Los Dados de Dios
*En el Primer Caso hay de Todo y en el Segundo Sobre Todo Indígenas
NIDIA MARIN
Cierre de sexenio con pésimas realidades, como lo es que hasta los habitantes de las selvas y de las sierras mexicanas (sobre todo indígenas) huyan despavoridos, porque esos lugares donde nacieron se han convertido en tierra de nadie, con homicidios constantes, debido al crimen organizado.
Sucede en la Lacandona, por ejemplo, donde mayas, tzeltales, tsotsiles y tojolobales están siendo atacados por bandas, tanto de México como de Guatemala, país de colindancia. Arriban a los municipios de Altamirano y Ocosingo en plena desesperación.
Esta situación también se presenta en las Sierras, Madre Occidental, Madre Oriental, Madre del Sur, Madre de Chiapas, Sistema Montañoso de Baja California, el Eje Volcánico Transversal y el Altiplano de México.
Por ejemplo, en la Sierra de Guerrero se ha registrado desplazamiento en los 14 municipios. Lo mismo sucede en la zona de la Tierra Caliente Michoacana. Son en total 15 entidades con la problemática, aunque dicen los estudiosos que 7 de éstas concentran el 91% de los casos y el 97% de la población afectada.
Estos son: Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero, Michoacán, Oaxaca y Sinaloa, que en su totalidad representan el 21% de la población nacional.
De ahí que la Relatora Especial Sobre Los Derechos Humanos de los Desplazados Internos de la ONU, Cecilia Jiménez-Damary, tras de su visita a México entre el 29 de agosto y el 9 de septiembre de 2022, en su informe respectivo haya señalado que en las causas del desplazamiento interno en México se incluyen diferentes tipos de violencia originada por el crimen organizado, proyectos de desarrollo, conflictos comunitarios por la tierra, cambio climático, desastres (hoy Guerrero con tres de esos problemas) y, en algunos casos específicos, la creación de áreas naturales protegidas.
EL CASO DE LOS
PUEBLOS INDIGENAS
En su informe, analiza el impacto del desplazamiento interno en las poblaciones más vulnerables, como son los pueblos indígenas.
Ella se enteró y lo expuso en la ONU: que buena parte de los casos de desplazamiento interno fueron ocasionados por los altos niveles de violencia, principalmente causada por los grupos de la delincuencia organizada, grupos paramilitares e incluso por agentes del Estado.
Además, supo de las vinculaciones con las desapariciones, violencia sexual, violencia por razón del género, feminicidios, homicidios, masacres, reclutamiento, trabajo forzado o extorsiones, entre otros, en esos lugares.
“Los grupos de la delincuencia organizada y los grupos paramilitares actúan principalmente en zonas en las que es patente la ausencia del Estado y prevalece la impunidad. Lo anterior se traduce en una falta de confianza en las autoridades en general, y particularmente en el sistema de justicia criminal. En 2020, la probabilidad de que un delito fuera denunciado y resuelto descendió al 1,04 %4. Esta situación obstaculiza el acceso a la justicia, perpetúa la inseguridad e impide el retorno de las personas desplazadas internas a sus lugares de origen. Diversos grupos denunciaron una presunta colusión de grupos de delincuencia organizada con instituciones gubernamentales, principalmente a nivel municipal”.
También conoció, entre otras, “la situación de desplazamiento interno y despojo de sus tierras de 200 personas indígenas mixe de la comunidad de Tierra Negra, municipio de San Juan Mazatlán, en el estado de Oaxaca”, conflictos que dijo “parecen estar ocasionados por diferencias en temas agrarios, religiosos, presupuestarios y de afiliación política”.
A manera de crítica señaló:
“Pese a que algunos de estos conflictos están latentes desde hace décadas, como en los Altos de Chiapas, no parece existir una estrategia gubernamental destinada a su prevención, atención y resolución. Además, muchos actos de violencia quedan en completa impunidad, lo que colocaría a los Pueblos Indígenas en una posición de riesgo de ser víctimas de diversas violaciones de sus derechos humanos”.
Y ofreció cifras proporcionadas por la sociedad civil, sobre los desplazados por violencia, aunque advirtió que los datos no eran muy confiables: “…el total de personas desplazadas internas en México hasta diciembre de 2021 ascendía a 379.3227”.
Además, observó “…con gran preocupación, que el fenómeno del desplazamiento interno afecta mayoritariamente a los Pueblos Indígenas, los cuales, pese a representar el 10 % de la población total de México, se vieron afectados por el 40 % de los episodios de desplazamiento registrados por la sociedad civil en 2020-2022.
Resaltó la situación de las mujeres indígenas adultas mayores y con discapacidad, quienes se ven enfrentadas a obstáculos económicos y sociales derivados de su condición y requieren una atención especial.
Asimismo, expuso: “Un grupo indígena del estado de Chiapas reubicado en el estado de Campeche manifestó que la tierra proporcionada por el estado era inadecuada para la siembra y que no contaban con agua potable ni escuelas a proximidad. Ciertas personas desplazadas internas lamentaron que el tipo de tierras y el clima en el que habían sido relocalizadas por el Gobierno fueran distintos a los de su comunidad, lo que ha tenido un impacto sustancialmente negativo en la producción de alimentos”.
Otras precisiones realizadas por la Relatora Especial fueron:
“El desplazamiento ha significado la pérdida de identidad social y cultural, en particular, para los Pueblos Indígenas, que tienen un especial apego a sus tierras ancestrales. Familias indígenas desplazadas lamentaron que las nuevas generaciones hayan perdido el vínculo con su territorio, y se hayan debilitado sus usos y costumbres. Mujeres indígenas desplazadas expresaron preocupación por el hecho de que sus hijas e hijos estén perdiendo su lengua materna, y adultos mayores indígenas expresaron su temor a morir lejos de sus comunidades de origen. Las personas indígenas entrevistadas manifestaron que su llegada a zonas urbanas les ha marginalizado, les ha despojado de su identidad social y cultural, y ha causado el debilitamiento de sus instituciones tradicionales”.
Y, por cierto, hay entidades donde se actúa al respecto. Por ejemplo, durante su visita a Chihuahua organizaciones de la sociedad civil refirieron “…que el Plan de Contingencia impulsado por el Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas incluía acciones destinadas a prevenir el desplazamiento de personas indígenas de sus comunidades de origen, lo que motivó, por ejemplo, la iniciativa de realizar un diagnóstico estatal que sustentara políticas públicas en la entidad”.
Todo ello, pues, es parte de las pésimas realidades del año anterior al fin de sexenio, donde, el cierre está siendo ensangrentado y terrible.
Por ejemplo: Ernesto Zedillo cerró su sexto año con 10,737 asesinados por la violencia; Vicente Fox, con 10,452; Felipe Calderón, con 25,967; Enrique Peña Nieto, con cerca de 30,000 y Andrés Manuel López Obrador a estas alturas lleva más de 40,000 e n 2023, más los que se acumulen en los 9 meses de 2024.
Lo terrible es que al actual gobierno es lo que menos le importa y lo único que rifa es… sus obras de relumbrón.