ALBERTO F. MENA MALLEN
El humanismo de la 4T es algo que no se ve, aunque se transparenta, no obstante que AMLO haya destacado los principios de esta corriente: en política, no aceptar el derrotismo; en democracia: básico actuar contra el autoritarismo; y en economía: no basta el crecimiento, es indispensable la justicia. Pero en lo social, sin que lo haya explicado, es dejar a su suerte a quien haya perdido a un ser querido o un empleo. Lo vemos a diario.
Lo anterior, lo destacó en su cuarto año de gobierno, nominándolo el “humanismo mexicano”, pero que en realidad ha quedado en deshumanismo contra los mexicanos, porque ha tomado decisiones que afectan enormemente a los ciudadanos, como el no detener la violencia y los crímenes que ya superan con creces y en número a sexenios anteriores.
¿Se puede usted imaginar lo que padecen quienes pierden a un ser querido en la violencia desatada en muchas regiones de México?
Primero, conocer la noticia, que impacta a cualquiera y más cuando el ser querido es quien provee lo necesario a la familia, después, lidiar con todo el papeleo para recuperar el cuerpo, donde en muchas ocasiones hay que pagar para que sea rápido y sin problemas; después sepultar al citado difunto y posteriormente lidiar con los sentimientos y los problemas económicos que se tienen, sobre todo cuando la muerte es intempestiva y no se preparan para ello.
Al parecer no le importan ni le interesan las cifras duras que emiten las propias instituciones públicas encargadas de esta tarea, ya que siempre “el tiene otros datos” que frecuentemente son o a modo o minimizados para que su gobierno no quede como el más violento de la historia del país, pero que desgraciadamente y para su mal carácter, existen los datos reales o verdaderos, que demuestran lo contrario.
En política, el principio humanista de no admitir el derrotismo, nos hace pensar a muchos que no aceptará los resultados electorales en caso de que pierda su corcholata, Claudia Sheinbaum, quien, al ser una copia o calca fiel de su patrón, solo impacta entre sus seguidores, muchos de ellos convencidos de que seguir siendo fieles no los llevará a ninguna parte, sino por el contrario, tendrán más problemas de los que hoy padecen, como el tener que gastar sus apoyos económicos en medicamentos o consultas médicas, que por cierto, cada día son más caras, ante el incumplimiento de tener un sistema de salud como el de Dinamarca.
En democracia, actuar contra el autoritarismo, es otro de sus principios que no respetó, porque cambió de opinión y, por el contrario, ha utilizado al crimen organizado para que le dé más poder que el que otorga la presidencia de la República. Y al tener actitudes autoritarias, le tienen miedo sus colaboradores que mejor desertan de las filas de Morena o se hacen chiquitos para que no se note que están ahí, por sus venganzas o fobias en contra de sus adversarios o enemigos.
El otro principio, de economía, donde no basta el crecimiento, sino que es indispensable la justicia, ambos están prendidos con alfileres, debido a un mal gobierno administrado como empresa personal, donde sus hijos, y familiares se despachan con la cuchara grande en contratos directos, sin licitaciones y donde la impunidad reina abiertamente en la cuarta destrucción. O el canalizar enormes recursos públicos a obras que, hasta el momento, no han dado los resultados prometidos.
De la justicia, como en otros renglones, busca destruirla para hacerla a modo de su interés y de su ego. Reconocen diversos estudiosos del área que hay que mejorarla, pero no acomodarla para evadir los delitos que a diario se cometen en este gobierno que quedará como un ejemplo histórico de lo que no se debe de hacer ni permitir por los mexicanos.
La Real Academia (de la Lengua) española describe al humanismo como el cultivo o conocimiento de las letras humanas, mismas que desconoce el tabasqueño, ya que prefiere utilizar la denostación, la mentira, los calificativos, los ataques con palabras que no caben en un mandatario, pero que utiliza para hacer a un lado a quienes no comulgan con sus ideas o contra quienes no están de acuerdo con su transformación o de plano, tapar las corruptelas que se cometen en su gobierno.
Otras acepciones son:
“Doctrina o actitud vital basada en una concepción integradora de los valores humanos”, pero en este caso la educación morenista busca adoctrinar a los mexicanos, sobre todo a los más jóvenes para que desechen el neoliberalismo y eviten ser aspiracionistas y vivan como los monjes franciscanos, con los mínimos recursos posibles, aunque eso ya lo padecen, porque muchos no salen de la pobreza ancestral.
El humanismo o pejista, en este caso, también abarca el tratar bien a los delincuentes, de quien no quiere agredirlos ni con el pétalo de una rosa, por lo que, desde el inicio de la administración, aplicó su plan contra la inseguridad y la violencia de “abrazos y no balazos”, lo que ha permitido que los narcos se apropien de puestos públicos para realizar sus pingues negocios al canalizar recursos económicos a los candidatos o en su caso plomo para quien no acepte sus condiciones.
Actualmente existen más de 20 mexicanos que han muerto por esta situación en diversas entidades del país, por lo que se augura que las próximas elecciones presidenciales, gubernamentales, municipales y demás, no serán nada tranquilas, ya que el narco estará más presente que en los pasados comicios intermedias del 2021.
Por ello, es importante que cada mexicano se concientice para que vote el próximo dos de junio por la única esperanza que tenemos que es la de Xóchitl Gálvez, quien a pesar de que a diario es atacada con mentiras, sigue levantando las cejas de YSQ, ante lo sombrío de su corcholata Claudia Sheinbaum, quien seguirá aplicando las mismas políticas y planes de su mentor, en caso de que llegue a la presidencia de la República.
El peje recorrerá el país para, bla bla bla, pero se estima que en la realidad hará campaña para la ex jefa del gobierno de la Ciudad de México.
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