Muchos estadounidenses no pueden permitirse comprar alimentos, a pesar del bajo desempleo

A pesar de ser el país más rico del mundo por patrimonio neto, Estados Unidos sigue luchando contra el hambre. Al día de hoy, más de la mitad de los estadounidenses creen que su nivel de vida es peor que el de sus padres, al tiempo que diferentes ONG alertan que cada vez más acuden a los programas de asistencia alimentaria.
Más de 44 millones de estadounidenses pasaron hambre en el último año, entre ellos 1 de cada 5 niños, indica un informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Los programas que proporcionan alimentos a los necesitados se ven sobrecargados debido a la demanda, al tiempo que no parece que los precios en el supermercado vayan a bajar a corto plazo.
En la actualidad, parece que hay más estadounidenses que afirman que su nivel de vida es peor que el de sus padres, la mayoría de los cuales son de la generación del milenio y de la X, personas en la plenitud de su vida laboral.
El 51% de las personas de entre 30 y 64 años creen que su nivel de vida es peor que el de sus padres, así como el 39% de las personas de entre 18 y 29 años y el 40% de los mayores de 65 años, revela una encuesta de CBS News y YouGov publicada el 10 de diciembre.
Al pedirles que respondieran cuándo fue el momento económico más difícil para EEUU, muchos estadounidenses señalaron el desempleo por la pandemia de COVID-19. Al menos el 51% de los mayores de 65 años afirmaron que la cesantía provocó las peores dificultades económicas, y el 39% de todas las edades indicaron lo mismo. Ambos grupos creen que la pandemia fue mucho peor que la Gran Recesión de 2008 a 2009, y que el período de gran escasez de gas e inflación en la década de 1970.
Pero al mismo tiempo, las cifras muestran un crecimiento del empleo, un aumento de los salarios y una economía saludable de consumidores que están comprando cantidades récord de viajes de verano, entradas para conciertos y compras navideñas. Mientras se presenta a la reelección, el presidente Joe Biden llegó a pregonar esta recuperación económica como el resultado de la Bidenomía, como le llaman a la política económica de su Gobierno, y ha estado instando desesperadamente a los estadounidenses a que adopten esta noción.
Pero a los estadounidenses, muchos de los cuales tienen dificultades para pagar sus necesidades básicas, no les interesa oír estas cifras.
De acuerdo con la encuesta, el 85% de los estadounidenses presta más atención a sus propias experiencias que a los datos nacionales, que es el 66%. Al menos el 72% presta atención a las personas que conoce personalmente, y el 70% observa los negocios de su comunidad para calibrar la fortaleza de la economía. Otra encuesta realizada en noviembre reveló que el 81% de los votantes registrados consideraban la economía regular o mala.
Y un asombroso 76% de los estadounidenses afirma que sus ingresos no siguen el ritmo de la inflación. Como resultado, el sueño americano se tropezó: el 64% de los estadounidenses cree ahora que solo la clase alta tiene posibilidades de salir adelante. Y a muchos estadounidenses no les interesa enterarse de noticias positivas relacionadas con el mercado laboral. En octubre, una emisora estadounidense descubrió que las noticias positivas sobre el mercado laboral en Estados Unidos hacían que muchos estadounidenses se sintieran peor.
Y quienes están en primera línea de la lucha contra el hambre en Estados Unidos están viendo cómo les llegan cifras asombrosas. En junio, la organización sin fines de lucro Feeding America informó de que había repartido 5.300 millones de porciones durante el último año, mientras que un millón de personas más solicitaron cupones en el marco del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria.
Otros programas también están registrando un aumento récord de inscripciones, y algunos administradores temen no disponer de fondos suficientes para satisfacer la demanda.
En todas las categorías de alimentos, los precios subieron un 25% desde 2020. Por ejemplo: la leche, que bajó de precio en los últimos meses, sigue siendo un 20% más cara que antes de la pandemia. Mientras tanto, según el USDA, el número de hogares estadounidenses que afirmaron tener dificultades para costearse la comida en algún momento del año aumentó hasta los 17 millones en 2022 (frente al 26% en 2021, que fue el mayor aumento anual desde 2008).
El alquiler también creció casi un 30% en todo EEUU desde que comenzó la pandemia. Y en un momento dado, el alquiler fue el mayor contribuyente al aumento de la inflación. Los precios de los alquileres se dispararon en EEUU hasta alcanzar un costo medio de 1.372 dólares, según los datos del mercado de alquileres de agosto de 2023.
De acuerdo con una encuesta referenciada anteriormente, el 80% de los demócratas cree que el Gobierno estadounidense debería establecer controles de precios para atajar la inflación, mientras que el 56% de los republicanos también se mostró de acuerdo con este sentimiento.(Sputnik)
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