Los ataques lanzados a las regiones rusas en los últimos días son intentos de manchar las presidenciales en Rusia, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Los ataques «están relacionados de una forma u otra con los intentos de arrojar sombras sobre las elecciones y desestabilizar la situación», declaró el vocero a los periodistas.
El 15 de marzo, el Ministerio de Defensa ruso informó que las FFAA de Rusia repelieron del 12 al 14 de marzo todas las tentativas de las tropas ucranianas de penetrar en las regiones rusas de Bélgorod y Kursk.
En particular, el 14 de marzo fue frustrado un intento de incursión en la región de Bélgorod, cuando unos 30 efectivos de un grupo de sabotaje y reconocimiento ucraniano llegaron en dos helicópteros Mi-8 a un lugar situado a un kilómetro de la frontera con Rusia.
En total, las pérdidas de las unidades ucranianas en estos ataques ascendieron a más de 1.500 militantes, de los cuales alrededor de 500 fueron asesinados. Además, fueron destruidos 18 tanques y 23 vehículos blindados.
Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 la operación militar especial con el objetivo de defender las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, frente al genocidio cometido por parte de Kiev, y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la OTAN hacia el este.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares. Sputnik