Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Utilizar el espacio de los monólogos matinales para decirles a los trabajadores del Poder Judicial de la Federación que “… que ellos no deben de preocuparse nada, que no los quieran confundir diciéndoles que se van a quedar sin sus sueldos, sin sus prestaciones, no; es con los de arriba, que han abusado muchísimo. No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, es una muestra más del clasismo en el que vive el huésped temporal de Palacio Nacional.
Divide y vencerás, es una frase atribuida al emperador Julio César y retomada siglos después por Napoleón. Si bien la interpretación de las dos palabras en tiempos modernos –del siglo XVIII en adelante- se establece que política y psicología, divide y vencerás o dividir para reinar es ganar y mantener el poder mediante la ruptura de las concentraciones más grandes, en fracciones que tienen menos energía en su aislada individualidad. El concepto se refiere a una estrategia que rompe las estructuras de poder existentes y evita la vinculación de los grupos de poder más pequeños. Podría ser utilizada en todos los ámbitos en los que, para obtener un mejor resultado, es en primer lugar necesario o ventajoso romper o dividir lo que se opone a la solución o a un determinado problema inicial. (Wikipedia).
La malignidad presidencial es cada día mayor. Para justificar el saqueo que sus empleados en San Lázaro aprobaron para doblegar al Poder Judicial de la Federación, a contrario sensu de lo que dice, sí daña al 60 por ciento de los empleados. No se trata de privilegios. Son derechos adquiridos a lo largo de décadas.
Extinguir 13 fideicomisos solamente porque en la Suprema Corte de Justicia de la Nación no está la ministra Yasmín Esquivel presidiéndola y porque los otros ministros no concuerdan con la constitucionalidad de las reformas legales del Poder Ejecutivo federal, es una venganza.
Pero el titular que habita en Palacio Nacional lo niega. Su banal argumento de que le sirven a los de arriba, a los criminales de cuello blanco, se agota y ante ello presiona con la reducción de recursos. La meta: doblegar al Poder Judicial.
La ministra Norma Leticia Piña señaló: El silencio no implica inacción, sino prudencia, para no entorpecer todas aquellas acciones que se han estado desplegando para proteger los derechos de todos los que trabajamos en el Poder Judicial Federal.
Sin embargo, en video apuntó: “Nos reunimos hoy, no para darle respuestas sobre procesos legislativos que están en curso, sino para pedirles que les transmitan a los jueces, a los magistrados que representan, a todos los integrantes que contribuyen a la labor jurisdiccional, que estamos ministros, consejeros y diversos funcionarios del Consejo y de la Corte, absolutamente dedicados a ver por los derechos de todos los que conformamos al Poder Judicial Federal, a ver por la autonomía y por la independencia de nuestra institución”.
El presidente mexicano ignora que los legisladores de oposición que han levantado la voz para decir que la iniciativa aprobada en comisiones es una venganza, ya prevén la presentación de acciones de inconstitucionalidad y al mismo tiempo, se sabe en círculos de la Corte, que centenares y quizá miles de probables afectados preparan el huracán de amparos.
En tratándose de la defensa de los derechos de quienes forman el Poder Judicial de la Federación sería algo más que tontería suponer que las acciones de inconstitucionalidad, las controversias constitucionales y los amparos serán rechazados.
Admitidas las tres hipótesis, la aprobación de las reformas, quedará en suspensión hasta en tanto no se llegue al fondo que, se debe adelantar, será declarar inconstitucional la reforma.
Son tiempos electorales, cierto, pero la Corte no participa con candidatos. La Corte es, empero, un manjar para el populismo y para arreciar el clasismo sustentado en la manida frase: no se puede tener gobierno rico y pueblo pobre.
Uno tiene que preguntarse con la seriedad del caso si el señor López les hace caso a sus asesores o si cree, de verdad, que es infalible y vivirá para siempre.
¡Aguas con los infartos!
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