cualquier imprevisto que nunca nadie pensamos ni queremos que suceda y que pocas veces lo adquirimos cuando viajamos por cuenta propia.

Irma González y Blanca Mejía Hernández, dueñas de la franquicia de viajes Bumeran WTC y Acoxpa, entre otros agentes de viajes, acompañaron el paseo de la ruta del queso y vino.

Como era muy temprano, nos dejaron dormir un rato. Se hicieron paradas técnicas -las personas de la tercera edad las piden- y una más para comprar si así lo decidías. Al subir de esta última parada la modorra se había quitado.

Irma y Blanca comenzaron a poner ambiente; prendieron el celular para escuchar música y cantar; complacieron con canciones a elegir y, claro, ¡el que la pide… la canta!

LA MEXICANA Y OLÉ

Llegamos al restaurante “La Mexicana y Olé”. Para aprovechar el tiempo, con antelación, nos preguntaron si queríamos huevos con jamón, chilaquiles rojos o verdes, o molletes; jugo o fruta; y café o té, de manera tal que cuando llegamos a desayunar ya estaban los platillos preparados. Enseguida se dio una degustación de vino y quesos.

En entrevista con la sommelier de la casa, Itzayana Hernández, comentó a Misión Política que el estado de Querétaro es súper importante en el tema del queso y del vino. Afirmó que “tenemos 64 viñedos en el estado, lo que nos convierte en la segunda ruta enológica más grande del país; aquí se elaboran toda clase de vinos, con cualidades únicas, vinos frescos y suaves que invitan a adentrarse al mundo del vino”.

Tras señalar que la empresa es cien por ciento familiar, recordó que su mamá y hermanos fundaron hace 14 años el negocio para promover y difundir la cultura del queso y del vino de Querétaro y subrayó, que son una concentradora de pequeños y grandes productores queretanos, lo que da como resultado que sean distribuidores.

Refirió que en cuanto a los quesos “somos la segunda cuenca lechera más importante del Bajío, lo que da garantiza de los quesos”.

La degustación de quesos, que se acompañó con una copita de vino rosado, incluyó 14 variedades, la mayoría tipo manchego por tener buena grasa y resistir cualquier ingrediente. También se degustaron quesos de leche de cabra y de oveja.

Así, se probó queso Oaxaca cien por ciento natural de leche de vaca y explicó que se necesitan de 10 a 12 litros de leche para elaborar un kilo de esta clase; después vino el queso asadero, que es una fusión de queso tipo manchego y Oaxaca que hace “muy buena costra. Si se pone a la plancha se hace el chicharrón de queso o costra y va muy bien con cerveza”.

Luego, el queso Oaxaca ahumado con leña de paja de trigo y mezquite que le da un sabor a chuleta o jamón ahumado, que va bien con vinos tintos o cerveza. Siguió un tipo manchego natural; el tipo manchego con arándano que reposó 15 días en madera que lo hace semimaduro; el tipo manchego con epazote y rajas de jalapeño. El epazote, aseguró, tiene funciones importantes: frescura, es digestivo y se disfruta más con tequila o mezcal

Llegó el turno al queso tipo manchego con habanero que trae beneficios a la salud porque contiene omega 3, vitamina C, es antioxidante y provoca la felicidad toda vez que su picor provoca que la persona inhale y exhale con fuerza y que entre mayor oxígeno al cerebro; esto ayuda a liberar dopamina, que da felicidad.

El queso tipo manchego con café tostado, un café queretano que va bien si se acompaña con crema de mezcal o baileys, rompope, cerveza oscura, wisky o coñac con miel; el tipo manchego de leche de cabra en costra de vino tinto: nada de grasa, mucho colágeno y contiene fósforo para la memoria.

Queso tipo manchego a las finas hierbas (romero, tomillo, eneldo y albahaca). Se recomienda para las pastas o pizzas, tapa con jamón serrano y un vino tinto; el queso de leche de oveja en costra de vino tinto es uno de los mejores quesos pues tiene dos medallas de oro a nivel mundial, es un queso que reposa siete meses en el vino tinto, de la Viña Milagro, de los mejores ranchos productores de queso en Latinoamérica que se llama San José María.

El queso de leche de oveja madurado en cerveza es un queso que el año pasado asistió a un concurso mundial que se trajo reconocimiento; el queso de leche de cabra a las finas yerbas con ajo va bien con vinos espumosos, blancos y rosados; queso de leche de cabra con arándano y miel servicio en una doradita de nata es un postre que se acompaña con vino dulce.

Luego, vinieron las compras de tales productos.

VIÑEDOS AZTECA

Durante un recorrido por Viñedos Azteca, Andrés explicó un poco de historia y dijo que cuando el actual dueño, don Jorge Ferreira, adquirió los terrenos en el año 2000 nunca pensó en hacer vino o tener un viñedo. Una de sus pasiones era la charrería mexicana, por lo que hizo un ruedo o lienzo charro tres años más tarde, en 2003. Abrió una escuela de charrería para menores con el fin de crear nuevas generaciones de charros.

Llegó una pareja de enólogos que llevó a sus hijos para aprender la charrería, sus suertes y sus trucos con lazos. De origen español, los expertos propusieron a don Jorge Ferreira a elaborar vinos. El dueño dijo que no, que no le llamaba la atención. Sin embargo, su esposa, doña Cony lo inscribió a un curso al que asistió sin saber de qué era: un curso de vinos. Molesto, don Jorge asistió al curso, pero cuando salió se enamoró totalmente del vino.

Decidió buscar a la pareja de enólogos y les dio el sí. El primer vino tinto que elaboró fue Pretexto, con seis varietales de uva: cabernet Frank, cabernet sauvigon, tempranillo, sirah, malbec y merlot; un mix o ensamble que se presentó al concurso de Bruselas ¡y ganó una medalla de oro!

Don Jorge decidió elaborar más y actualmente cuenta con nueve etiquetas de vino para todos los gustos y paladares.

Cabe señalar que la escuela ya cerró. Sin embargo, siguen las exhibiciones de charrería en días especiales.

El joven Antonio señaló un lugar que, dijo, fue una tienda del siglo XVIII que funcionó como tal hasta 1915. Más adelante hizo notar los refranes escritos en los arcos del ruedo. Después siguió la explicación de los viñedos y los asistentes conocieron más de los vinos al recibir una cata y una explicación de cómo se deben saborear.

REFRANES

CHARROS                                                                  

Destacan los refranes escritos en los arcos del ruedo: “A usted que le suda el anca y yo que reviento el cincho, habiendo tanta potranca sólo por usted relincho”; “Dime qué caballo te gusta y te diré que charro eres”; “A los toros del Jaral, los caballos de allá mesmo”.

“Dios me libre de un indio necio, de un juez de barrio, de un burro en mayo y de un mal caballo”; “Casa y potro, que lo haga otro”; “Si caballo quieres comprar velo antes trabajar; “Si quieres saber lo que cuestan los potros, vende los tuyos y compra otros”.

“En sudor de caballo, juramento de hombre y llanto de mujer no hay que creer”; “Alazán del alma mía en ti pienso noche y día”; “Al caballo y a los hombres, por enfrente”; “Caballo moro de jeta prieta, siempre cajeta”; “Al amigo y al caballo no hay que cansarlos”; “A tu amigo si no es charro no le prestes tu caballo pues te quedas sin amigo y sin caballo en menos que canta un gallo”.

PEÑA BERNAL

A la hora de la comida tocó ir a Peña Bernal para conocer este Pueblo Mágico con su enorme monolito considerado el tercero más grande del mundo. Allí se recomienda probar las famosas gorditas rellenas de diferentes guisados, el pan de nata, los quesos y el café.

El regreso, en punto de las siete de la noche para entrar a la Ciudad de México pasadas las nueve de la noche. 

¡Y todo por mil 200 pesos por persona (la comida aparte)!

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