NIDIA MARIN
¿Quién o quiénes decidirán en México a los hombres o mujeres que serán candidatos ganadores a gobernadores y presidentes municipales?
¡Los maxi-cárteles y los mini-cárteles!
Sí, malas noticias. Las guerras territoriales que se viven en la República Mexicana por la multiplicación de grupos delictivos pequeños, pero muy violentos, serán las que determinen a los triunfadores locales en las elecciones de 2024.
Las familias votantes tienen miedo.
Ante la grave situación de inseguridad que estamos viviendo en el país y el triste papel, casi de abandono de la seguridad de parte del gobierno, la lógica nos dice, desgraciadamente, que no será el pueblo votante el que tomará la decisión, aunque es deseable que se vuelque a las urnas para tratar de evitar que sean los criminales los que decidan.
Los hechos sangrientos constantemente ocurridos en el país y que lo tienen postrado, nos exhiben que serán los carteles del narcotráfico los que indicarán por quién deben votar en las entidades o de otra manera… correrá más sangre.
Es lo que nos espera, lamentablemente, ante el vergonzoso papel de la Secretaría de Seguridad Pública y del Ejército Mexicano, así como las órdenes emanadas de Palacio Nacional.
Indudablemente este ha sido el sexenio del narco en México. Se le ha dejado ser y hacer.
Y es angustiante observar la actual forma oficial de mentirle a la población al señalar que la seguridad pública está mejorando.
¡Es mentira!
Sólo hay que revisar el “Índice de Paz México 2023” para lamentar lo que nos sucede.
Esta agrupación constata que, “…la tasa nacional de delincuencia organizada ha aumentado un 64.2 % en los últimos ocho años. Con la excepción de un ligero descenso en 2020, la tasa ha aumentado cada año desde 2016. Este aumento fue impulsado por deterioros en la extorsión y narcomenudeo, con aumentos en la tasa de 59.5 y 148.7 %, respectivamente”.
Y aunque admite que, efectivamente, “…la tasa de secuestro y trata de personas ha disminuido un 55.4 % desde 2015, mientras que la tasa de delitos graves ha disminuido un 40.7 %”, lo que se ha estado viviendo en los últimos años en la República Mexicana tiene aterradas a las familias, ya que ahora han sido los grupos de jóvenes y adolescentes los objetivos de los delincuentes.
De ahí que seguramente será certero el planteamiento de la mencionada agrupación de investigación y análisis acerca de la seguridad pública en el país, al precisar que el aumento de los niveles de delincuencia organizada en México ha sido visible también en el incremento de las tasas de homicidios y violencia extrema.
“En parte como resultado de la estrategia gubernamental de “descabezamiento”, que buscaba sofocar las operaciones de los grupos delictivos organizados persiguiendo y arrestando a sus líderes, la última década ha visto la fragmentación de un puñado de grupos anteriormente dominantes. Sin embargo, esto ha llevado a la intensificación de la competencia y a más guerras territoriales a medida que proliferaban grupos más pequeños y violentos”.
Los especialistas de la agrupación lo explican:
“Las nuevas contiendas entre organizaciones criminales por el control del territorio y las rutas del narcotráfico han impulsado importantes aumentos en el número de homicidios en México”.
En una gráfica se muestra que entre 2015 y 2021 el número de homicidios relacionados con el crimen organizado creció de alrededor de 8,000 por año a más de 23,000, (es decir 190%) mientras que el número de homicidios de la delincuencia común (creció en 6.4%), es decir entre 10,000 Y 12,500 por año.
Los datos del Uppsala Conflict Data Program indican (dice el Índice de Paz 2023) que, “…la agresiva expansión territorial del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que desde su ruptura con el Cártel de Sinaloa en 2017 se ha expandido a 28 de los 32 estados de México”.
Además, el CJNG “…ha estado asociado al 81 % de todos los homicidios por enfrentamientos entre cárteles desde 2013”
Y como si no fuera suficiente…
“La rivalidad entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa, los dos más poderosos de México, es la más mortífera del país. En 2021, su conflicto provocó al menos 4,890 muertes, lo que equivale al 26 % de todas las muertes por conflictos relacionados con cárteles”.
El asunto además es que, mientras las drogas antiguas como la marihuana y la heroína van en picada, el fentanilo crece en México y en Estados Unidos.
¿Quiénes lo distribuyen?
Los cárteles, por supuesto… minis y maxis.