Yucatán hoy: no Todo lo que Brilla es oro

 

SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS

 

Por cuestiones de trabajo viajé con mucho gusto al estado de Yucatán. Desde el 2014 no regresaba a dicha entidad, que no así a los estados vecinos de Campeche y Quintana Roo. En la ciudad de Mérida, la UNAM tiene dos entidades académicas cuya planta laboral investiga el caleidoscópico mundo social, antropológico, histórico, literario y de ciencias duras como la oceanografía, la biología, la limnología y demás saberes que en la realidad específica de la península de Yucatán coadyuvan para el estudio de México, como entidad soberana y en la especificidad del estudio yucateco que arroja realidades diferentes a Oaxaca, Nuevo León o el noroeste mexicano.  

Luego de cumplir con la misión universitaria cambié de atuendo e intereses vitales y, como en el pasado, una visita a Yucatán es descubrir o revisitar zonas arqueológicas como las de Mayapán a 60 kilómetros de la capital, que además de su hermosura histórica tiene la ventaja de no estar abarrotada de turistas como Chichen Itzá. Con la renta de un automóvil, ir a Yucatán es adentrarse en los cientos de pequeñas carreteras que conectan miles de pueblos; uno está buscando visitar una determinada iglesia de los siglos XVI y XVII y se sorprende que al lado de ella haya una magnífica pirámide con ocho enormes mascarones dedicados al dios Chac. Paseando en la misma población de Acanceh se topa uno con otro vestigio arqueológico que muestra imágenes humanas y de la fauna local.   Avanza uno por las carreteras y llega uno a Ticul luego hasta las magníficas iglesias neogótica la de Umán y plateresca la de Maní, donde Fray Diego de Landa, un “talibán” del catolicismo de la monarquía española, quemó cientos de códices mayas -porque eran demoniacos- dejando a la humanidad sin muchas fuentes de información, y repito contra la humanidad porque hasta los rusos pasando por ingleses, franceses, estadounidenses han estudiado y publicado señeros libros sobre la cultura maya: ¡¡qué decir de los habitantes mayas que con esa estupidez del siglo XVI estaban perdiendo el registro de su pasado y de sus dioses!!

Pero así actúan los fanáticos sectarios de todos los tiempos…cualquier semejanza con la quema de libros de texto gratuito es una coincidencia del momento histórico en que vivimos.  

El calor en toda la península de Yucatán es una prueba que Kukulcán pone a todos los habitantes, viajeros y turistas que se adentran en las tierras del Mayab, por eso hay que detenerse en las antiguas haciendas henequeneras que hoy funcionan como hoteles que ofrecen servicios de bar y piscinas que hacen más llevadera la sed que, recurrentemente hay que combatir. En fin, de décadas atrás, quizá con más de medio siglo de anterioridad, los yucatecos han construido una industria del turismo muy eficiente y que ayer como hoy es parte fundamental de la economía de la entidad, de los pueblos que la componen y de la población que por igual trabaja en ella y la sufre. Por qué señalo lo último, porque la industria turística produce una serie de desviaciones sociales que producen irritación social, lo mismo en Sisal que en la peruana Puno o la egipcia Tebas -por su nombre occidental. 

Aquí comienza a vislumbrase el arroz prieto respecto al actual gobierno de Yucatán encabezado por el panista Mauricio Vila Dosal, quién de años para atrás goza en los medios de comunicación, entre círculos políticos y posiblemente por el propio presidente López Obrador de fama por ser buen gobernante, eficiente, que ha mejorado la economía del estado y mantiene una seguridad importante en la entidad.  Repito, desde el 2014 no volvía a Yucatán, pero había viajado a la entidad varias veces desde finales de los años de 1980. En esta última visita de agosto de 2023 nunca había visto el centro histórico de la ciudad de Mérida y los múltiples pueblos que visité y por los que tuve que pasar, en un lamentable estado que muestra FALTA DE MANTENIMIENTO. Banquetas rotas, luminarias apagadas, señalizaciones de tránsito despintadas, levantado todo el pavimento de la calle principal del centro de Mérida ¡¡en plena época de turismo internacional…eso es no tener visión!! Simplemente basura que contrasta con obras faraónicas. No me refiero al Tren Maya sino a vialidades tipo Metrobús de la Ciudad de México, pero que seguramente serán concesionadas a algún compadre del transporte ligado al gobierno estatal. El aeropuerto de Mérida, efectivamente lo modernizaron y quedó cómodo, pero está siendo subutilizado; estimado lector, seguramente le han llegado o ha leído en los suplementos VIP de la venta de desarrollos inmobiliarios de alta gama en Yucatán. Bien por ello, pero bajando a raíz de los pueblos, y no exagero, la situación de éstos está más mal que cuando la prensa hizo mofa de algún gobernador yucateco que regalaba triciclos en las poblaciones rurales. Yo los vi, han estado sirviendo.

Finalizo, genuinamente me preocupó el lamentable estado de las poblaciones yucatecas y la propia Mérida antigua, que no son Chelem o Chuburná entre otras urbanizaciones.              

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