“El Castillo de la Pureza”

 

La Aniquilación de Moral Natural

 

HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO

“El Castillo de la Pureza”, película mexicana dirigida por Arturo Ripstein, guion en colaboración con José Emilio Pacheco; con la actuación de Claudio Brook (Gabriel Lima), Rita Macedo (Beatriz), Arturo Beristáin (Porvenir), Diana Bracho (Utopía), Gladys Bermejo (Voluntad) y la actuación especial de David Silva (el inspector); cuyo estreno fue el 10 de mayo de 1973.

Gabriel Lima está convencido de que el mundo exterior es dañino para su familia y ha mantenido encerrados por 18 años a su esposa Beatriz y a sus tres hijos Porvenir, Utopía y Voluntad, pero lo frágil de esta situación cambia cuando se da cuenta de que sus hijos mayores están dejando la pubertad.

La trama de esta cinta se basa en hechos reales acontecidos en la década de 1950; Luis Spota se inspiró en ellos para escribir la novela “La Carcajada del Gato” (1964) y luego al dramaturgo Sergio Magaña para crear su obra “Los Motivos del Lobo” (1965).

CUANDO EL 

GATO NO ESTÁ…

Gabriel Lima tiene trabajando a sus tres hijos Porvenir, Utopía y Voluntad en la elaboración del raticida que vende durante el día mientras ellos permanecen encerrados junto a su esposa Beatriz; pero cuando él sale, ellos aprovechan para tener cierta actividad lúdica, como juzgar a la gallinita ciega y a las estatuas de marfil.

El Castillo de la Pureza es el nombre dado a un caso de abuso infantil de larga duración acaecido a finales de la década de 1950 en la Ciudad de México; este hecho fue perpetrado por Rafael Pérez Hernández, un fabricante de veneno para ratas que mantuvo encerrada a toda su familia por aproximadamente 18 años dentro de su casa al norte de la Ciudad de México.

Se sabe que su esposa Sonia María Rosa Noé le pedía que los hijos fueran a la escuela, pero a pesar de las súplicas, Rafael no permitió que los niños fueran a la escuela; a partir de esto, existieron afirmaciones contradictorias en las que se dice que él mismo capacitó a su esposa para educar a sus hijos en casa, o que fue ella misma quien tomó la iniciativa de enseñarles a leer y a escribir.

ENCERRANDO 

AL RATÓN

Estando elaborando el raticida, Voluntad, la más pequeña de los hijos, de escasos 9 años, tira por descuido una jaula en donde está una rata, que al caer logra escapar; el joven Porvenir logra matarla con una escoba; sin embargo, Voluntad, además de recibir una bofetada de su padre, es castigada a estar confinada en cuarto lúgubre y sucio por una hora.

Cada vez alguno de los hijos cometía una falta o tenía un leve acto de indisciplina era encerrado en su pequeño calabozo por horas, pero si la falta era mayor sería hasta un día.

Según los testimonios, toda la familia, especialmente los niños, eran forzados a trabajar largas jornadas para fabricar el raticida bajo condiciones insalubres y peligrosas.

La disciplina era tan férrea, que el propio papá los ponía a hacer ejercicios para que se mantuvieran sanos; en la cinta se muestra que comían relativamente bien, aunque en una sesión de lectura, Utopía le pregunta a su mamá qué es un toro, y Porvenir le pregunta si se comen; ella contesta que la gente sí, pero ellos no.

Los testimonios recabados en la época afirman que sólo comían frijoles con avena, y lo cierto es que cuando fueron rescatados tenían desnutrición.

DE RATONES 

Y HOMBRES

Gabriel Lima también educa a sus hijos con máximas de grandes escritores y pensadores, en que los hijos deben repetir: “El hombre de recia voluntad la moldea el mundo a su gusto” (Goethe); así como “Para guiar a los hombres es necesario volver la espalda a la humanidad” (Ellis).

Esta enseñanza ideológica, conjunta con la lectura de las profecías de Nostradamus,  expresa el pensamiento aparentemente “libertario” de Gabriel, como si quisiera llevar a la práctica en el siglo XX los postulados educativos de Emilio, la obra clave del filósofo Juan Jacobo Rousseau en el siglo XVIII: conservar la bondad natural, no importa que el individuo participe de una sociedad corrupta, la actividad física debe realizarse en la naturaleza y el hombre vivir la mayor parte del tiempo al aire libre.

Sin embargo, esta utopía rousseauniana deviene en distopía, pues en vez de vivir al aire libre, los encierra a piedra y lodo en una suerte de “campo de concentración domiciliar” que convierte a los suyos en una “familia disfuncional”.

EN LA RATONERA 

HA CAÍDO UN RATÓN…

Gabriel Lima es el único que puede salir a la calle, lo cual aprovecha para comer en pequeñas fondas e inclusive frecuenta a prostitutas; la única vez que salen a tirar la basura son castigados severamente; o cuando supuestamente Utopía coqueteó con el inspector.

En la vida real, la pareja tuvo seis hijos, a quienes llamaron con base en ideales y rasgos de la personalidad: Indómita, Libre, Soberano, Triunfador, Bien Vivir, y Libre Pensamiento, pero nunca gozaron esos atributos, pues no tenían permitido salir de la casa porque, según su padre, el mundo exterior era malvado, estaba corrompido, y él estaba criando una nueva estirpe de personas puras, inocentes y buenas.

La lluvia incesante e intensa que muestra a lo largo del filme, da una idea del diluvio que se vive en ese “castillo de la pureza”, donde todos terminarán ahogados.

Utopía pide ayuda en un pequeño papel de estraza, donde dice que su papá los tiene secuestrados y que ahora quiere matarlos, se arma de valor y una noche sube a la azotea y tira el papel a la calle; Gabriel es detenido y la familia es liberada.

Los diarios de la época narran que el 25 de julio de 1959 la policía irrumpió en la casona de los macetones, poco después de que un transeúnte recogió un pedazo de papel de estraza tirado en la calle, en donde estaba escrita una nota de auxilio. Supuestamente, era el tercer intento de Indómita para llamar la atención hacia las condiciones en las que su padre mantenía a toda la familia.

Rafael Pérez fue arrestado y encerrado en el Palacio de Lecumberri; negó todo cargo en su contra, insistiendo en que él era un buen padre, y que su familia le había tendido una trampa para quedarse con todo su dinero y propiedades.

La familia se encontraba confundida y asustada por todos los estímulos del mundo exterior, apenas podían leer y escribir, y tenían un conocimiento casi nulo de los sucesos al exterior de su casa.

A pesar de la magnitud del evento, la familia continuó visitando al patriarca en prisión e incluso lo perdonaron, hasta el día de su muerte, en noviembre de 1972, cuando se ahorcó en su celda.

La incongruencia entre las reglas y el comportamiento abusivo de padre quebrantan la supuesta armonía de este “castillo de la pureza”; la adolescencia de sus hijos terminará de minar la autoridad del dictador.

La cinta es un recorrido por la decadencia familiar propiciada por una desentendida virtud de la pureza.

Pero ¿qué tanto se debe proteger a los hijos de la maldad del mundo exterior?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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