Porque, como explica el investigador asociado del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (IBRE FGV) y socio de BRCG Consultoría, Livio Ribeiro, la economía de Brasil y de Argentina están integradas. «¿Están integradas como deberían? No, pero tampoco están completamente desincronizadas», afirmó.
El vínculo más estrecho, señala Jeová Costa Lima Neto, abogado aduanero y socio de RC LAW, se da en los productos industriales. «Si, por un lado, Argentina es el tercer mayor importador de productos industriales brasileños, por supuesto, su desempeño tiende a afectar en gran medida a algunos sectores industriales específicos de Brasil», subrayó.
Otro caso que ilustra la integración de ambas economías es el aumento puntual del comercio de soya, subraya Ribeiro. A diferencia de Argentina, Brasil no es un gran exportador de aceite de soya. Sin embargo, en la última cosecha, Argentina sufrió enormes pérdidas debido al fenómeno de La Niña.
El escenario interno de Argentina afecta a Brasil
Las promesas de Milei, calificadas de bravuconadas por los expertos, no deberían molestar demasiado a Brasil. Si, por un lado, es difícil que se distancie de Brasil y probablemente del Mercosur, por otro, dada la proximidad de ambas economías, las políticas que adopte internamente podrían tener un profundo impacto aquí.
Sin embargo, como señala el experto, la mentalidad ultraliberal de Milei no es compartida por todos los sectores argentinos, ni siquiera por gran parte de su base, y cualquier reforma que quiera aprobar, tendrá que ser negociada con diferentes capas de la sociedad.
Un caso extremo: la dolarización
En la actualidad, subraya el economista, la dolarización de la economía argentina sería la medida más perjudicial para la asociación comercial entre Brasil y Argentina.
De acuerdo con Ribeiro, no hay forma de que la economía argentina, que tiene una estructura productiva muy diferente a la estadounidense, pueda adaptarse a las decisiones de política monetaria que se toman para el ciclo estadounidense.(Sputnik)