*De ser Así, Abrirán Heridas que Todavía no Terminan de Sanar
*Inevitable el uso Político del Evento que Formará Parte Coyuntural de las Campañas
*Tales Hechos, Marcaron un Doloroso Acontecimiento en Toda la Nación
*El Crimen Cruzo las Fronteras y También Cambió el Curso de la Historia del País
*El Tema Vuelve a Surgir con un Electorado Dividido, una Nación Fragmentada
*Y También con un Presidente que Diario Empuja con sus Mensajes el Odio y el Rencor Social.
*¿Medrará el Presidente Con la Triste Tragedia? La Respuesta Está en el Aire
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
El primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Segundo Circuito, con sede en Toluca, Estado de México, acaba de dictar una resolución en la que concede el Amparo y la Protección a Mario Aburto, homicida confeso de Luis Donaldo Colosio, durante su campaña presidencial en 1994.
El asunto en cuestión deriva de la pena impuesta al procesado de cuarenta y cinco años de prisión, al considerarlo responsable del delito de homicidio calificado, previsto en las disposiciones del Código Penal Federal, sin embargo, el Tribunal de Amparo establece que debió aplicarse el Código Penal del Estado de Baja California, es decir, la legislación local que prevé una sanción máxima por esa conducta de treinta años.
En ese tenor, el próximo mes de marzo se cumpliría el lapso de estar privado de su libertad por los años de la sanción máxima, debido a ello, alcanzaría el beneficio de salir de prisión al haber estado confinado el tiempo suficiente contemplado en la legislación aplicable.
Si no ocurre algún evento diverso, en plena campaña presidencial Mario Aburto obtendría su libertad, en medio de una convulsión política, dadas las características que se han venido presentando en los últimos tiempos, cuestión sin duda paradigmática.
Por supuesto que ese acontecimiento previsible tendrá sus efectos, dado que abrirá heridas que aún no terminan de sanar. El uso político del evento es inevitable, va a formar parte coyuntural de las campañas.
Esos hechos ocurridos hace treinta años, marcaron un doloroso acontecimiento en toda la nación y más allá de las fronteras, el cobarde asesinato de Luis Donaldo Colosio, amén de ser una tragedia que a la fecha se sigue lamentando, también cambió el curso de la historia del país.
Ahora volverá a resurgir, curiosamente en medio de una campaña presidencial, con un electorado dividido, una nación fragmentada y un Presidente que todos los días empuja con sus mensajes el odio y el rencor social.
Se están abriendo las puertas a retomar nuevamente el camino de la especulación, las teorías conspiracionistas saldrán otra vez, seguramente auspiciadas desde las mañaneras. La utilización de un tema sensible para el pueblo de México, no lo dejará de lado el Presidente, por el contrario, le sirve para atacar a la oposición y a sus adversarios políticos.
Ojalá y me equivoque, sin embargo, el comportamiento del inquilino de palacio ha sido más como jefe de campaña que titular de un poder, razón que me lleva a pensar la trama que en su momento saldrá a la luz, medrando con el dolor de una triste tragedia.
Es cierto que la libertad del asesino confeso da pauta para hablar del tema, un asunto de Estado que debe tratarse con la seriedad que merece, abordarse con toda responsabilidad y en su justa dimensión, con todas las implicaciones y repercusiones que el caso amerita.
No obstante, existen elementos para creer que va a surgir con la intención de lucrar políticamente con ese tema, lo que sería una verdadera falta de respeto a un mártir de la democracia y al pueblo de México.
