NIDIA MARÍN
Ridi, ridi, ridi…sí, ridículo, grotesco y peripatético el zapateado naranja de Dante y la verborrea de Samuelito… el pequeñito.
Pero más allá de un nuevo ridículo hecho en la política mexicana por Delgado Rannauro, de 72 años, al exhibir los pasitos 6 por 8 de los sones mexicanos con sus zapatos tenis color naranja, están los hechos ocurridos en Nuevo León, donde el “siempre sí” y el “siempre no” exhibieron a los políticos ambiciosos e imberbes, dispuestos a exhibirse por órdenes superiores procedentes de “el desbocado” de palacio, como los más arrastrados en recibir órdenes presidenciales.
Más en nuestro país hay escuela, cuando no se acatan las órdenes superiores. Y en Nuevo León el ingenuo e imberbe gobernador obedeció las del mandamás del Zócalo para favorecer la campaña a la Presidencia de la persona más desgarbada del momento. ¿Cómo? Restándole votos a la candidata del Frente Amplio.
Nada nuevo, en el rumbo del Zócalo, seguían ¿siguen? el conocido camino de Luis Echeverría Álvarez, con algunos gobernadores, como fue el caso de desaparecer los poderes, en aquel momento, en Hidalgo, cuando Otoniel Miranda (hechura de Manuel Sánchez Vite) reprimió a campesinos, por lo cual desde Palacio Nacional se ordenó, de tal manera que dicho mandatario (Otoniel) sólo estuvo en el cargo 28 días.
En el trabajo “La Desaparición de Poderes en México y su Puesta en Práctica. Los casos de Guerrero (1960-1961) e Hidalgo (1960)”, escrito por Harim Benjamín Gutiérrez Márquez y publicado por la UAM-Xochimilco, relata:
“Ahora bien, Sánchez Vite se extralimitó, pues atacó a prominentes grupos priistas. Por ejemplo, el senador Germán Corona del Rosal, hijo de Alfonso Corona del Rosal –general del ejército, ex presidente del PRI, ex gobernador de Hidalgo y ex jefe del Departamento del Distrito Federal– declaró a la prensa que él y su familia se habían marchado del estado ante la hostilidad del gobernador.
“También, durante la parte final de su sexenio, Sánchez Vite patrocinó una sonora campaña de propaganda que insistía en que sólo los hidalguenses elegirían al próximo candidato del PRI para la gubernatura. Eso fue un desafío público a la práctica habitual de que el presidente designara a los gobernadores o por lo menos les diera su aprobación.
“Para su mala suerte, Sánchez Vite sobreestimó sus fuerzas y emprendió peleas en varios frentes. Ante la sucesión presidencial de 1976, apoyó las aspiraciones del secretario de la Presidencia, Hugo Cervantes del Río, y comenzó una campaña de desprestigio contra el secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, quien parecía ser el aspirante con mayor posibilidad de suceder a Echeverría. Al principio parecía que la intentona salía bien, pues logró imponer como candidato del PRI a la gubernatura al doctor Otoniel Miranda Andrade, quien era su médico personal y líder de la CNOP en Hidalgo”.
EL CASO DEL NIÑO
CARLOS ARMANDO
No sería el único, ya que, en el mandato de Luis Echeverría Álvarez, también se aplicó la mencionada desaparición de poderes en Sonora, para Carlos Armando Biebrich (este personaje más o menos de la edad de Samuelito, tontejito) de 30 años (después de que LEA promovió una reforma constitucional para reducir la edad para ser mandatario estatal). De tal manera que en 1973…ganó.
Pero al poco tiempo de su gobierno “de mano dura”, mandó desalojar a campesinos indígenas del Valle del Yaqui que habían invadido unas tierras, con saldo de 7 muertos. Y Echeverría enfureció. Obligó a Biebrich a renunciar a la gubernatura. De inmediato fue enjuiciado y al poco tiempo exonerado (falleció en enero de 2021).
Por cierto, los casos de desaparición de poderes en los estados sumaron 62, entre 1875 y 1975, hasta que, por impulso de Jesús Reyes Heroles en 1978 fue aprobada la Ley Reglamentaria de la Fracción V del Artículo 76 Constitucional.
En el asunto actual de Samuelito “el mangoneadito”, queda claro que desde Palacio Nacional siguieron la escuela de LEA, -como ha ocurrido en diversos temas políticos- en el actual sexenio que ¡bendito sea Dios! Está por concluir en unos meses más.
El ¿por qué? Se verá conforme pasen los días y continúen abriendo las cartas palaciegas para permanecer en el poder de una manera u otra, él mismo autócrata o por interpósita persona.
