Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Conocer a un candidato (a) a la Presidencia de la República, cuesta dinero, esfuerzo, sudor, organización, discurso, medios de comunicación y todo un equipo que lo mismo coordina programas de gobierno hasta alquila lugares para realizar mítines. Es una inversión monumental.
Y se dan casos en los que a pesar de las fortunas gastadas y el uso de medios electrónicos, prensa escrita, espectaculares, pinta de bardas, banderines, obsequio de balones, playeras, cachuchas etcétera, las figuras que buscan el cargo de carácter nacional permanecen en la oscuridad y miles, millones de personas, ignoran su existencia.
¿Cuánto costaría una campaña para que el pueblo elija a un ministro, a un juez, a un magistrado?
Sin el antecedente, es imposible calcular el costo.
Y si se llegase a realizar la loca idea de elegir a los integrantes de la Suprema Corte de Justicia, los miles de jueces y cientos de magistrados, habría que conocer, cuando menos, los requisitos para ocupar los cargos. Por delante, capacidad, título real no comprado y obtenido mediante una tesis original, sin plagio alguno, tendría que ser norma sine qua non, junto con experiencia legal y trabajo en la impartición de justicia. Porque la administración y procuración de la misma, queda en manos de las Fiscalías.
En una charla con Juan Carlos Pérez Góngora, presidente de la organización México Justo, el profesional del derecho comenta que “el que tenga más dinero comprará la toga y el birrete”.
Tiene un fundamento: los cargos de Ministros, jueces y magistrados federales –y por consecuencia si se aprobara una reforma al respecto, de los estatales- no “se ganan por popularidad… se ganan por la idoneidad para el cargo”.
Recuerda el caso de la nueva ministra Lenia Batres Guadarrama y pone el dedo en la llaga en su respuesta al planteamiento de que las comisiones senatoriales encargadas de decidir la idoneidad, no se toma por mayoría calificada. Con la mayoría simple encuentran los méritos suficientes para aprobar. Eso ocurrió con la ministra Batres. Sus compañeros de partido y atendiendo las indicaciones presidenciales, hicieron el hallazgo –buscando superficialmente y no bajo las piedras- de todas las desconocidas cualidades que posee y la declararon idónea para el importantísimo cargo.
Con motivo del rechazo para que la Guardia Nacional se adhiriera a la Secretaría de la Defensa Nacional ha sido una roca en el zapato presidencial que confunde propuesta ante el Senado para integrar la Suprema Corte con sumisión. Baste leer estas líneas: A quienes yo propuse se fueron de lado de la defensa de las minorías. En vez de buscar darle protección y justicia al pueblo se fueron a proteger a los de arriba, a hacer lo mismo (que los anteriores). Entonces cómo le hacemos para hacer que los jueces sean íntegros, honestos, incorruptibles, y además que tengan vocación de hacer justicia al pueblo”.
Hay centenares de diputados y senadores que son corruptibles y las excepciones son aquellos que tienen conciencia de que los cargos son para servir a los ciudadanos, no servirse en lo personal.
Ello pone en evidencia que el elegido por el pueblo no son ajenos a la corrupción y forman parte de ella con destacada presencia.
Se ignora de qué vivió el hoy presidente de México y quienes fueron los aportadores de dinero y otro tipo de recursos “para la causa”. Se han difundido videos y presentado pruebas testimoniales de actos de corrupción cometidos por familiares del huésped temporal de Palacio Nacional, de amigos de los sus hijos que se han vuelto millonarios, de contratos de asignación directa en 85 por ciento a proveedores que han fallado y, además, organismos de la sociedad civil han descubierto la vida de millonarios que se dan los que antes de estar en este gobierno mostraban su pobreza, económica e intelectual.
¿A cuántos de los malandros de alto rango en Segalmex se ha encarcelado?
La Auditoría Superior de la Federación ha observado desvíos millonarios en la SEP durante la gestión de la hoy gobernadora Delfina Gómez quien por cierto, es confesa de descontar el diezmo a los trabajadores del ayuntamiento de Texcoco cuando fungió como presidenta municipal y por ello el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le aplicó una severa multa.
¿Acaso los elegidos son incorruptibles, ciudadano presidente?
Las pruebas demuestras lo contrario.
Hay que imaginar a los ministros, magistrados y jueces elegidos oponiéndose al cúmulo de violaciones a la Constitución y las leyes cometidas por el señor López.
Acusar a los ministros que propuso de corruptos porque no le avalaron su juguete militar, pasa de la raya.
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