En 2023, EEUU importó desde Rusia una partida de petróleo, lo que constituyó su primera compra de ese recurso al gigante euroasiático tras un año y medio, es decir, desde el inicio de la operación militar especial en Ucrania. En aquel momento, Washington prohibió la importación de petróleo y otros productos energéticos de Rusia.
Qué risas
En el marco de las sanciones impuestas por el país norteamericano a Rusia a cuenta del conflicto en Ucrania, en el año 2022 EEUU prohibió la importación de petróleo y otros productos energéticos: la última partida de crudo ruso fue adquirida por las compañías de ese país en abril de aquel año.
Pero según datos estadísticos, en octubre de 2023 el país norteamericano compró unos 36.800 barriles de petróleo ruso por un precio de 2,7 millones de dólares, y en noviembre adquirió unos 10.000 barriles más, por un valor de 750.000 dólares, según datos del servicio estadístico norteamericano analizados por Sputnik. En ambos casos el hidrocarburo se adquirió para el consumo.
Y aunque, de acuerdo a los volúmenes a gran escala que se manejan en las operaciones de compra-venta entre países, estas cantidades no son significativas, el solo hecho de que EEUU le compra directamente a Rusia, tiene un gran valor simbólico, y hasta podría entenderse como una burla hacia sus socios europeos, que haciendo seguidismo de las decisiones geopolíticas de Washington, han dejado de comprar petróleo ruso, al menos, de forma directa.
Y por si la burla y las risas fueran pocas, en dichas compras EEUU pagó 74 dólares por barril en octubre, y 76 dólares en noviembre, violando incluso su propia resolución que intenta obligar a los países a que no paguen más de 60 dólares por barril de petróleo ruso.
Respecto a las sanciones impuestas por EEUU contra la compra de petróleo ruso, el Dr. Miguel Jaimes, director del Diplomado de Geopolítica del Petróleo, señala que «atentar contra las naciones productoras, extractoras de petróleo, y contra las naciones que tienen las más grandes reservas, es algo que se regresa y que va a golpear duramente al máximo consumidor global, como lo es EEUU». Sputnik
