El presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que sería un “golpe de Estado” que no se permita al gobernador de Nuevo León, Samuel García, regresar al cargo.
Y afirmó hablar como un “observador”, por lo que dijo que no corresponde al Ejecutivo participar en la controversia.
“Si no lo dejan regresar que la Corte diga que ya está destituido”, advirtió durante su conferencia matinal de este lunes.
“Son capaces hasta de dar un golpe de Estado porque eso sería este una destitución a alguien que fue electo democráticamente”, declaró este lunes durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
El mandatario calificó como “politiquera” la controversia en Nuevo León sobre la legitimidad de la gubernatura de Samuel García, y responsabilizó a los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
“Se le lanzaron los del PRI, los del PAN, más que nada el jefe del bloque conservador, Claudio X. González, se le lanzó a Samuel García para que no pudiera ser candidato”, argumentó.
Sostuvo que dichos partidos se oponían a la candidatura del neolonés a la presidencia porque “les dividía las simpatías de las clases medias”.
López Obrador también reprobó que la Suprema Corte haya determinado que correspondía al Congreso local designar al gobernador interino, y no a Samuel García.
“Esto yo creo que fue lo que llevó a Samuel a decir nos regresamos”, apuntó.