Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
La buena noticia, probablemente la única, anunciada en los monólogos matinales, es que Hugo López-Gatell, renuncia a sus cargos en el sector salud y con ello cambiará el concepto de la medicina.
El hombre que al inicio de la pandemia rechazó que el cubrebocas sirviera para algo y que durante un año mostró la incapacidad de conducir los trabajos para atender la pandemia producida por la Covid-19 y afirmara que se estimaban 6 mil muertes y cuando el número rebasó el pronóstico dijo que “sería una tragedia si mueren 60 mil personas”, dejará la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud y la dirección de Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para ser candidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
El personaje que obedece ciegamente al amo temporal de Palacio Nacional, y pasó de rock star a doctor muerte, se apunta para sustituir a Martí Batres y, por el impulso presidencial, tratará de desbancar al favorito de Sheinbaum. Omar García Harfuch.
Se requiere ser cara dura para, después de coadyuvar a la muerte de 400 mil personas, según su datos, más de un millón con los otros de expertos, pretenda gobernar la Capital del País, en donde se registró el mayor número de fallecimientos, no solo por la pandemia sino por enfermedades asociadas y crónicas que no fueron atendidas en el sector salud. Aquel que expresó que murieron los que tenían que morir y que fue factor fundamental para la escasez de medicinas y antes de partir otorga luz verde a las vacunas Abdala y Sputnik, que no tienen reconocimiento oficial de la Organización Mundial de la Salud, ahora se apresta a destruir no solo lo poco que queda de eficiencia en los hospitales oficiales, sino la CIUDAD ENTERA.
De llamar la atención que sea el propio huésped de Palacio Nacional el que apoye el destape que hizo el doctor Death en el diario La Jornada, virtual vocero del oficialismo. Hasta antes de este viernes, todo apuntaba que Sheinbaum impondría a García Harfuch en la encuesta que, como se sabe, es el camino de la candidatura.
El destape de López-Gatell viene a complicar sus planes o bien los del médico luchador por “las causas sociales”.
Si como dice el dueño de los monólogos matinales no mete las manos en los procesos electorales, hay que preguntarse porque es él quien destapa e impulsa a sus protegidos.
Lo negará repetidamente pero si decide hacer pública las aspiraciones de algunos de sus colaboradores cercanos, el mensaje va dirigido a Mario Delgado, a los gobernadores de los Estados, a los legisladores federales y locales y a los dirigentes estatales y municipales de Morena.
Y ya sabe que deben entender lo que se les ordena, no pide, ordena.
Obligados a cumplir sin protesta alguna.
López-Gatell no tiene buena imagen entre la gente ni entre los científicos. Los miles de familias que perdieron a un ser querido por las omisiones para atenderlos no votarán para que los gobierne –tampoco nosotros, aunque estemos vivos por la voluntad de Dios no del doctor muerte- y menos los que, enfermos crónicos, dejaron de recibir sus medicamentos para seguir sus tratamientos y alargar, en lo que se estime correcto, la vida terrenal.
¿Cómo responder cuando le griten asesino?
Personalmente no mató a nadie. Pero su planeación para combatir la pandemia fue fallida. Lo dicen los expertos. Lo confirman los números. Los miles, decenas de miles de fallecimientos pudieron evitarse con una estrategia eficiente.
Con una oposición mediamente organizada y que gobierna 9 de las 16 alcaldías de la Capital del País, difícilmente el doc. avanzará en su proyecto.
Perder de vista la división que generará entre los morenistas y más aún el rechazo de la población, sería un despropósito. López, el segundo de los malos o tercero o cuarto en el gobierno federal…se pierde el hilo, no levanta empatía ni en su familia.
Si todo apunta a la derrota ¿habrá sido maniobra presidencial para deshacerse de él?
Lo que si debemos festejar los capitalinos y los mexicanos en general, es que se vaya a Palenque la brevedad.
Y será el lunes cuando se inscriba para derrotar a García Harfuch y de pasada dejar fuera de la jugada a Clara Brugada, la candidata de Citlalli Hernández, secretaria general de Morena y en funciones de senadora cuando el tiempo se lo permite.
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