Es lo que hay

 

*Las Candidatas se Enfrascan en Discursos

Tautológicos de Confrontación 

 

*Hasta Ahora, sin Presentar el Proyecto del

País que Buscan Gobernar

 

*A la Ganadora hay que Darle el Beneficio 

de la Duda y a Esperar …

 

*Las dos Sopas y la de Fideos se Acabó; 

Queda la de “Jodeos”

 

EZEQUIEL GAYTÁN 

 

La expresión “es lo que hay” es una perogrullada irrefutable debido a su realismo contundente. Significa que, en la vida, a veces, enfrentamos situaciones en las cuales ya no hay más opciones y por lo mismo es de alguna manera una resignación y, a la vez, la aceptación tácita de que lo que hay se toma o se deja. De ahí que cuando se llega a esas situaciones extremas lo importante es templar el talento y el talante y hacer lo posible por crear las condiciones a fin de avanzar y darle tiempo al tiempo y con ello podamos modificar las circunstancias. En otras palabras, lo importante es reconocer que los remansos en la vida son pasajeros y el secreto es saber esperar al mismo tiempo que provoquemos el cambio a fin de que condiciones nos favorezcan y sigamos adelante. Cuando las sociedades se encuentran frente al “es lo que hay” recurren a la resistencia que marca las diferencias debido a las actitudes y aptitudes que templan al espíritu humano. Así lo ha demostrado la historia. 

 

Hoy los mexicanos estamos frente a dos opciones, se trata de un par de candidatas y decidiremos binariamente. Ellas son lo que hay y nuestra decisión será escoger a la que consideramos la menos mala. Ambas señoras atraen mi atención y procuro escucharlas con sentido crítico, pues una de las dos será la próxima presidenta de nuestro país y ninguna ha demostrado visión de Estado, ninguna nos ha dicho acerca de la imagen-objetivo del México que nos piensa heredar en el año 2030. Ninguna se ha expresado mediante un esbozo de plan de trabajo que se oriente a resultados y al aprovechamiento racional de los recursos nacionales. Ambas tienen un discurso tautológico, de francas confrontaciones sin sutilezas. Las dos aprovechan la arenga generalista, redundante y llena de pleonasmos. Parecen un par de charlatanas con chistes ramplones y carentes de gracia. 

 

Ambas estudiaron carreras universitarias ajenas al entendimiento profundo del derecho, de la economía, de la sociología y de la administración pública. Descubrieron el servicio público al desviarse de su vocación académica y al parecer ya se empalagaron del seductor sabor del poder. Todo lo cual se les nota y ahora justifican que desean gobernar a fin de ayudar, pero con serias deficiencias formativas y nula experiencia en el cosmos de la Administración pública federal centralizada.  

 

Pero es lo que hay y sea quien sea la ganadora, considero, habrá que otorgarle el beneficio de la duda y apoyar su gestión, pues llegará a gobernar un país dividido y con grandes desafíos económicos, con falta de infraestructura, con alta inseguridad pública y con serios déficits en educación y salud. La candidata oficialista presume de cierta experiencia política, ya que fue jefa de gobierno y la candidata opositora presume de su capacidad de innovación y experiencia legislativa. Mas ninguna de las dos conoce las capas geológicas del mundo de las secretarías de Estado del ámbito federal.

 

Mi pesimismo es que en lo que va del siglo hemos tenido cuatro presidentes sin carrera en la Administración pública y todos han demostrado su falta de capacidad de pericia en el manejo de sus gabinetes, en sus habilidades de maniobra en situaciones de emergencia y en materia de destrezas al amparo de la triada gobernación, gobernabilidad y gobernanza. Para nuestra fortuna han tenido buenos titulares en la secretaría de Hacienda, pero no en quienes han despachado desde las oficinas de Bucareli. Ahora llegará otra novata en materia de Administración publica y ninguna de las dos ha desplegado foros temáticos en los cuales hablen expertos de sus respectivas materias. Consecuentemente, no escuchan a los conocedores y no están aprendiendo. 

 

Dice la voz popular con ironía que cuando las opciones son binarias “hay de dos sopas: de fideos y de jodeos y la primera ya se acabó”. Mucho me temo que eso es lo que hay. Consecuentemente hay mucho por hacer y lo primero es acudir a votar y evitar que la desidia y la apatía mediante el abstencionismo triunfen. Lo segundo es reconocer que la ganadora será nuestra presidenta y a nosotros nos corresponde hacer bien nuestro trabajo sin actitudes contestatarias. No soy partidario de esa tonta frase de que los pueblos tienen al gobierno que se merecen, pues de ser el caso aplicaría para los médicos, enfermeras, maestros y emprendedores, por citar unos ejemplos. Lo que sucede es que tendemos a pensar que la vida democrática es sufragar y hasta ahí. Realmente la vida democrática de una nación es la de construir el plebiscito social mediante el consenso y la productividad con la vista en el futuro y sin remilgos acerca de que “es lo que hubo”. 

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