*Es el Consejo Federal de la Judicatura, Según el Habitante Temporal de Palacio Nacional
*Desde ahí Quisiera que Fueran Removidos Todos Aquellos que él Decide
*Los Cinco Consejeros, Designados a Propuesta del Presidente López
*Sin Embargo, los Acusa de no Hacer Nada por Apoyar sus Denuncias
JOEL ARMENDARIZ
Creado en la llamada “gran reforma del Poder Judicial de la Federación” que modificó la composición de la Suprema Corte de Justicia reduciendo de 27 a 11 ministros, el Consejo Federal de la Judicatura es ejecutor de sanciones como la amonestación, remoción de magistrados y jueces de distrito, además de personal administrativo de alto rango.
Es en pocas palabras, es el temido órgano que controla las acciones del Poder Judicial de la Federación con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cabeza del Poder Judicial de la Federación, uno de los tres Poderes del Estado Mexicano.
El primero es llamado “florero” y la segunda, “está al servicio de los ricos”.
El CFJ recibe las quejas y/o denuncias de entes gubernamentales y ciudadanos en general, las investiga y toma las decisiones. Para remover a un magistrado o un juez de distrito se requiere de cuando menos 4 votos del total de 7 que integran el Pleno.
El CJF, conformado por 5 consejeros –falta nombrar a uno, pero el Senado lo tiene congelado- propuestos por el presidente Andrés Manuel López, no lo satisfacen.
La semana pasada repitió sus conceptos:
“…el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) no funciona y sólo está ahí de florero” porque, no sanciona a jueces, magistrados o Ministros… “. Y de nueva cuenta lanzó sus bolas bobas en contra del ministro Luis María Aguilar, a quien acusó de haber mantenido guardado por 10 meses el expediente de pago de impuesto de TV Azteca.
“Nada más imagínense la sanción que debería de haberse aplicado desde la Judicatura al Ministro que mantuvo 10 meses guardado el expediente del pago de impuestos de Azteca de 26 mil millones, 10 meses. ¿Y dónde está la justicia pronta y expedita?”, dijo.
Los 5 consejeros que están en activo ahora, son: Alejandro Sergio González, quien inició su periodo de 5 años el 24 de febrero de 2019; Sergio Javier Molina, comenzó el primero de diciembre de 2019; Eva Verónica de Gyvés, se incorporó el 29 de noviembre del 2019; Bernardo Bátiz, el 4 de diciembre del mismo año y Lilia Mónica López, la más reciente, el 20 de junio de 2022.
Son las flores que adornan los espacios del Consejo de la Judicatura. Todos propuestos por el jardinero al que no le gusta cómo florecen.
Con las facultades que le confiere la Constitución, el Consejo está impedido para sancionar a los ministros y la propia estructura de la Corte. Puede y lo hace, remover, sancionar o suspender a jueces y magistrados y personal administrativo del propio Consejo.
Eso no lo entiende el presidente de la República y no obstante que ha negado en repetidas ocasiones que el Poder Ejecutivo federal no “es el poder de los poderes como era antes”, las acusaciones en contra del Poder Judicial de la Federación confirman lo contrario.
Porque el Legislativo, con su mayoría simple, lo tiene controlado. Perdió la oportunidad de seguir reformando la Constitución en la elección de 2021, cuando los candidatos de la coalición “Va por México” le arrebataron la mayoría calificada. Optó por el camino de las reformas legales y todas y cada una de ellas ha sido impugnada.
EL CONTROL QUE SE
QUEDÓ EN INTENTO
Ante la falta de control en el Consejo de la Judicatura Federal, cuyos miembros son producto de postulaciones presidenciales, el tono cambió.
El presidente de la República presumía a quienes llegaron al CJF que se trataba de personas calificadas. Probablemente sus más reconocidos por su amistad y conocimientos hayan sido Bernardo Bátiz y Loretta Ortiz, quien ingresó al CJF apenas unos meses antes de ser propuesta al Senado de la República para ocupar una vacante en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Del resto de los consejeros, tenía buena opinión, como la tuvo de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la nación en funciones, Margarita Ríos-Farjart y Juan Luis González Alcántara Carrancá, quienes estuvieron bajo sus órdenes.
Alcántara lo acompañó durante su gestión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal y Ríos-Farjart inició el gobierno como titular del Sistema de Administración Tributaria.
En el momento en que fueron aprobados los nombramientos de Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel, el presidente supuso que controlaba ya los Tres Poderes de la Unión.
Sus cuentas lo hacían sumar 5 ministros: 2 hombres y 3 mujeres. Votos suficientes para vetar cualquier proyecto que afectara reformas constitucionales y de leyes secundarias aprobadas por el Congreso y promulgadas en tiempo y forma.
Sin embargo, la realidad lo llevó a quedarse con tres integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf.
Ello causó la irritación presidencial, al grado de expresar: “yo los propuse, los hice ministros y me dan la espalda”. Fue más allá al apuntar que pareciera que el cargo y los salarios los habían cambiado.
Con todo y que los 5 de los 6 integrantes del Consejo de la Judicatura Federal conforman su grupo cercano y han sido partícipes del gobierno del Distrito Federal y del Congreso de la Unión y sus “5” de los cuales quedan “3” ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el presidente no logró el control del Poder Judicial. Todo quedó en intento.
EL CJF SIN FACULTAD PARA
SANCIONAR A MINISTROS
Al referirse al Consejo de la Judicatura Federal, el presidente Andrés Manuel López lo llama “florero” (aunque pareciera que a él le resultó con espinas). Su expresión menciona la falta de sanciones a jueces, magistrados o ministros.
El artículo 94 de la Constitución establece:
“La administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial de la Federación, con excepción de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, estarán a cargo del Consejo de la Judicatura Federal en los términos que, conforme a las bases que señala esta Constitución, establezcan las leyes”.
El Consejo de la Judicatura Federal no solamente lo componen los 6 comisionados y su presente, sino es todo el aparato de la administración de justicia a nivel nacional.
Con datos del más reciente Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal, publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en julio de 2020, el CJF cuenta con mil 297 órganos.
En el país hay 269 Tribunales Colegiados de Circuito; 101 Tribunales Unitarios de Circuito; 440 Juzgados de Distrito; 41 Centros de Justicia Penal Federal, un Centro Nacional de Justicia Especializado; 53 Plenos de Circuito, y 392 Órganos Administrativos. En ellos laboran mil 437 magistrados y jueces. El informe del INEGI precisa que son 830 magistrados y 607 jueces federales, distribuidos a lo largo y ancho del país.
Cuando la ministra Norma Leticia Piña Hernández se reunió con los magistrados y jueces, a los 16 días de haber tomado posesión, les estableció la ruta a seguir: INDEPENDENCIA en sus decisiones y con ello poner en alto la autonomía del Poder Judicial de la federación.
Hubo una de las recomendaciones que disgustaron en Palacio Nacional y el 18 de enero el presidente dijo que desde que llegó la ministra Piña, la corrupción se incrementó en el mencionado Poder.
El diferendo presidencial contra la cabeza del PJF arreció el 5 de febrero del presente año, cuando la ministra pronunció un discurso con motivo de la promulgación de la Constitución. Es la única ocasión en que se han saludado de mano. En eventos a los que se acostumbraba invitar a los representantes de los tres poderes de la Unión, la ministra fue excluida de la ceremonia de los Niños Héroes y del Grito en Palacio Nacional.
Al presiente le han irritado los amparos concedidos que han frenado leyes de los planes A y B, distribución de libros de texto gratuitos, los que han permitido la liberación de reclusorios para seguir sus procesos en prisión domiciliaria y otros y por ello acusa constantemente al Poder Judicial de dejar en libertad a criminales.
Para el presidente, el Consejo de la Judicatura no cumple con sus responsabilidades y por eso lo llama “florero” y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación la coloca como órgano de “injusticia, y no me salgan con que la ley es la ley”.