Rotundo fracaso…
Punto de vista
Por Jesús Michel Narváez
A lo largo de 5 años se ha repetido hasta el cansancio que la “no-política” de abrazos, no balazos, es un fracaso. Y nada ha hecho el gobierno federal para modificarla y enfrentar a los criminales para, en cumplimiento de la Constitución, se protejan las vidas y bienes de los gobernados.
Por el contrario, como respuesta a los reclamos por el avance de la criminalidad cuyos “asesores” –y lo son de verdad, conocen los vericuetos para obtener más dinero- han encontrado en el cobro de piso, la extorsión y el secuestro una cascada económica que no los ahoga, los refresca.
Expresiones que tácitamente admiten el fracaso en esta, entre muchas otras, área:
«Hay que cuidar mucho que no haya consumo de droga, porque tenemos que combatir el narcotráfico. Lo de ayer –sábado-, lamentablemente, se dio en el Estado de México, la extorsión, el llamado pago de piso, todo eso lo tenemos que combatir, pero entre todos. No olviden que le demos atención especial a que no aumente el consumo, porque si eso crece, ya sería muy difícil”.
Sin venir al caso, citó: “Lo que está pasando en Estados Unidos es una pandemia», dijo el huésped temporal de Palacio Nacional durante una visita, de pisa y corre, a Pugarabato, parte del municipio Ciudad Altamirano, confirmada como la región más insegura y violenta de Guerrero.
¿Por qué los ciudadanos deben combatir a los criminales, como lo hicieron en Texcatitlán?
Es responsabilidad del gobierno garantizar la seguridad de todos los mexicanos. Atacar los puntos en donde domina el crimen organizado y el narcotráfico. Tarea sumamente difícil porque se ha dejado crecer la actividad delincuencial y las fuerzas federales hacen como que trabajan y desmantelan células y cada día es peor. Se presume la captura de “líderes” que no son sino sicarios a las órdenes de los cárteles perfectamente bien ubicados y las cabezas que cortan alimentan a la mitológica Hidra de Lerna, la que le cortan una de sus mil cabezas y resurge otra acompañada de una docena, según la historia que se escribe sobre el “monstruo acuático”.
¿Dónde están las verdaderas cabezas del crimen y el narcotráfico?
Los habitantes de diversos municipios saben en dónde habitan, conocen sus propiedades generalmente localizadas en las sierras del país. A pesar de la información con que cuentan el Ejército y la Marina, no caen los verdaderos líderes que, a decir del imaginario popular, andan como el escocés del whisky: muy campantes.
Si bien es cierto la lucha contra los narcotraficantes se inició en diciembre de 2006, después de 17 años ha fracasado con todo y la exponencial presencia de soldados, marinos y guardia nacional –en minúsculas- en, supuestamente, todo el territorio nacional.
Los homicidios dolosos se cuestión cotidiana, el cobro de piso aumenta, las extorsiones suben en número y cantidad de dinero reclamada, el narcomenudeo es un negocio floreciente y las células desarticuladas sirven para lo que se le unta al queso: nada.
Al que cobra como presidente de la República se le debe reclamar por haber sido omiso o incapaz de frenar la violencia para salvaguardar la vida de sus gobernados.
Los informes del Comando Norte revelan que cuando menos el 40 por ciento del territorio nacional está controlado por el crimen organizado y los narcotraficantes. Su presencia en los municipios en donde mandan, pasa inadvertida para las fuerzas federales y policiales mientras los malandros nombran presidentes municipales –de todos los partidos incluido Morena-, jefes policíacos, responsables de obras y hasta el edil financiero.
¿Por qué la ceguera gubernamental?
Estamos en el quinto año de gobierno y todavía se mantiene la no política de abrazos y no balazos.
Y ahora resulta que los ciudadanos deben defenderse solos y colaborar con el casi inútil que habita Palacio Nacional que, con sus reuniones matinales con el “gabinete de (in)seguridad, no se entera de lo que pasa en el país y después pasa al salón del show para decir “vamos requetebién”.
Hay que exigirle que cumpla con sus responsabilidades y deje de ser jefe de la campaña electoral en marcha.
¿Obligará a los ciudadanos a portar armas para defenderse ante el incremento de violencia?
De última hora se dio a conocer el fallecimiento de la madre de El Chapo. Consuelo Loera Pérez murió ayer en Culiacán, Sinaloa. Habrá que esperar fuerte brotes de violencia, porque siempre se dijo que ella controlaba a sus hijos y nietos.
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