En 1995, dos años después de su primera detención, Guzmán Loera fue trasladado al penal de Puente Grande, Jalisco; ahí realizó fiestas, cambió las reglas y fue atendido como ‘un rey’
En los próximos días, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa, pasará su quinta navidad en la prisión federal ADX Florence ubicada en Colorado, EEUU, misma en la que, según acusó, se han violado sus derechos. Fue en 2022 cuando el otrora narcotraficante aseguró que ahora padece dolores de cabeza, pérdida de la memoria, estrés y depresión derivado del mal trato que recibe en la actualidad; un gran contraste con el que vivió en el penal de Puente Grande, Jalisco.
Diversos testimonios refieren que cuando ‘El Chapo’ fue trasladado en 1995 al ahora extinto Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) No. 2 los reos que ya se encontraban recluidos ahí vivieron una época dorada, pues el capo llegó a cambiar las reglas e imponerse como el hombre con mayor poder de la prisión, incluso por arriba de las mismas autoridades.
Fiestas con grupos musicales, alcohol, entrada de mujeres, cambios en el menú y apoyos a las familias de los presos fueron algunas de las modificaciones que se implementaron, y aunque la mayoría de los criminales podían gozar de ello, ‘El Chapo’ era el principal beneficiado.
Fue hasta el 19 de enero de 2001, día en el que protagonizó su primera fuga de una prisión de máxima seguridad, cuando las autoridades federales se dieron cuenta de los beneficios que gozaba. Los distintos objetos que encontraron en su celda fueron testimonio de ello.
Así era la celda de ‘El Chapo’ en Puente Grande
De acuerdo con el informe de inspección ocular adscrito a la causa penal 16/2001-III, practicado por el Ministerio Público de la Federación y al que tuvo acceso la periodista Anabel Hernández, la celda de ‘El Chapo’ se encontraba en el pasillo 1A del módulo 3 y era identificada con el número 307.
Se trataba de un espacio de tres metros de ancho por cuatro de fondo con piso de cemento pulido, pintado de color amarillo brillante, y cubierto por tres sábanas beiges que servían de cortinas; algo que claramente estaba prohibido.
La celda contaba con dos literas de concreto, una mesa del mismo material, una tercera cama y tres repisas. Sin embargo, lo que más llamó la atención de las autoridades fueron los diversos objetos encontrados en el lugar.
Antes de escaparse de la justicia, ‘El Chapo’ dejó diversas prendas de vestir ―entre las que destacaron dos camisas Hugo Boss talla mediana y tres calzones de la misma marca―, una toalla blanca grande y la famosa gorra beige claro con la que fue fotografiado por primera vez tras ser detenido.
Sobre las repisas fueron encontradas distintos tipos de frituras: desde Ruffles y cereal de chocolate hasta galletas Lara y chocolates Ricolino, prueba del gusto de ‘El Chapo’ por los alimentos con exceso de azúcar.
Ahí mismo fueron localizados diversos artículos de higiene personal, como crema, un rastrillo, pañuelos desechables, aceite de bebé y un cepillo de dientes. El reporte también destacó que sobre la mesa fueron localizados 12 libros de educación básica, un diccionario y una biblia.
No obstante, según refiere Hernández en su libro ‘Los Señores del Narco’, Guzmán Loera poseía otros objetos de valor que no fueron localizados en la celda.
“Los tenis del capo ya no estaban, pero los cientos de testimonios rendidos por empleados decían que llegó a tener hasta 20 pares de tenis Reebok y Nike. Todo una fortuna en zapatos deportivos”, relató.(Agencias)