“El Hombre de Papel”

 

Y Hablando de Pobreza

 

HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO

“El Hombre de Papel”, película mexicana dirigida por Ismael Rodríguez, con la actuación de Ignacio López Tarso (Adán), Alida Valli (La Italiana), José Ángel Espinosa “Ferrusquilla” (Torcuato), Luis Aguilar (El ventrílocuo), Guillermo Orea (El tendero), Noé Murayama (El líder), Carlos Monroy (voz del muñeco “Titino”), Susana Cabrera (La Gorda), así como breves actuaciones y cameos de Dolores Camarillo, Carlos Ancira, Pedro de Urdimalas, Rita Macedo, Columba Domínguez, David Silva, Julio Aldama, Julio Alemán, Fanny Kaufman “Vitola”, Pedro Vargas y Lola Beltrán; se estrenó el 5 de septiembre de 1963.

Adán, un pepenador de las calles de la ciudad de México, se encuentra un billete de $10,000 pesos que se convertirá en parte de la discordia entre él y aquéllos que dicen lo han ayudado o tratarán de hacerlo, cuatro ceros que le darán importancia a quien nunca la ha tenido.

La cinta está inspirada en el relato de Luis Spota, “El Billete”; cuenta con un guion elaborado por Ricardo Garibay y Pedro de Urdimalas, que narra la desgracia de un tipo de poca fortuna, que de pronto se verá rodeado de la codicia y ambición de la gente.

EL DON DE 

LA MIRADA

Adán es mudo y para vivir recoge y vende cartón; su única compañía es un perro, el cual es atropellado; y a pesar de ser analfabeto, tiene la habilidad de saber si la gente lo engaña, mirándola a los ojos.

Las tomas áreas de la Ciudad de México muestran dos mundos, el de la gran urbe y el de los cinturones de miseria; el primero lleno de edificios, avenidas y comercios, mientras que el segundo carente de cualquier servicio básico como lo es la luz, el drenaje y el agua potable.

Entre esos dos mundos se desenvuelve el personaje de Adán, a quien uno de sus vecinos le dice que es un hombre de ciudad, porque en vez de estar pepenando en los tiraderos como los demás, Adán prefiere recorrer las calles y ahí recoger el papel y cartón que luego venderá.

Dos mundos distintos de hace sesenta años, que bien cabría preguntarse si son cosa del pasado o del presente.

EL BILLETE

Un hombre acusa a un adolescente de haberle robado su cartera, la policía lo atrapa, y éste le devuelve el dinero, pero el hombre insiste que le hace falta un billete de $10,000, el cual había guardado en la cartera tras una estampa religiosa; el ladrón confiesa que sólo tomó el dinero visible, y tiró la cartera; Adán la encuentra y la toma como suya, pero desconoce que el billete está escondido.

Entre 1943 y 1978, el Banco de México imprimió a través de la empresa estadounidense American Note Company, el billete de 10 mil pesos, cuya posesión era excepcional tomando en cuenta que la denominación de mayor circulación era la de un peso.

Este billete medía 15.7 centímetros de ancho y 6.7 centímetros de alto, y estaba impreso en papel algodón. En su anverso tenía el retrato de Matías Romero, originario de Oaxaca, quien fue secretario de Hacienda en los gobiernos de Benito Juárez y Porfirio Díaz; además, fue embajador de México en Estados Unidos en dos periodos.

En el reverso, la ilustración panorámica de Palacio Nacional, grabado con gran detalle, y en primer plano la Plaza de la Constitución con el diseño que tenía a inicios de siglo XX con jardines, senderos y palmeras.

Debido a que está desmonetizado, no es recibido como medio de pago y su valor actual equivale a 10 pesos, sin embargo, entre coleccionistas es un ejemplar apreciado por su escasez y características.

EL NIÑO

Un día, Adán encuentra a un niño abandonado y lo recoge como si fuera su hijo; su amigo Torcuato, conductor de un camión de mudanzas, lleva al niño a una delegación de policía para que no lo acusen de robo de infantes; a regañadientes, Adán acepta, pero rompe el parabrisas del camión de Torcuato, ocasionando el enojo de éste.

El personaje principal está solo, y esa soledad lo convierte en un ser ansioso del afecto de los otros, su bondad es apreciada por algunos, pero otros se aprovechan de la misma y abusan de ello.

Tal es el caso de un ventrílocuo alcohólico venido a menos, que sabe que el mudo está fascinado por el muñeco Titino, y su aparente habilidad para hablar solo, lo cual aprovechara en más de una ocasión para estafar la inocencia de Adán.

Torcuato, ya reconciliado, anima a Adán a que endurezca el corazón, y visite unas prostitutas; así en la zona roja de la Merced, el mudito hace amistad con una prostituta conocida como “La Italiana”, a quien le pide un hijo; ella se burla, pero acepta que la siga frecuentando, incluso lo invita a un día de campo a Chapultepec, donde estará “La Gorda”, otra compañera de oficio, con su hija pequeña.

Esta escena refuerza más la imagen de paternidad natural en un hombre necesitado del afecto de una familia.

POBRE, PERO HONRADO, 

HASTA QUE… 

Adán descubre el billete de $10,000, dándose cuenta de que no es un billete ordinario; primero acude con la mujer que le compra el cartón, le muestra el billete y ella intenta engañarlo tratando de “guardárselo”, pero Adán se da cuenta y huye del lugar; los demás pepenadores se enteran de que oculta algo, y sin saber qué es quieren quitárselo; se refugia con “La Italiana” que quiere convencerlo de darle un hijo a cambio del billete; va con Torcuato, le enseña el billete y despierta la ambición de su esposa, tras una breve pelea, sale huyendo; luego acude con un tendero, quien aparenta indiferencia frente al billete, pero advierte que lo está engañando, así que decide irse. 

Todas estas personas que habían tratado anteriormente al pepenador, habían demostrado de una u otra forma cierta honradez, ser gente de bien, con el interés normal de superarse con base en el trabajado, pero un billete de cuatro ceros despierta la codicia, la avaricia, la ambición, y los instintos de mezquindad.

Ese papel de cuatro ceros que permite acceder a bienes materiales, pero será el que desenmascare la inmundicia oculta de las personas, y también hará entender al propietario que el dinero pierde valor en momentos donde se requiere más que eso para sentir la plenitud. 

Esta película, además de exponer la soledad de una persona relegada por las diferentes capacidades que posee y que pertenece a un grupo especialmente vulnerable, explora la codicia de quien no tiene la fortuna de poseer un billete de alta denominación y las acciones que está dispuesto a realizar con tal de obtenerlo.

El dinero no es suficiente para lograr la felicidad y así lo entiende Adán, quien forma parte de un grupo social excluido, de personas que buscan los medios para apenas subsistir, en una sociedad que es injusta. 

“El Hombre de Papel” es la cruda realidad de la pobreza en México de hace sesenta años, pero ¿habrá dejado de existir esa cruda realidad de la pobreza en México?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

Acerca de misionpo 41596 Articles
Noticias nacionales e internacionales. Investigación y reflexión política.