Doblegados

Yo Campesino

 

  • Opositores al Ganso no Dimensionan y Privilegian Interés Personal al de México

 

MIGUEL A. ROCHA VALENCIA

 

Pareciera que la partidocracia que representa la oposición legal en México está dormida, doblegada o simplemente antepone los intereses cupulares a los de un país que está muy cercano de caer en dictadura incluso por la vía constitucional ya que la colonización del poder Judicial será cuestión de meses, aunque el ganso no obtenga la mayoría calificada en el Congreso.

 

Si la corcholata favorita del mesías tropical gana la silla presidencial, podrá designar a cuatro ministros que sumados a los tres que ya tiene en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, aunque no tenga la mayoría calificada pues si sus propuestas fueran rechazadas, al final será ella quien determine quiénes ocuparían las vacantes de quienes por ley deben irse.

 

Ellos son: Luis María Aguilar Morales uno de los más acosados por el tlatoani tabasqueño quien al igual que Arturo Zaldívar termina su ciclo de 15 años en diciembre de 2024; Jorge Mario Pardo Rebolledo, se va en febrero de 2026; Alberto Pérez Dayán concluye en diciembre de 2027 junto con Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

Eso implica que aun sin mayoría absoluta en el Congreso, la nueva inquilina de Palacio Nacional podrá colonizar la SCJN y con ello a la Judicatura Federal y al poder Judicial. Recordemos que, si el Senado le rechaza la primera y segunda terna de ministros sustitutos, el Ejecutivo puede hacer una designación directa, como seguramente ocurrirá esta vez para cubrir la vacante de Zaldívar Lelo.

 

De ahí la inquietud ante la pasividad de los partidos opositores cuyos líderes están enfrascados en el reparto de candidaturas donde el PRI parece tomar ventaja y los perredistas se dicen desposeídos. El caso es que tienen olvidada la a la aspirante presidencial que no reduce distancias frente a la corcholata oficial.

 

Claro, faltan siete meses, pero la ventaja es mucha lo mismo que los recursos y la atención que le ponen los oficialistas. Ellos van por todas las canicas mientras en al frente opositor parece que lo doblaron los intereses personales, grupales y parecen conformarse con las posiciones de Congreso federal y gubernaturas.

 

Si no van a la cabeza, lo que “ganen” será una quimera pues en corto y mediano plazo, serán nulificados mediante las reformas del Ejecutivo que no necesitará la mayoría sino simplemente judicializar iniciativas que le sean aprobadas por un poder colonizado., con lo cual estaremos viviendo una dictadura “legal”, constitucional.

 

Lo peor es que no surge ni en el espíritu de la candidata presidencial opositora el espíritu de un estadista que sea capaz de dar confianza o se muestre como una alternativa real. NO se necesita un discurso golpeador o majadero, pero sí atrayente, sólido y realista.

 

No que no nos diga cómo está el país sino la manera de solucionar los problemas que hoy se enfrentan, no un discurso demagogo de faltas promesas sino de propuestas incluyentes para todos los sectores de la sociedad incluyendo empresarios, profesionales, organizaciones civiles, clases medias, trabajadores, estudiantes, científicos y desde luego a esa gran masa que integran los conformistas, los fatalistas quienes dicen “todos son lo mismo”.

 

Pero para eso se necesitan hombres y mujeres de Estado que vayan más allá de la ambición de un cargo público o el protagonismo. Personajes que sean capaces de renunciar a ellos mismos y pensar en el futuro del país que seguimos soñando y que elección tras elección nos prometen.

 

Porque de continuar el actual sistema, ya está dicho, no vamos a crecer como sociedad y lo que hoy ven como esperanza de cambio con la simple salida del caudillo de la Presidencia, se pueden equivocar y toparse con una pared similar o más dura, con mayor poder real y profundice no sólo la confrontación que es evidente en México sino problemas como el estancamiento económico, la mortandad y la pobreza.

 

Tal vez el gran problema es que hoy la clase política está flaca, carece de líderes, ideólogos y estadistas que fueron sustituidos por marchantes que compran, venden y sólo ven la utilidad personal o grupal, sin que les importe México como país y sólo vean a sus habitantes como instrumento para lograr el mayor botín.

 

Podrían aprovecharse de todos los errores y mentiras del actual machuchón de Palacio Nacional y si no lo hacen es por ausencia de talento o bien, ya negociaron y los aplacaron o las tres cosas. Ni siquiera necesitarían grandes ideas, pero esta clase sin clase entiende a la política como una simple transacción de intereses y privilegios.

 

*Disculpa: en anterior comentario escribí erróneamente que Javier Milei es de extrema izquierda; debió decir extrema derecha.

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