El vertido al océano Pacífico del agua procedente de la accidentada central nuclear de Fukushima es un comportamiento egoísta e irresponsable, declaró el portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin.
China califica de «irresponsable» el vertido de agua de la central nuclear de Fukushima
«Es un comportamiento extremadamente egoísta e irresponsable transferir abiertamente al mundo el riesgo de contaminación radiactiva», señaló Wang Wenbin en una rueda de prensa.
El diplomático instó a Japón a «corregir inmediatamente su comportamiento egoísta de transferir el riesgo de contaminación nuclear al mundo» y evitar que el agua de Fukushima «se convierta en una vergüenza» para el país.
El vocero añadió que, en respuesta a estas acciones, China y otras partes implicadas tienen derecho a tomar medidas preventivas legítimas, razonables y necesarias para garantizar la seguridad del medio marino y la salud humana.
La Administración General de Aduanas de China anunció el 24 de agosto la decisión de suspender la importación de productos acuícolas de Japón.
El 24 de agosto, Japón comenzó a verter al mar el agua que se había utilizado para enfriar los reactores averiados de la central nuclear de Fukushima, y que se sometió luego a una depuración en el sistema ALPS, que permite eliminar radionúclidos de 62 tipos, menos el tritio. Los vertidos se prolongarán por unos 30 años.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) sostiene que esas descargas son seguras e instaló una oficina en la central de Fukushima para monitorearlas y asegurarse de que se acatan los estándares de seguridad pertinentes, pero aun así el plan suscita recelos de Rusia, China, las dos Coreas y los habitantes de los municipios próximos a la planta nuclear.
El agua era almacenada en unos gigantescos tanques en el recinto de la central, los que ya se han llenado casi al 90% de su volumen. Sputnik