México rechazó el ingreso de autoridades ecuatorianas a su embajada en Quito para detener en la sede diplomática al expresidente Jorge Glas Espinel, como lo solicitó el Gobierno de Ecuador, dijo este 2 de marzo la canciller Alicia Bárcena.
«No se puede, porque eso violaría la inmunidad diplomática de nuestra embajada. Nuestras embajadas son sitios que tienen una inmunidad diplomática muy importante», dijo la jefa de la diplomacia mexicana en entrevista telefónica con el noticiario Radio Fórmula.
El Gobierno ecuatoriano solicitó el 1 de marzo a México el ingreso a su embajada en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien se refugió en la misión diplomática en diciembre y pidió asilo.
«En realidad estamos hablando ya con el Gobierno de Ecuador, creo que (solicitud) no proviene de una fuente oficial, porque no se puede, simplemente no se puede», agregó la canciller.
El Ministerio ecuatoriano de Exteriores publicó en la red social X que la Cancillería, como canal diplomático, «ha solicitado a la Embajada de México el consentimiento para que las fuerzas del orden puedan dar cumplimiento a la disposición de la Corte Nacional de Justicia».
El 17 de diciembre, Glas ingresó a la sede diplomática mexicana donde solicitó protección por «temor» a su «seguridad y libertad personal».
El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador analiza la solicitud de Glas, dijo Bárcena.
«Nosotros estamos analizando la solicitud de asilo del ex vicepresidente y estamos en ese proceso. No lo hemos otorgado todavía pero tampoco se lo hemos negado», prosiguió la responsable de la cartera de Relaciones Exteriores.
México siempre ha sido un país de mucha acogida para los asilados, los refugiados, sobre todo cuando huyen de una persecución política, recordó la canciller; sin embargo, las autoridades mexicanas analizan «qué tanto es una persecución política de Jorge Glas; qué tanto es realmente un problema legal, o de corrupción».
La diplomática enfatizó que las autoridades ecuatorianas no van a entrar a la embajada mexicana nunca, porque sería un mal precedente.
El ingreso de Glas a la embajada mexicana coincidió con una orden de prisión preventiva en su contra por un nuevo juicio por presunto delito de peculado en el proceso de reconstrucción de la provincia costera de Manabí, tras el terremoto de 2016.
El exvicepresidente ya cumplió cinco años y cuatro meses en la cárcel y se acogió a la prelibertad, luego de beneficiarse con la unificación de dos condenas en su contra, una de ocho años por cohecho en el caso Sobornos y otra por seis años por asociación ilícita relacionada con el escándalo de sobornos de
la constructora brasileña Odebrecht.
Sin embargo, en diciembre pasado fue rechazado el pedido de Glas de continuar en el régimen de prelibertad.
La semana pasada la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, dijo en entrevista con el canal Ecuavisa que no tenía la «plena certeza» de la presencia de Glas en la Embajada mexicana y afirmó que el Gobierno del presidente, Daniel Noboa, negará el salvoconducto en caso de que México le conceda asilo político.
Abogados defensores de Glas afirman que el exfuncionario sigue siendo un perseguido político del Gobierno de turno, en particular de la fiscal Diana Salazar, y señalan que puede acogerse a la Convención sobre Asilo Diplomático de Caracas (1954).(Sputnik)