Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Xóchitl ya está en la pista de despegue.
Claudia tiene permiso desde la Torre de Palacio Nacional y no se atreve… ha banco de niebla.
Jorge, Jorge anda en las nubes … por otras razones.
En el tercer día de campaña presidencial, la candidata de la oposición, le pegó al clavo: el Ejército recibirá la orden de recuperar los territorios en manos de los criminales. Se recuperará la constitucionalidad y serán los policías los que realicen el trabajo que, de seguridad, como señala el artículo 21 que, en su décimo párrafo precisa: Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, disciplinado y profesional.
Ciertamente habría que preguntarles a los ciudadanos si están de acuerdo en el anuncio. Porque, además, propone: “Vamos a desmilitarizar el país, que se oiga fuerte y claro, nuestro respeto y reconocimiento al Ejército. Pero van a dejar de bachear carreteras. Tengan la certeza, que vamos a mandar al Ejército a defender a la patria, ahí donde lo necesitamos, recuperando los territorios que están en manos de la delincuencia”.
El planteamiento es frontal contra los grupos criminales y, solamente hay que admitirlo, las fuerzas castrenses tienen la capacidad para frenar la expansión de los cárteles que, por la política gubernamental actual, actúan con la impunidad de compañera.
Del otro lado, en donde se escucha: la pista está libre… puede despegar, la abanderada del oficialismo aborda el tema con sesgos impresentables.
De entrada y seguramente por recomendación de su mentor, que se entromete en toda la campaña, planteó que lo que ha fallado en algunos estados es la coordinación entre las instancias de seguridad estatales y federales y propuso un trabajo conjunto entre fiscalías y la Guardia Nacional, un cuerpo policial que será reforzado con “inteligencia e investigación” además de actividades “de mayor proximidad” a la ciudadanía.
“En materia de seguridad la gran diferencia es que va a haber coordinación y la coordinación nos va a ayudar a ir disminuyendo los índices delictivos por ejemplo en Jalisco, con dos ejes centrales que es la atención a las causas (…) y por otro lado seguir avanzando en cero impunidad”.
¿Dónde está la diferencia?
Han pasado cinco años de gobierno y apenas se dan cuenta de la falta de coordinación.
Habló de salud y, la pregunta que surge es: ¿dónde quedó el proyecto Dinamarca?
Porque en reunión con médicos de Jalisco -no se explica si los del sector público o privado o en su caso, ambos- insistió en la necesidad de que el acceso a la salud pública debe considerarse un derecho humano.
Para lograr cumplir con dicho objetivo, es necesario fortalecer al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), así como el esquema del IMSS-Bienestar para brindar este servicio a las personas que hoy en día no tienen seguridad social.
«Todos los centros de salud de la Ciudad de México se están equipando con cerca de 10 mil millones de pesos adicionales, que igual los recibieron todos los sistemas de salud que están entrando al IMSS-Bienestar; y segundo, ahí sí entrar en el nivel secundario de atención en los hospitales con una mejora hacia el sistema».
Con sus palabras, se entierra el proyecto Dinamarca. Hace 48 horas, el presidente mexicano afirmó que en septiembre estará funcionando el “sistema de Salud, mejor que el de Dinamarca”.
Apenas va tres días de campaña y ya se divierte la diferencia. La opositora saca de la chistera temas que son pilares para la gobernanza; la oficialista, en defensa de todo lo que se ha hecho y busca continuarlo, aunque “raspa” a su jefe, seguramente con la venia y el impulso para las turbinas calientes y finalmente despegue. ¿Hacia dónde?, solo quien diseñó el plan de vuelo lo sabe.
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