Recorriendo Teotihuacán… a Pie, en Moto, en Cuatrimoto, en Globo Aerostático o a Caballo

*En el “Museo del Cacao al Chocolate”, Saber que Cómo Reducir el Riesgo de Padecer Diabetes

*Pero, Además, Disminuir el Colesterol, Eliminar Cólicos y es un Afrodisiaco Natural

*Los Olmecas, Primeros en Consumirlo e Incluso se usó Como Moneda de Cambio

*Observando la Preparación del Pulque Asociado con la Diosa Mayahuel

*Además, ver al el Tlachiquero con el Acocote y Vertiendo el Líquido en Tonacales 

*Si Quieres Conocer el Mictlán, en Tlalocan te Darás Gusto Pidiéndole Permiso a la Tierra

*Y en esa Profundidad un Restaurante Para Comer Barbacoa

*Remate: “…Santos Dumont, Santos Dumont, Inventó un Globo, que Pensaba Dirigir con Aire Sólo…”

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada

TEOTIHUACÁN, Edo.mex.- Y sí, Teotihuacán no son sólo pirámides. También se pueden vivir muchas experiencias como visitar el centro cultural del cacao y chocolate; conocer campos de nopal y laboratorios donde se elaboran mermeladas, licores, salsas, dulces y productos de belleza con la seguridad de que son orgánicos; adentrarte en una de las muchas cuevas que existen y que, incluso, se conectan; así como viajar en globo aerostático, cuatrimoto, bicicleta o caballo.

CHOCOLATE

Al llegar a Villa Tlaloc “del cacao al chocolate”, puedes tomar el taller del cacao donde te informan que el chocolate reduce el riesgo de padecer diabetes; estabiliza la presión; promueve sensación de bienestar; mejora la función cerebral; reduce el estrés; previene enfermedades cardiacas; disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno; elimina cólicos y es un afrodisiaco natural.

Se destaca que cacao tiene cinco letras; su flor tiene cinco pétalos e igual número de pistilos; que el cacaotal tarda cinco años en dar frutos; y que en un corte transversal se aprecian cinco semillas pegadas al corazón.

Te muestran un fruto, semillas de cacao y la estampa de cacaotal o cacaotero, un árbol que llega a medir hasta 10 metros de altura. Los olmecas fueron los primeros en consumirlo e incluso se usó como moneda de cambio (de tres a 5 semillas por un huevo de guajolote; tres mil a cinco mil semillas por un esclavo). Sólo lo consumía la nobleza, emperadores y los sacerdotes.

Se usaba en ceremonias, rituales y ofrendas. Su uso más famoso es en chocolate, palabra que significa xoco -amargo- y atl -agua-; agua amarga (cabe recordar que se le puso azúcar hasta la llegada de los españoles).

Aquí, si quieres, puedes moler la semilla en un molcajete; te muestran, además del fruto, la manteca de cacao, dulces y más.

EL PULQUE

En este sitio también preparan pulque, “la bebida de los dioses”; un fermento de agave o maguey. Se le asocia con la diosa Mayahuel: te dicen que se elabora del corazón del maguey. ¡Y preparan el pulque con chocolate y hacen uno de piña colada!, así como pozol.

Entre sus beneficios: combate el insomnio; contiene proteína; fortalece el sistema inmune.

Para extraer el pulque, el tlachiquero -persona encargada de extraer el aguamiel- usa el acocote, un utensilio con el que succiona el aguamiel; el aguamiel es la savia del maguey que se obtiene tras el atecomatado -técnica de raspado-, para, después, verter el líquido en tonacales (recipiente de piel de vaca -también llamado toro por su forma) donde se deja fermentar el aguamiel.

TLALOCAN, CUEVA 

BAJO LA TIERRA

Otra experiencia es adentrarte al inframundo… bueno, bajar a una cueva. Al entrar, te dicen que te coloques frente a un lugar de la cueva, que pongas la mano en alguna parte de la pared y pidas permiso a la madre tierra de estar en su lugar sagrado; su recinto de energía que te hará salir purificado.

Y, entonces, con la mano derecha se dice: “permiso para entrar Tonantzi”. Cada uno asume una seriedad ceremonial. Enseguida, y para relajar, el guía comenta: “acuérdense que los chichones y alcancías son gratis”, y es que en determinado momento uno se debe agachar para no pegarse en la cabeza. Se permite encender la luz de tu celular para apagar la oscuridad.

Empieza la caminata bajo tierra, no se vé nada, es cuando algunos prenden el celular para andar seguro en esta práctica que desde hace cinco años se realiza. “Apunten hacia el suelo, nunca a la cara de alguien”.

“Estás en el Mictlán, un honor sentir esa vibración, esa energía”, dice el guía y explica que nuestros antepasados, en su cosmovisión, debían pasar nueve niveles del inframundo, que para ellos eran los nueve meses de embarazo de una mujer. Y era morir para revivir en una vida mejor.

Llegamos a un lugar y paramos porque es “donde está la magia”. Señala a lo alto de la cueva; ahí se encuentra un orificio donde entra la luz del sol y afirma que es un reloj solar. Se debe apagar la lámpara del celular para dar inicio a una dinámica donde se forma un círculo; después, pide que uno por uno pase al centro y agite las manos como si imitara el movimiento de las alas de un ave que está volando. Cada quién decide cuantas veces agita los brazos y, al final, se dice: “Ometéolt”.

Algunos asistentes comentan que sintieron la buena vibra; que se veía el aurea de cada uno. La verdad, yo no sentí nada, pero, la sombra de los brazos del que se ponía en medio del círculo y bajo la luz, reflejaba, en algunos casos, una repetición que hacía ver hasta siete manos.

BARBACOA

Y también, bajo tierra, en el restaurante Cenyeliztli, realizan barbacoa en horno; un platillo que tarda en cocinarse hasta ocho horas. Antes, de dos a tres horas, se debe precalentar el “hoyo” con leña, al tiempo que se acomodan pencas de maguey alrededor del horno para que se calienten y saquen su jugo con el fin de que no agrie la carne que deberá introducirse para su cocción. El sabor, ya se lo imaginan, ¡delicioso! Lo sirven con un tlacoyo, arroz y consomé de barbacoa. Esta especialidad la venden, por kilo, en 850 pesos; o por taco, en 85 pesos.

También hay mixiotes de pollo, carnero, conejo y vegetariano; molcajetes de bisteck, pechuga de pollo, chorizo, arrachera, chistorra, chorizo argentino, cebollitas, aguacate, nopales, queso y chiles toreados, con precios que van de 440 a mil 300 pesos.

En otro restaurante, en el Mayahuel, es el único de la zona que ofrece Tomahawk, un corte de carne de 800 gramos que se sirve con papas a la francesa, nopal asado, guacamole, chiles toreados y cebolla cambray con un precio de mil 757 pesos. También hay arrachera de venado y avestruz; chapulines al limón; escamoles teotihuacanos y más.

GLOBOPUERTOS

Hasta hace poco tiempo abundaban los globopuertos (lugares de donde zarpan los aerostáticos) por lo que abundaban en la zona de Teotihuacán. Entonces, no había regulación por lo que cualquier lugar podía operar sin contar con las condiciones óptimas. Ahora, sólo hay ocho que se encuentran regulados, vigilados para garantizar a los intrépidos que gustan de esta aventura que están en “buenas manos”.

Aquí se encuentra una de las más grandes explanada de México y América Latina para vivir la experiencia de volar en un globo aerostático. Para eso hay que llegar al amanecer pues es la hora ideal; es cuando se desdoblan los globos que te llevarán a dar un paseo por las nubes con un incierto lugar de aterrizaje.

Y entonces surgen las preguntas, los miedos, las inseguridades, así como la belleza de mirar el amanecer; de presenciar el inflado de enormes y coloridos globos aerostáticos.

No hay excepción, los presentes tiritan de frío. Se muestran nerviosos de saber que en un momento estarán volando por los aires en esta zona que tiene como paisaje las pirámides de Teotihuacán.

Se dice que el primer globo aerostático que voló con pasajeros a bordo fue en Francia hace más de tres siglos; sin embargo, el invento se remonta a la época de Leonardo Da Vinci, en el siglo XVI, quien dejó testimonio para crear las primeras máquinas voladoras -así como los paracaídas- entre otras muchas de sus genialidades.

Es tal la expectativa que causa el subirse a un globo que, incluso, hay canciones como la que escribieron los hermanos Medina (Antonio y Miguel) y Fernando Estenoz, con “Adiós Lucrecia”, que se hizo famosa en la voz de Pedro Infante:

“…Santos Dumont, Santos Dumont, Inventó un globo, que pensaba dirigir con aire sólo; sentado en su silla estaba, pa’ tomar la dirección, y cuando más alto estaba su papá le preguntó:

-¿Hey, Dumont bajas o no?

“-¡No, no y no!”

Baja Dumont, baja Dumont que aquí te espera, la comisión que ha de llevarte a la Antequera…”

Los globos tienen una sobrevivencia de, aproximadamente, 5 años; después deben cambiarlo y usarlo sólo para elevación, es decir, ya no deben volar. Cabe señalar que para ser pilotos de globos deben estar certificados y contar con cierto número de vuelos.

CUATRIMOTO

Y para recorrer toda la zona, qué mejor que hacerlo en una cuatrimoto. Un guía te acompaña, al tiempo que te explica historias de la zona. Una aventura segura donde te exigen colocar el casco, se recomienda usar lentes para el sol y bloqueador.

Son aventuras todas que pueden durar el tiempo que digas; que puede ser de todo un día o, por qué no, pernoctar para disfrutar más.

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