Galaxia Política
*Dividir al Pueblo, Reinicio de la Lucha de Clases
*Abandonar la Apatía, Urgencia de los Mexicanos
POR JESÚS MICHEL NARVÁEZ
A nuestros lectores: Mil felicidades
por esta Nueva Nochebuena y la
Navidad. El deseo personal: que la
disfruten como nunca. Lo merecen
después de 12 meses de pesadilla.
Dos regalos del Gobierno federal: el aumento de precios en gasolinas, cigarros, refrescos y comida chatarra; el otro: el abuso de la tribuna presidencial para prometer que se enviará una iniciativa de ley para reducir la edad de los adultos mayores y aumentar el número de beneficiarios. Es el año electoral.
Se observa por donde se le quiera mirar, que la preocupación del ciudadano presidente no es buscar la felicidad de sus gobernados, sino la propia. Aunque reitera que se jubilará y no participará nunca más –otra de sus mentiras-en política, quienes intentamos penetrar en las neuronas que se reducen cada día, sabemos que su retiro no será realidad.
En la búsqueda de acciones positivas, que las tiene, ganan las negativas, que abundan y rebasan con mucho lo poco bueno de un gobierno que tiene como prioridad el continuismo, no la continuidad, de un proyecto de gobierno fallido, sustentado en teorías y prácticas del pasado que han fracasado a lo largo de un siglo y cuarto.
La lucha de clases, iniciada por Karl Marx en la última década del siglo XIX y que cobró fuerza en el XX, parecía haber sido sepultada en virtud de los avances y la fuerza que llegaron a adquirir los sindicatos. Los trabajadores iniciaron el abandono de la esclavitud y ganaron espacios, no los suficientes porque la riqueza se mantiene en una minoría a costa de la mayoría. Sin embargo, el tiempo permitió que emergiera la democracia y con ella el diálogo, el intento de entender que los gobernados necesitan crecer, superarse, pasar de la pobreza y explotación a un nivel superior que permitió el nacimiento de una potente clase media que, incluso, alcanzó a la exclusiva formada por los ricos.
Con el paso de las décadas, la brecha entre pobreza y riqueza no se redujo. Al contrario, se ensanchó.
Los ricos no lo son por bendiciones. Lo son por la astucia y el trabajo continuo. El dinero no cae del cielo. Está en la tierra y hay que saber encontrarlo.
De ahí que cuando el presidente mexicano insiste en regresar al pasado superado, lo único que logra es polarizar.
Actuar en contra de los aspiracionistas es contra natura. Es proponer quedarse en el estatus en el que viven y que jamás logren avanzar. Plantear que no hace falta tener dos pares de zapatos o de pantalones, es una barbaridad que conduciría a gobernar un pueblo pobre, mientras el virrey habita en un Palacio, disfruta de las excelsas viandas, cuenta con una docena de calzado, 30 trajes, 50 camisas de vestir y otro tanto de guayaberas.
Cuando acusa a la clase media baja de aspiracionista, niega su propio ser. De no haber tenido aspiraciones, jamás habría llegado a la Presidencia de la República. La incongruencia entre el decir y el hacer, es la tarjeta de presentación del huésped temporal de Palacio Nacional.
METEORITOS
En el pasado se alentó a la población para considerar que “papá gobierno” daría todo. Son múltiples los cartones periodísticos, libros, reportajes, ensayos, entre mucha literatura e imágenes, que muestran la figura de un campesino recargado y dormido en un cactus; a otros los exhiben con la mano estirada en espera de la dádiva.
Son hechos consumados.
Sin embargo, gracias al aspiracionismo las imágenes cambiaron y hoy se muestra a gran parte de la población avanzar. Dejaron en el pasado la idea de que “papá gobierno” está obligado a dar todo. Cierto: hay obligaciones constitucionales ineludibles para cualquiera que detente el mayor cargo de responsabilidad en el país. Educación, salud, vivienda, infraestructura, seguridad en la vida y los bienes, justicia igual para todos.
Lo demás depende de las personas. Prepararse para enfrentar los retos. Superar los escollos y salir adelante. Demostrar que no nacieron para perder sino para ganar.
Eso no le agrada al gobierno actual. Busca someter mediante programas sociales que, no se deben negar en su beneficio y que, desafortunadamente, no reúnen los requisitos para que todos, sin excepción, modifiquen el estatus de vida que tienen.
BRILLA EL SOL
Los mexicanos deben pasar de vivir en la esperanza a la acción.
¿Y cuál es la acción?
Aplicar la Constitución y exigir el gobierno que desean, no el que les impongan.
Mantenerse ausente de las decisiones y acciones políticas que toma el gobierno sin consultarlas, porque solo lleva a recabar opiniones en lo que necesita para fortalecerse y no para romper los muros que impiden el reparto de la riqueza.
Abandonar la apatía y demostrar que el gobierno que termina en 297 días no ha sido el que se anhela para que México deje de ser referente de violencia, criminalidad, desempleo, educado con deficiencia y carente de un sistema de salud digno.
Dejar de lado la libertad de elegir, sin anteponer el beneficio del programa social que les corresponda, es indispensable. Aceptar la presencia de quien se siente purificado y con el derecho “moral y de principios” de cambiar hasta el modo de andar, de vestir, de pensar, de actuar, es renunciar a lo más preciado de la vida: hacer realidad el sueño que conduce a la superación.
No entender que al señor Andrés Manuel López le importa un comino el bienestar de sus gobernados y que su postura de dividir a la población entre buena y mala, en un renacimiento de la lucha de clases, es olvidar los sueños y aceptar la pesadilla.
El mejor regalo de Navidad es reflexionar y decidir el futuro del país.
CHOQUE DE METEOROS
¿Le parece un gobierno humanista el que ignora a los damnificados de Acapulco o engaña con su combate a los narcotraficantes?
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