El ministro de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital, Bruno Le Maire, anunció este lunes 19 de febrero un nuevo ajuste por 10.000 millones de euros en el presupuesto del 2024, argumentando el enfriamiento de la actividad económica.
«Un menor crecimiento significa menores ingresos fiscales, por lo que el gobierno debe gastar menos», dijo Le Maire durante la conferencia de prensa de este lunes informando de las nuevas medidas.
Según argumentó el alto funcionario, la revisión a la baja del crecimiento de la economía francesa para este año, del 1,4% proyectado al actual 1%, hacen necesario este nuevo recorte de 10 mil millones de dólares, con el objetivo de reducir el déficit presupuestario al 4,4% este año.
Vale recordar que el gobierno de Francia, cuyo Producto Interior Bruto (PIB) apenas creció un 0,9% en 2023, una caída de 1,6% con respecto al 2022 y de unos dramáticos 5,5% en relación al 2021, ya había anunciado un ajuste de 16.000 millones de euros para el Presupuesto del 2024, concentrado principalmente en la quita de subsidios agrícolas y a la energía.
Esta decisión, emulada por otras administraciones a lo largo de Europa para enfrentar la mala situación económica, ha provocado en Francia y numerosos países de la región —Alemania, España, Polonia, entre otros— masivas protestas de agricultores, quienes se han movilizado bloqueando carreteras y denunciando la desconexión de las elites gobernantes con las dificultades diarias de la ciudadanía, afectada por la alta inflación y la quita de apoyos.
Sin embargo, Le Maire, quien dijo durante su comparecencia que el gobierno de Emmanuel Macron había preferido realizar un nuevo ajuste antes de seguir subiendo los impuestos, anunció que recortes extra podrían anunciarse durante el verano (europeo) en caso de que la economía continuará su tendencia a la baja.
Al respecto, el diario Financial Times ha dicho que «el deterioro de las perspectivas económicas» y la «degradación de las finanzas públicas» de Francia representan una mala noticia para Macron, quien había logrado la reelección hace menos de dos años prometiendo reducir el alto desempleo y regresar a la senda del crecimiento.
Sin embargo, tras triunfar en los comicios de abril del 2022, la economía francesa se ha ralentizado dramáticamente y el porcentaje de ciudadanos desempleados trepó a finales del 2023 a 7,5%, por encima de los números del 2022.
Por ello, la agencia Fitch rebajó el año pasado la calificación crediticia de Francia mientras que S&P informó que anunciará una revisión de su valoración en abril de este año, con los expertos vaticinando que también será a la baja.
Pese a la precaria situación, el gobierno francés ha aumentado para este año su presupuesto en Defensa como también el monto de sus transferencias a Ucrania, incluyendo un flamante compromiso en asistencia militar a Kiev valuado en 3 mil millones de euros, anunciado el pasado viernes 16 de febrero en París por el presidente Emmanuel Macron y el líder ucraniano Volodímir Zelenski.(Sputnik)